Según datos de la empresa de investigación de mercado Euromonitor International, el verano es uno de los periodos del año en donde se producen más pérdidas de las tarjetas bancarias. Y es cierto, en las vacaciones estivales la posibilidad de extravío o hurto de las tarjetas de crédito o débito se eleva de forma exponencial, en especial porque son días de relax en los que la mayoría de las personas piensa en disfrutar y baja la guardia para prevenir estos accidentes. Para saber cómo prevenirlo e intentar evitarlo, a continuación se brindan una serie de consejos.
Menos atención, más robos
Es en verano cuando se aprovecha el tiempo para disfrutar de las aficiones favoritas en el destino de vacaciones. Ir a la playa o a la piscina, realizar intensas caminatas, practicar cualquier tipo de deporte o asistir a alguna celebración popular son algunas de las actividades a las que dedican más horas los veraneantes.
Conviene no llevar la tarjeta en pequeños bolsos a la playa, pues pueden ser robados con facilidad
Pero conviene no olvidarse de que también es un periodo en el que la posibilidad de pérdida o hurto de las tarjetas de crédito o débito se eleva enormemente. Y es que son días de relax en los que los usuarios bajan la guardia para prevenir estos accidentes y se utiliza un vestuario más informal que deja más desprotegidos a los «plásticos».
Es por ello que las medidas para evitar posibles robos o pérdidas de las tarjetas se hacen más necesarias que en un entorno habitual, y se debe poner en práctica una serie de pautas para que no nos «agüen la fiesta».
¿Cómo evitar la pérdida de tarjetas?
Las playas, piscinas, chiringuitos o celebraciones populares pueden ser los lugares más factibles para perder la tarjeta este verano. Por eso, no está de más aplicar ciertas recomendaciones para que no suceda así. Tampoco hay que olvidar a los ladrones, que estarán más confiados estos días ante sus posibles víctimas por las aglomeraciones que se registran en los centros vacacionales, y a la presunta relajación por parte de los titulares de las tarjetas.
Es aconsejable dejar la tarjeta en nuestro apartamento u hotel en los días que vayamos a la playa o la piscina, y llevar dinero en metálico para los posibles gastos que tengamos que afrontar: refrescos, comidas…
Hay que abstenerse de llevar las tarjetas mientras que nuestro vestuario no sea el más apropiado (ropa de playa, prendas con pocos bolsillos…), para salvaguardar este instrumento de pago.
Disponer del teléfono de la entidad emisora de la tarjeta para que la bloquee ante cualquier incidencia, y también de la policía, para elevar una denuncia.
Nunca hay que llevar el número secreto de la tarjeta anotado en un sitio visible de la cartera; es preferible memorizarlo o apuntarlo en otros lugares menos sensibles para los intereses de los cacos.
Hay que inclinarse por no llevar la tarjeta en pequeños bolsos a la playa, ya que podrán ser objeto de un robo, por ejemplo, en el momento que irse a dar un chapuzón.
Se deben evitar las aglomeraciones cuando se vaya con las tarjetas (u optar por no llevarlas), ya que son lugares más sensibles para perderlas o que las roben. Discotecas, festivales o celebraciones populares son algunos de los escenarios en donde es más factible que sucedan estas cosas. Es preferible llevar dinero en metálico para afrontar los gastos en estos lugares.
Cuando se utilice alguna tarjeta para abonar una compra o servicio, lo más aconsejable sería que no se perdiese de vista este proceso para garantizar la seguridad sel «plástico».
Hay que reducir el número de tarjetas durante las vacaciones a las estrictamente necesarias.
Deberán comprobarse de forma regular los movimientos de la cuenta bancaria, para que cuando se detecte cualquier anomalía en ella, pueda notificarse más rápido a la entidad.
Más de la mitad de las pérdidas o robos de tarjetas se dan en la vía pública, de compras o en el propio cajero automático. Es la principal conclusión a la que ha llegado el informe de Euromonitor International sobre la incidencia de estos accidentes entre los usuarios de este medio de pago.
Se constata que la vía pública es el lugar más frecuente donde se producen este tipo de incidentes, ya que al menos tres de cada diez pérdidas(33,4%) suceden mientras se va caminando por la acera, en un parque, en un mercadillo, en alguna celebración popular o en aglomeraciones similares.
A continuación, un 14% de las pérdidas o robos de tarjeta se produce mientras se está de compras en tiendas, supermercados y centros comerciales; mientras que un 9% de los casos ocurre cuando se va al cajero, sobre todo debido a un olvido, más que a un robo en este caso.
El transporte público (8%) se conforma como el cuarto lugar con más siniestros, si se cuenta tanto los sucesos que pasan dentro de un metro, un autobús, un tren o un taxi, así como los que se dan en una parada o en una estación.
Y en quinta posición se sitúa el hogar de los propios afectados, con el 7%.