La desaceleración económica obliga a aprender de finanzas a marchas forzadas. Al margen de la crisis de deuda soberana que se vive en los mercados, a nivel nacional España asiste a una profunda reordenación del sistema financiero, que afecta sobre todo al ámbito de las cajas de ahorros. Ante sus dificultades de liquidez y solvencia, el Banco de España las anima a que realicen integraciones lo antes posible. Ahora, tres nuevos términos invaden la prensa a diario: fusiones virtuales, fusiones frías o sistemas institucionales de protección (SIP). Son equivalentes y aluden a un mismo fenómeno: el formato jurídico y económico con el que se producen. Se trata de una nueva modalidad que tiene por objeto reforzar la solvencia de las entidades sin que pierdan su identidad ni personalidad jurídica.
Fusiones para compensar problemas
Tras la intervención por parte del Banco de España de Caja Castilla la Mancha en 2009 y la reciente operación de rescate de Cajasur, motivar y acelerar las fusiones se ha convertido en una prioridad para la institución monetaria. Su objetivo no es otro que evitar el pánico y la inquietud de los ahorradores por la caída de alguna nueva entidad. En realidad, las cajas de ahorros presentan una situación patrimonial más delicada que los bancos por su fuerte dependencia del ladrillo. Su carácter local y su menor diversificación hace que sobre sus balances tengan un peso muy destacado los créditos concedidos a promotores (en muchos casos para realizar obras en sus ámbitos geográficos), que luego han resultado morosos. Por eso, su solvencia y liquidez es reducida. En particular, las que han demostrado mayores problemas son las cajas más pequeñas, las más afectadas por el parón inmobiliario y por las dificultades de pago a las que se enfrentan numerosas constructoras.
Para reflotar el negocio, una opción es acordar la fusión con otra entidad. Así, una caja puede compensar los problemas de otra tras la integración. De las 45 cajas de ahorros registradas en el Banco de España, al menos 15 han manifestado ya estar dispuestas a negociar su unión con otras como método de supervivencia.
Las fusiones permiten afrontar con garantías las dificultades relacionadas con la liquidez, la solvencia y la morosidad
Con la caída de CajaSur en mayo se han acelerado las negociaciones entre entidades. La mayoría de ellas se concretarán bajo el denominado Sistema Institucional de Protección (SIP), conocido también como fusión virtual. Desde el punto de vista legal, son la Directiva Comunitaria 2006/48/CE y su posterior desarrollo a través de la circular 3/2008 del 22 mayo de 2008 del Banco de España (BOE, 10 de junio) las que aluden al desarrollo de un sistema protector que fomente la consolidación de balances entre entidades de crédito. En concreto, el modelo al que aluden -denominado Sistema Institucional de Protección- surge para permitirles afrontar con garantías las dificultades relacionadas con la liquidez, la solvencia y la gestión colectiva de riesgos (la morosidad).
Identidad propia
La peculiaridad de los SIP es que permiten a las cajas de ahorros mantener su identidad y personalidad jurídica. Desde el punto de vista administrativo, no obliga a crear una nueva sociedad, sino que permite integrar las entidades ya formadas en un nuevo grupo. Cada caja mantiene su marca, sus vínculos territoriales, su negocio minorista, sus acciones de obra social y sus propios órganos de gobierno.
Son un mecanismo de apoyo y defensa mutua de las cajas. Además, posibilita el acceso a fondos de forma inmediata para afrontar situaciones de dificultad como las que viven ahora algunas entidades. En general, la integración mediante este modelo propicia una mejora de la calificación de crédito por parte de las agencias de rating, lo que facilita el acceso de la entidad a los mercados de capitales.
Cómo afectan al ahorrador
La formación de un SIP no debe traer consigo aspectos perjudiciales para el ahorrador de una caja, sino más bien al contrario. En la práctica, los productos ya contratados conservarán sus condiciones y los nuevos seguirán, en la mayoría de los casos, la política comercial ya marcada por la entidad, puesto que se mantiene la identidad de cada caja de ahorro. Las cuentas, depósitos, fondos y créditos mantendrán sus condiciones.
Desde el punto de vista laboral, una fusión puede suponer cierre de oficinas, despidos y prejubilaciones
Un aspecto que sí puede variar es que el nuevo grupo decida prescindir de algunas oficinas. La unión puede implicar duplicidad de sucursales, sobre todo cuando se unen cajas de un mismo territorio geográfico. Aunque esto es más habitual cuando se lleva a cabo una fusión tradicional. Desde el punto de vista laboral, puede suponer despidos y prejubilaciones.
En tarjetas de crédito es posible que se den cambios en la gestión (pasar de Servired a Euro 6000…). No obstante, no pueden modificarse las condiciones suscritas en el contrato con una entidad. Las comisiones y los tipos de interés son inalterables. Algo similar puede ocurrir con los seguros. Tras una fusión tradicional (no en formato SIP), las cajas integradas deben debatir con qué aseguradora trabajar. Para evitar duplicidades y conseguir una homogeneización del negocio, lo más razonable es elegir una sola compañía (casi siempre, la de la caja dominante o con más recursos). En cualquier caso, se mantienen los derechos y obligaciones de los antiguos contratos. Sólo los nuevos se regirán por las condiciones que imponga la aseguradora elegida.
Fusiones cerradas y en marcha
En los últimos meses, son varias las fusiones que se han puesto en marcha y más numerosas aún las que están en plena negociación. La caída de los márgenes de negocio y la creciente morosidad invita a pensar que la concentración en el sector continuará a corto y medio plazo. Algunas de las operaciones más significativas son las siguientes:
Una de las primeras fusiones, ya aprobada, y a la espera de comenzar a operar es la de Caja Duero y Caja España. El nuevo grupo adoptará el nombre de Caja España de Inversiones, Salamanca, y Soria, Caja de Ahorros y Monte de Piedad y ha dado lugar al octavo grupo financiero de España por cifras de negocio. Cerrarán unas 250 oficinas y 846 trabajadores serán prejubilados.
Caixa Galicia y Caixa Nova han acordado que llevarán una fusión a partes iguales, con reparto de sedes, en La Coruña y Vigo y con igual representación de cargos por ambas partes en todos los niveles de dirección.
CajaSol y Caja de Guadalajara componen la primera fusión interregional anunciada en España. Para acometer la integración no necesitarán recursos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ni del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). La fusión no supondrá despidos ya que no hay solapamiento de oficinas.
Unicaja ha acometido una fusión por absorción de Caja de Jaén. La nueva entidad (Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda, Cádiz, Almería, Málaga, Antequera y Jaén) generará un volumen de negocio superior a 50.000 millones de euros. Contará con 955 sucursales y más de 4.900 trabajadores.
En el ámbito de las cajas rurales, la Comisión Ejecutiva del Banco de España ha dado su visto bueno a la integración bajo un sistema SIP entre Cajamar Caja Rural, Caja Campo, Caja Rural de Casinos y Caixa Albalat.
En Cataluña se han fusionado Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona, por un lado. Por otro lado, se han unido Caixa Terrassa, Caixa Sabadell y Caixa Manlleu, que ya han comenzado a operar bajo el nombre de Unnim.
Otra fusión virtual recientemente anunciada es la integrada por Caja de Ahorros del Mediterráneo, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Dará lugar a la tercera caja por volumen de activos en España (por detrás de La Caixa y Caja Madrid). Teniendo en cuenta a los bancos, la operación dará lugar al quinto grupo del sector financiero español, con un volumen de activos superior a los 135.000 millones de euros.
Caja Navarra, Caja Canarias y Caja de Burgos han firmado también la creación de un nuevo grupo financiero, denominado Banca Cívica, bajo la fórmula del SIP.
La Caixa (la primera caja de ahorros española) ha admitido que está en conversaciones por integrar Caixa Girona.
Caja Granada, Caja Murcia y Sa Nostra y Caixa Penedès también negocian una unión virtual.
Caja Madrid acaba de firmar su fusión mediante un SIP con Bancaja, junto con la Caja Insular de Canarias, Caixa Laietana, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja.