Llegó la primavera y el cambio de hora propio de esta época. Este gesto que incrementa el tiempo de luz por la tarde da la oportunidad de rebajar las facturas de la electricidad y del gas. Pero ¿cómo dejar la casa a punto para lograr ahorrar energía al máximo con la llegada del buen tiempo? En este artículo se recopilan varios trucos sencillos para reducir el consumo de luz y gas en la estación primaveral. Y es que, sin necesidad de invertir dinero, se pueden conseguir rebajas más que interesantes con solo modificar alguna de las rutinas habituales.
Exprimir la luz solar
Si hay un detalle que no pasa desapercibido con la llegada de la primavera es que los días se alargan, hay más horas de luz. De este hecho se consigue el primer truco para rebajar la factura de la luz: subir las persianas y apagar las luces. Además de evitar consumir más electricidad de la necesaria, también se logra ahorrar en gas. Y es que si no se corren las cortinas y se dejan las persianas subidas, la casa se calentará sin gastar un céntimo.
Si, además, se quiere un extra de luz, pintar las paredes de tonos claros (blancos o pasteles) hará que la luz se reflecte más e ilumine toda la estancia, sin necesidad de encender una luz hasta bien pasada la tarde. Pero en cuanto las temperaturas empiecen a subir, habrá que adaptar el truco. La solución más sencilla será correr las cortinas o bajar un poco las persianas en las horas punta. Además, si se vive en zonas donde las temperaturas son muy elevadas, se puede recurrir a los toldos.
Bombillas y electrodomésticos bajo control
Si la vivienda es interior y no es posible aprovechar demasiado la luz solar, se debe buscar otra solución para abaratar las facturas. El más recurrente es actualizar el tipo de bombilla que se utiliza. Pese a que la mayoría de las personas emplea las de bajo consumo, existen varias modalidades en el mercado. Las LED son las más interesantes para esta época del año. ¿Por qué? Porque, además de consumir poco, son las que emiten menos calor. No se debe olvidar que gran parte de la energía que generan las bombillas se traduce en calor, por lo que en verano las LED pueden rebajar unos grados la temperatura de la estancia.
Por otro lado, tampoco hay que olvidarse de desconectar todos los electrodomésticos que no se utilizarán en esta época del año, como mantas eléctricas o calefactores. Pero si se quiere ahorrar en luz, no hay que pasar por alto el mantenimiento de algunos aparatos. Tener la nevera limpia y el congelador sin placas de hielo hará que consuman menos. Y, del mismo modo, antes de poner en marcha el aire acondicionado, se deben limpiar los filtros para evitar que gasten más energía de la necesaria.
Aprovechar las buenas temperaturas
Si con el buen tiempo suben las temperaturas y se consigue que el sol aclimate el hogar, ¿por qué seguir encendiendo la calefacción? ¿Por qué utilizar la secadora? Si se decide aprovechar el buen clima de nuestro país, es evidente que hay muchos trucos con los que rebajar los recibos.
No es necesario que el termostato de la casa supere los 15 ºC. No se debe pasar por alto que por cada grado que se suba, el consume asciende un 7%. De igual forma, también se puede regular la temperatura del agua, evitando que la lavadora o el lavavajillas desempeñen su función a más de 40 ºC y, preferiblemente, con agua fría. Este simple gesto puede ahorrar un 55% de energía.
De igual forma, evitar el uso de la secadora será un plus de ahorro que es posible permitirse con la llegada del buen tiempo. Y es que, además de que se notará en la factura eléctrica, la ropa también agradecerá secarse al aire libre.
No olvidar la tarifa de luz y gas
Si tras poner en marcha estos trucos, no se advierte casi diferencia, tal vez el problema esté en la tarifa. Pese a que pueda resultar un engorro, hay que fijarse en lo que que se tiene contratado, ya que no siempre es lo mejor del mercado. Para no hacer de este proceso algo tedioso se puede utilizar un comparador de luz y gas como el de HelpMyCash, en el que es posible encontrar las tarifas más interesantes y compararlas entre ellas.
De igual forma, hay que tener en cuenta si la potencia eléctrica que se tiene contratada es la adecuada o se tiene más de la necesaria. En la actualidad, rebajar la potencia de luz es uno de los trucos más empleados por los consumidores, aunque hay que ir con cautela de no pasarse con la reducción, ya que existe un límite de cambios y todos conllevan un coste.