El objetivo es rebajar el recibo de la luz. Pero ¿existe alguna forma de tener controlado su consumo? La domótica y el ingenio se unen para crear aparatos que prometen ayudar a gastar menos energía: desde medidores eléctricos conectados al móvil hasta enchufes que dicen ser “inteligentes”. Pero, ¿de verdad sirven para ahorrar electricidad? En este artículo se resuelve este dilema.
1. Medidor eléctrico: control del consumo al momento
La llegada de la tarifa eléctrica por horas no fue sencilla para el consumidor medio. Tener que revisar a diario los distintos precios de la luz en el mercado mayorista no ha acabado de cuajar entre los usuarios más cómodos. Tampoco los más ahorradores han podido disfrutar de grandes beneficios al ajustar sus tareas a las horas más económicas.
Una solución ha sido el lanzamiento de medidores eléctricos que controlan el consumo en todo momento Así, el consumidor menos activo puede recibir en su móvil recomendaciones con las que abaratar sus recibos sin grandes complicaciones, mientras que el más ahorrador tiene una visión más precisa de cuánto gastan los aparatos conectados a la red eléctrica.
Pero ¿en realidad permiten ahorrar? La respuesta no es sencilla, puesto que depende mucho del uso que se le dé. De primeras, prometen reducir la factura entre un 10% y un 15%. No obstante, se deben tener en cuenta que este tipo de aparatos cuestan unos 120 euros, por lo que habrá que aplicar bien todas las recomendaciones para amortizar su coste.
2. El termostato de Google
Google también quiere ayudar a ahorrar en los recibos de electricidad gracias a la domótica. Su termostato promete controlar la temperatura del hogar para equilibrar el bienestar de la familia y el coste de la energía. Se puede dirigir a distancia desde el smartphone para programar la temperatura antes de llegar a casa.
Ahora bien, este dispositivo ¿compensa o no? Pues bien, la versión de este aparato que se comercializa en España por más de 225 euros posibilita tener bajo control la caldera, la calefacción central y el agua caliente. No obstante, no contempla el aire acondicionado. Por eso, no es la solución más interesante de cara al verano.
3. El enchufe inteligente
Imagen: ChristianOehlenberg
El consumo fantasma representa más de un 10% de la energía total que se gasta en una vivienda, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). ¿Se puede evitar pagar de más por dejar algunos aparatos en modo reposo? Esta es la base sobre la que se puede empezar a ahorrar con el nuevo enchufe inteligente.
Su principal función es controlar el encendido y apagado de cualquier aparato, bien programándolo o haciéndolo desde una aplicación móvil. De esta forma, es posible encender unos minutos antes el dispositivo que se prevé necesitar al llegar, como el calentador de agua, evitando que consuma durante todo el día. También es un buen aliado para crear la ilusión de que hay alguien en casa cuando no se está, evitando que algún intruso se plantee entrar en el hogar.
La pregunta, una vez más, es si compensa o no. En este caso, el precio de este enchufe es bajo (menos de 36 euros), por lo que amortizarlo puede llevar poco tiempo. Así que para los ahorradores, este es un buen aliado para empezar a rebajar las facturas sin hacer un gran desembolso inicial.
4. El contador inteligente, el aparato que todo el mundo tiene
La domótica puede ser un gran compañero en la guerra contra las oscilaciones del precio de la electricidad. Sin embargo, es importante sacar el máximo rendimiento a uno que ya está instalado y que permite tener mucha información sobre el consumo.
Las grandes comercializadoras de luz aprovechan el contador inteligente para dar datos reales sobre el gasto energético que se realiza en cada hogar. Esta información sirve para tener un control de lo que se lleva consumido respecto a meses anteriores, así como identificar las horas en las que más luz se necesita.
Pero, ¿posibilita el ahorro o es puro marketing? En primer lugar, es un aparato que se tiene de manera obligatoria, por lo que su coste ya forma parte del recibo. No obstante, se puede utilizar en beneficio del usuario. Gracias a este chivato, se puede saber si la tarifa es la más indicada. Y es que, ¿por qué mantener una versión de precio fijo si el mayor consumo se hace por la noche? Es más, si la situación fuera al revés, ¿no existe alguna compañía que ofrezca una tarifa que se amolde a estos hábitos? En definitiva, este es el aparato que más ayuda a ahorrar si se le presta atención.