La previsión es esencial para gozar de una buena jubilación. Y hay estrategias para ahorrar y protegerse de las reducciones de las pensiones públicas. Este artículo desgrana en cuatro consejos cómo ahorrar para la jubilación: destinar parte de las ganancias, comenzar a hacerlo cuanto antes, optar por productos de ahorro sencillos y elegir algunas inversiones pensadas para la jubilación.
Puede que por edad esté muy lejos la jubilación, incluso sea un tema que ni tan siquiera pase todavía por la cabeza, pues se tengan otros objetivos en la vida: comprar una vivienda, rentabilizar el dinero o ahorrar para sufragar los pequeños caprichos. Pero, en realidad, si se empieza a elaborar un programa de ahorro para el momento en que se deje la vida profesional, se estarán sentando las bases para una mejor jubilación. La manera de ahorrar para la jubilación es reservar una pequeña aportación económica todos los años y con flexibilidad, para variarla en cualquier momento y en función de los ingresos de los que se disponga. Los siguientes consejos ayudan a afrontar la jubilación con un mayor poder adquisitivo.
Consejo 1. Reservar parte de las ganancias
El momento en que se consigue un empleo estable es el más oportuno para plantearse suscribir algunos de los productos financieros habilitados para potenciar una cuenta corriente durante la jubilación. Desde una cuota mensual o anual muy asequible para las necesidades se estará protegiendo un mejor paso por esta etapa de la vida.
En este sentido, los planes de ahorro sistemáticos y otras alternativas a los planes de pensiones pueden constituirse en la mejor solución para ahorrar con anticipación para la jubilación. Estos planes sistemáticos aportan una mayor flexibilidad en su gestión, pues se pueden rescatar las aportaciones económicas en cualquier momento, tanto parcial como por completo, ante cualquier imprevisto que pudiese generarse en la vida familiar: desde quedarte en paro, disminuir los ingresos laborales o incluso la necesidad de dotarte de liquidez para firmar la compra de una vivienda o la aparición de gastos no esperados.
Consejo 2. Ahorrar cuanto antes
La horquilla entre 30 y 40 años es una buena edad para pensar que la mejor inversión está en preservar el futuro. Nada mejor que alejarse un poco de la inversión dura y pura para optar por un modelo de ahorro que permita obtener una rentabilidad fija todos los años.
No hace falta aportar un capital muy importante, sino que bastará empezar con aportaciones modestas. Ya habrá tiempo para ir aumentándolo de manera progresiva a medida que se vaya acercando la edad de la jubilación. Así, cuando se llegue a esta etapa de la vida se tendrá la agradable sorpresa de contar con una amplia protección monetaria.
Consejo 3. Evitar riesgos
Aunque uno sea realmente joven, se habrá planteado en más de una ocasión cómo reducir los riesgos para su patrimonio personal. En este caso, tiene la oportunidad de aplicarlos a través de diversos productos destinados para la jubilación: planes de pensión, seguros de ahorro o incluso fondos de inversión. Por una razón muy comprensible y que se deriva de que cuanto mayor sea el plazo para el ahorro que se suscriba, se minimizarán los riesgos para alcanzar los objetivos. Será una inversión pero canalizada a través de unos plazos de permanencia mucho más dilatados.
Consejo 4. Ayudas de la inversión
Una persona joven no hace falta que contrate un plan de pensiones o productos similares. También es posible ahorrar para la jubilación por medio de fondos de inversión, de una manera individualizada y ajustándote a las necesidades reales, con la ventaja añadida de que se podrá disponer del dinero en cualquier momento.
De todas formas, la estrategia de la inversión deberá ser diferente, ya que es conveniente basarla en activos financieros no tan rentables pero que aporten una mayor seguridad. En este sentido, los fondos de renta fija y los mixtos serán los mejores modelos de ahorro para canalizar esta demanda desde temprana edad.