Una de las estrategias más sencillas para obtener rentabilidad es la de dejarse llevar por la subida libre de los títulos de una compañía que cotiza en Bolsa. Ocurre a menudo, en especial en los períodos alcistas, y con valores que cotizan en todos los índices bursátiles nacionales e internacionales, pero lo cierto es que no es tarea fácil detectar cuándo un valor está en subida libre y diferenciarlo de un repunte o una tendencia alcista sin más. También resulta difícil de detectar, y es una de las tendencias que más daño puede hacer a los ahorros del pequeño inversor, la caída libre, que se da con mayor frecuencia en periodos bajistas de Bolsa y cuyos efectos son demoledores.
Estrategia de inversión
Para poder medir los efectos de ambas figuras: caída y subida libre, un inversor debe saber en qué consisten estas tendencias. Se puede hablar literalmente de subida libre cuando los niveles de resistencia se rompen y no hay nuevas referencias debido a que la cotización ha sobrepasado los máximos históricos. En esos momentos no hay ningún obstáculo para que los precios del valor puedan seguir escalando posiciones en su cotización, bien durante un periodo de tiempo prolongando o hasta que dicte la evolución del valor. El efecto puede durar muchas sesiones bursátiles o tener una vida efímera, todo depende de la fuerza con que acometa esta nueva tendencia y de la situación coyuntural de las bolsas internacionales. En el caso contrario, cuando al bajar se rompen niveles de soporte y se hacen trizas los mínimos históricos, se está en situación de caída libre.
La caída libre de los precios de una acción se da con más frecuencia en los periodos bajistas
Los procesos de subida y caída libre se producen en cualquier momento del año, por lo que siempre hay oportunidades para aprovechar las bondades que implica una subida de este tipo. Si quiere obtener rentabilidad de estos periodos, y evitar los efectos perniciosos de una caída libre, el pequeño y mediano inversor puede utilizar unas sencillas herramientas:
- Tener controlados siempre los niveles de resistencia y soporte, porque una vez rebasados podrían dar inicio importantes subidas o caídas en las empresas cotizadas.
- A través de las cotizaciones históricas del valor o índice se pueden averiguar fácilmente los máximos y mínimos históricos, para tener una referencia. Una vez rebasados ambos precios históricos, la estrategia estaría bien definida: en el caso de los máximos históricos habría que entrar en el valor que los superase, mientras que conviene evitar entrar en los valores con mínimos históricos, ya que con toda probabilidad estos iniciarán una corrección brusca de sus precios.
Para poder beneficiarse de gran parte de una subida hay que deshacer posiciones en el momento en que las revalorizaciones semanales desciendan o sean menos importantes, o cuando el número de títulos contratados sea menos fuerte. Ambas señales indicarían síntomas de agotamiento. Mientras los títulos sigan subiendo, sin embargo, se puede mantener la posición, sin miedo a perder lo ya generado. Puede que haya puntuales recortes, pero hay que conservar el valor hasta que dé los primeros síntomas de debilidad. En los procesos de caída libre no hay que especular con los activos bajo ninguna consideración, ya que es un movimiento muy peligroso para los intereses de pequeños y medianos inversores que puede llevar a rebajas de precios de hasta un 50%.
Uno de los principales problemas del pequeño inversor es cuándo deshacer posiciones (vender) en un proceso de subida libre. Es frecuente que el ahorrador piense que no podrá recoger toda la revalorización del proceso alcista si se produce un cambio de tendencia que haga disminuir sus plusvalías (muchas veces sólo se percibe entre el 30% y 50% de las subidas acumuladas en todo el ciclo y, eso en el mejor de los escenarios posibles).
No hay ningún método para saber en qué momento es preferible hacer la salida del parqué bursátil, pero es muy aconsejable llevar una anotación semanal de las revalorizaciones y títulos contratados. Cuando su fuerza disminuya durante dos o tres semanas consecutivas, puede significar que la tendencia alcista está perdiendo impulso o ha llegado a su fin, por lo que sería conveniente vender los títulos o, en el caso de los inversores más agresivos, una parte de estos, por ejemplo la mitad. Es prácticamente imposible recoger el 100% de una subida, por lo que es preferible deshacer posiciones cuando los gráficos den señal de venta, aunque sea a costa de perder una parte.