La política de contención de gastos domésticos que permitan llegar a fin de mes pasa por evitar compras innecesarias o lograr productos a través de promociones y ofertas puntuales. También se pueden utilizar pequeños trucos para obtener material de escritorio, periféricos informáticos, productos de ocio, etc. con el consiguiente ahorro que permitirá no descuadrar el presupuesto familiar. A continuación se indica cómo conseguirlo.
Ahorro en pequeñas cosas, grandes resultados para economías desesperadas
No están las cosas para despilfarrar, por lo que no resulta extraña la contención de gastos que se ha puesto en marcha en casi todos los hogares y que ha reducido las compras más insignificantes, precisamente porque no son imprescindibles.
Utilizar WhatsApp o el correo electrónico permite ahorrar el gasto de folios, tarjetas, sobres y sellos
Ya no se trata de aplicar estrategias para el ahorro en los recibos domésticos o en la cesta de la compra, sino de eliminar desembolsos de pequeñas cosas, cuya repercusión sobre el presupuesto es mucho mayor de lo que parece. Este plan puede generar un ahorro más que aceptable todos los meses, por lo que merece la pena ponerlo en práctica.
Las compras en el supermercado pueden servir para esquivar el gasto que conlleva adquirir bolsas de basura. Son innumerables las veces que se olvidan en casa las bolsas reutilizables y hay que recurrir a adquirir una de plástico en la caja del súper. En esos días, la bolsa se puede emplear para esta tarea doméstica.
Se puede evitar el envío de postales o cartas, si se usa para felicitaciones, recuerdos, avisos, etc. WhatsApp o el correo electrónico, ya que estos sistemas permiten mandar textos y toda una serie de documentación, así como material gráfico de apoyo para estas comunicaciones personales. Si se aplica esta estrategia se ahorrará dinero en sobres, folios, tarjetas… y también en sellos, el gasto que más encarece esta forma de comunicación.
Quien necesite un encendedor, bien para prender un cigarrillo o para poner en funcionamiento la cocina de gas, puede obtenerlos gratis. Algunos restaurantes o bares que se frecuenten de forma habitual, los tendrán en promoción y basta con pedírselos; y en numerosos estancos, a partir de una compra determinada, los ofrecen como obsequio.
Por medio de una jarra purificadora, se puede disfrutar del sabor y la calidad del agua corriente. Así, se ahorra el gasto semanal en compra de agua mineral en botellas. Por unos pocos euros (entre 20 a 50 euros), se podrá evitar para siempre el goteo de gasto constante en agua embotellada.
Los periféricos para el ordenador (teclado, ratón… ) pueden resultar muy baratos o gratis en algunos casos. Si se cliente habitual de una tienda de informática, se pueden conseguir de manera gratuita artículos que estén en existencias y cuyo almacenamiento genere problemas al vendedor. Eso sí, lo más seguro es que sean modelos más básicos y menos sofisticados.
Los grandes cinéfilos pueden gastar mucho dinero al año para disfrutar de las bondades de este arte, pero desde hace tiempo los grandes grupos de comunicación ofrecen la posibilidad de obtener las mejores películas gratis con solo comprar sus publicaciones. Aunque es cierto que no se encontrarán los últimos estrenos de la cartelera, se podrá ver buen cine a precios irrisorios.
En la adquisición de los productos de aseo personal y belleza (crema de afeitar, maquinillas para afeitar, desodorantes, etc.), hay marcas comerciales que ofrecen más capacidad o unidades al mismo coste. Se puede utilizar esta estrategia para el mantenimiento personal y, de paso, ahorrar unos cuantos euros cada vez que haya que reponer estos productos.
Casi todos los artículos de escritorio (bolígrafos, lápices, papel, etc.) se pueden conseguir de forma gratuita a través de las promociones que hacen las empresas para divulgar su actividad comercial o profesional.
Cada vez que se hace una compra, suele resultar incómodo que den el cambio en céntimos (de uno, dos o cinco). ¿Qué se puede hacer con estas monedas tan pequeñas? Si se guarda toda la calderilla en una hucha o bote hasta llegar a completar una cantidad aceptable (20, 50 o 100 euros), después se podrá destinar a las principales adquisiciones personales o familiares.
También se puede aprovechar la calderilla para llevarla en las compras en que se sabe antes su precio y así dar el importe exacto, sin tener que cambiar las monedas o billetes de mayor valor.