La seguridad de cualquier tarjeta bancaria, sea de crédito o de débito, es muy importante. ¿Y qué hacer cuando el dinero de la cuenta corre peligro por culpa de la pérdida o robo de la tarjeta? El primer paso, y más eficaz, es bloquear el “plástico” siempre que exista una sospecha seria sobre su mala utilización o ante una posible vulneración de sus datos. En este artículo se explica cómo bloquear una tarjeta de crédito o de débito y todos los trucos para proteger el dinero en caso de peligro.
¿Cuándo hay que bloquear una tarjeta de crédito o de débito? Existen razones tan convincentes como que el cajero automático no haya devuelto el «plástico», se haya originado un fallo en su sistema informático o, lo que es aún peor, cuando se haya producido un robo de la tarjeta bancaria. En cualquiera de estos casos, y otros como los que se se exponen a continuación, no habrá otra solución que bloquearla cuanto antes.
1. ¿Cuándo bloquear la tarjeta? Por robo o pérdida
Nunca esta operación será más aconsejable para llevar a cabo que en esta circunstancia tan poco deseada. Y es que su bloqueo resulta fundamental para proteger el saldo de la cuenta corriente.
Pero, ¿cómo hacerlo? No hay más que notificar el robo o la pérdida de la tarjeta al banco. De esta manera, en pocos minutos se tendrá inutilizado el «plástico», con lo que nadie podrá usarlo. De ahí que convenga tener anotado el número de la tarjeta para poder bloquearla cuanto antes.
2. Cuando haya problemas en el cajero automático
Una de las razones más habituales por las que es preciso bloquear una tarjeta es que se produzca algún problema con el cajero automático, como cuando la máquina se traga el «plástico».Si se da este escenario, la solución está en bloquear la tarjeta como medida de seguridad, para prevenir cualquier actuación que pueda perjudicar al usuario. En este caso, hay que notificar esta acción al banco en el mismo momento, con el objetivo de mantener la integridad de todos los movimientos.
3. Ante fallos e irregularidades con la tarjeta
Siempre es mejor prevenir que curar; y esto se debe aplicar ante cualquier incidencia en la tarjeta de crédito o débito, como puede ser una operación irregular o fallos en su mecanismo. Quizás no sea un problema muy grave, pero no costará nada bloquearla.
Este paso ofrece total seguridad sobre su funcionamiento y, además, impide que terceras personas accedan a la cuenta corriente. En pocos minutos dejará de funcionar hasta que se reanude el servicio bancario.
4. Cuando los datos de la tarjeta no estén seguros
Bloquear la tarjeta será una actuación necesaria cuando al usuario le conste que en realidad ha podido compartir los datos de este medio de pago con otras personas que no son de su plena confianza. De esta forma, tendrá la completa seguridad de que no será vulnerada. Lo mismo hay que hacer cuando se sospeche de que la clave o los datos han podido ser sustraídos.
5. Por olvidar la contraseña de la tarjeta
Cuando no se recuerde la contraseña de la tarjeta de crédito o débito, hay que crear una nueva clave para desbloquear la cuenta y poder operar de nuevo con el «plástico». Esto ocurre cuando el usuario se equivoca en los tres intentos que tiene para formalizar cualquier clase de operaciones desde el cajero automático.
Si esto sucede, y no se recuerda la contraseña, no queda más remedio que bloquearla y requerir una nueva identificación para operar con este medio de pago.
En estos casos, no solo se puede bloquear la tarjeta de crédito o débito. También es posible mejorar la protección de este medio de pago. Esto se puede hacer a través de un seguro de fraudulento, que ayuda a cubrir el mal uso de las tarjetas, en especial cuando son utilizadas por terceras personas.
Pero para que indemnicen por ello, es necesario que se presente la correspondiente denuncia por robo o por pérdida del “plástico”. Además, hay que saber que estas pólizas contemplan un periodo de cobertura corto, entre uno y dos días. Por ello, hay que denunciar con rapidez para que el seguro lo cubra.