Imagen: Piotr Bizior
El mercado bursátil está repleto de dichos al estilo de «hay que comprar con el rumor y vender con la noticia», «el último céntimo que se lo lleve otro» o «mercado alcista, ganancias seguras», que si bien no están basados en ningún principio o regla científica, están asentados en la sabiduría popular y pueden servir para encauzar algunas operaciones bursátiles. Pero de lo que no cabe duda es de la existencia de determinadas prácticas que pueden lastrar de forma importante la inversión realizada. De hecho, todavía hay algunos inversores que seleccionan su cartera de valores como si de un casino se tratase, comprando acciones de una determinada compañía sin detenerse en realizar un mínimo análisis racional de la misma, o de los valores.
Inexcusablemente, quienes se rigen por estas estrategias están abocados a tener una mala experiencia en su inversión. La gran mayoría de analistas coincide en señalar que no existen fórmulas mágicas para ganar en bolsa, pero también afirma que se pueden utilizar determinados mecanismos para evitar una mala inversión. Si se respetan estas pautas a las que aluden los expertos bursátiles, los beneficios no están garantizados, pero se pueden evitar inversiones indeseadas.
Otra cuestión en la que coinciden los analistas es que para tomar posiciones (comprar) en el mercado de renta variable lo primero que debe hacer un inversor es dejar aparte los sentimientos. En especial, en un mercado que sigue bajo el denominador común de la inestabilidad, desde que el «lunes santo» se convirtiera en «lunes negro» con un desplome generalizado de las bolsas internacionales ante la posibilidad de que determinados bancos estuvieran en quiebra.
Cómo evitar una mala inversión
Para evitar realizar una mala inversión conviene tener en cuenta una serie de consejos sobre las prácticas que nunca se deben realizar en Bolsa. Éstas son algunas de las pautas por las que puede guiarse el pequeño y mediano inversor, especialmente en un período tan complicado como el actual:
No promediar nunca
Esta estrategia se pone en práctica cuando el inversor está en posición de minusvalías en su operación bursátil y, en su afán de recuperar la cantidad perdida, realiza una nueva compra de acciones, pero esta vez a precios inferiores a la de la primera toma de posiciones. La aplicación de este sistema es, generalmente, negativo porque suele ocurrir en períodos bajistas y hace que el valor de la acción, al estar en un proceso bajista, vaya acumulando más pérdidas.
Un ejemplo de esta estrategia: Un inversor compra 1.000 acciones de un determinado valor a 12,45 euros, y como éste baja, los vuelve a comprar, en este caso otros 1.000 títulos a 11,65 euros. Si desde este valor tuviese un repunte en el precio, podría darse una recuperación en el precio del capital invertido, pero lo normal es que se mantenga la tendencia bajista, lo que incidiría en el incremento de las pérdidas. A un precio de 11,40 euros, por ejemplo, a las iniciales pérdidas de 1.050 euros habría que añadir otros 250 euros más fruto de la segunda inversión, con el riesgo de agravarse aún más la situación a medida que se hagan más compras. Es lo que está pasando este año con la renta variable, con una tendencia bajista y desplomes como el del pasado «lunes santo».
No hacer caso a la rumorología
Nunca se debe dar credibilidad a todos los rumores que pueblan los parqués bursátiles y los foros «online» de Bolsa. Estos son numerosos y, en la mayoría de los casos, no están fundamentados y son fruto de determinados intereses o de personas que lo propagan sin ningún rigor. Este tipo de movimientos se dan frecuentemente en valores especulativos, generalmente de pequeña capitalización y que están expuestos a este tipo de estrategias sin ningún tipo de escrúpulo ni fundamento. Compañías como Avanzit, Jazztel, La Seda de Barcelona, Ercros, Sniace, Service Point Solucions, Natraceutical o Zeltia son objeto regularmente de estos rumores que, en la mayoría de ocasiones, nunca se confirman. Es más, algunos de estos valores llevan conviviendo con estos comentarios desde hace muchos años y son ya parte de la vida bursátil de cada una de las acciones.
No debe darse crédito a los rumores, ya que la gran mayoría no son ciertos y conducen a la desorientación del usuario
Evitar los períodos de turbulencias
No conviene tomar posiciones en valores en épocas de turbulencias o de inestabilidad financiera como la actual. Es un pasaporte para quedarse enganchado en el valor a largo plazo, ya que durante estos períodos las cotizaciones caen notablemente y tardan mucho tiempo en recuperarse. En este sentido, los analistas bursátiles recomiendan realizar las compras en períodos alcistas, o cuando menos laterales, pero nunca en los períodos bajistas donde lo más aconsejable es estar en liquidez.
Conocer el perfil de cada inversor
El mercado dispone de valores que están indicados para un determinado perfil de inversor: agresivo, conservador, a corto o largo plazo, etc. De esta forma, nunca se debe llevar a cabo una inversión a largo plazo cuando el valor seleccionado está destinado para movimientos a corto o especulativos y viceversa. Sería una estrategia totalmente equivocada que puede producir unos efectos opuestos a los intereses del inversor.
No invertir dinero que se pueda necesitar
Otro aspecto en el que inciden los analistas es no realizar la inversión con un dinero que probablemente se vaya a necesitar en los meses posteriores. Hay que invertir con cantidades que el usuario no necesitará en un determinado período de tiempo, en especial en las operaciones a corto y medio plazo. Si compra con un dinero que puede necesitar, en caso de necesidad haría una mala venta, posiblemente con minusvalías.
No dejarse llevar por la intuición
Uno de los principales errores que cometen los inversores es dejarse llevar por su propia intuición a la hora de realizar la inversión. Ésta es una estrategia igualmente errónea ya que todos los valores tienen un análisis técnico y fundamental que recogen sus precios. Lo más adecuado es pedir asesoramiento a los analistas que tienen todos los bancos y cajas de ahorro, o acudir a los portales especializados de Internet, que ofrecen esta información de forma totalmente gratuita. Esta estrategia es más propia de casinos que de un mercado de renta variable en donde se ponderan otras variables para seleccionar la inversión.
Cuidado con los procesos corporativos
Durante los procesos corporativos la cotización de los valores afectados puede ir encaminada en uno u otro sentido, siendo la volatilidad su tónica general, por lo que no es recomendable tomar posiciones en estos períodos, a no ser que estos procesos sean muy nítidos y se pueda realizar la inversión sin ningún tipo de sobresaltos.
No dejarse llevar por las opiniones ajenas
Otro de los errores más frecuentes es dejarse llevar por los consejos de personas que poco o nada conocen el mercado bursátil, totalmente ajenas a este sector financiero. A no ser que provengan de analistas cualificados, expertos o personas que están en contacto regular con el mundo de la bolsa, es mejor abstenerse de recabar este tipo de información que puede perjudicar al inversor en sus propósitos, o desorientarle en los procesos de compra y venta.
No descuidar la inversión
Otra regla de oro consiste en no descuidar la información sobre la inversión realizada. En este sentido, el inversor puede disponer de varias herramientas para conseguir esta estrategia: A través de la que le proporciona la entidad financiera en donde tiene contratada la cartera de valores, o a través de las informaciones que le proporcionan los canales bursátiles: prensa especializada, portales de bolsa, informaciones de la propia empresa, etc. Estar al tanto de la evolución de la empresa es la mejor arma que tiene el pequeño inversor para evitar cualquier movimiento negativo que pudiera acontecer. Se puede acompañar por otra serie de medidas en las que se engloban la inclusión de órdenes condicionadas o un sistema de alarma en los niveles de soporte y resistencia.
Evitar las inversiones especulativas
Cuando el inversor no dispone de la experiencia y la pericia para realizar este tipo de inversiones lo mejor que puede hacer es abstenerse de realizarlas, ya que lo más probable es que sea víctima de las mismas, destinadas por otra parte a un tipo de inversor con unas características muy definidas.
No repetir con las malas experiencias
Si se ha tenido una mala experiencia, no se debe ahondar en el mismo problema. Las malas inversiones deben servir para no volverlas a repetir y, por supuesto, para conocer el mercado de la renta variable a través de los fallos cometidos.
Los usuarios deben tener especial cuidado con los precios objetivos que los “brokers” asignan al potencial de las compañías que cotizan en Bolsa, ya que muchos inversores suelen decantarse por una u otra empresa en función de este parámetro tan subjetivo. Pero son muchas las ocasiones en que las empresas no llegan a alcanzar nunca este precio objetivo asignado.
El mercado está repleto de ejemplos que ratifican este proceso. Uno de los más recientes es el que ha tenido como protagonista a La Seda de Barcelona, cuyo precio objetivo ha sido revisado a la baja por el “broker” internacional UBS, pasando de 2 a 1,3 euros, es decir, un 35% menos de su valor original. Y como este caso, son innumerables los casos de valores que han visto revisados sus precios a la baja, por los que no parece la mejor herramienta para tomar posiciones en el mercado de renta variable. Si se utiliza, hay que saber que es un sistema eminentemente orientativo, y que puede ser revisado a la baja (también al alza, pero es menos frecuente) con mucha facilidad por parte de los intermediarios financieros, en especial durante los períodos bajistas.