En menos de una semana, estará otra vez vigente el impuesto por la generación de la energía eléctrica. Tras su eliminación temporal en octubre, el Ministerio para la Transición Ecológica se ha visto en la obligación de recuperarlo. ¿Por qué? En este artículo lo explicaremos, como también detallaremos las medidas que podemos tomar para contrarrestar la subida de la factura de la luz que traerá consigo su aplicación.
Una subida irremediable del recibo de la electricidad
Malas noticias para todos los consumidores. La ministra Teresa Ribera ha recuperado el impuesto por la generación de la energía eléctrica, el cual suspendió de forma temporal en octubre. Pese a que la decisión en aquel momento era mantener a raya el precio de la luz, ahora se ha visto en la obligación de recuperarlo. ¿El motivo? La legislatura acaba pronto y no puede promover una renovación de la suspensión, ya que entraría en vigor el mismo mes en el que su partido podría perder el Gobierno.
Debido a ello, todos los clientes veremos cómo nuestra factura de la electricidad se encarece (consumamos más o menos de lo habitual) en torno a un 4 %. Y es que este impuesto incrementa el importe de la luz un 7 %, independientemente de la tarifa que tengamos contratada.
Cambiar a una tarifa más económica ¡es posible!
El principal problema de la llegada de este impuesto es que nos afecta a todos los consumidores. No importa si nos beneficiamos del bono social o si tenemos una tarifa de precio fijo. Ahora bien, esto no implica que no tengamos un margen de maniobra.
Si hace tiempo que no actualizamos nuestro contrato, es posible que tengamos una tarifa con un precio para el kWh más elevado del que se ofrece ahora mismo. Para salir de dudas, tan solo debemos coger una de nuestras facturas y revisar cuánto nos cobra nuestra compañía por la energía consumida.
Aunque las cifras de los precios no son agradables ni fácilmente comparables, debemos hacer el esfuerzo y anotar todos los números. A partir de aquí, solo tendremos que ver qué se brinda en el mercado hoy en día. Para ello, lo más rápido es acudir a un comparador de tarifas de luz y gas online, ya que en él encontraremos toda la información disponible.
Indagar en otras modalidades dentro del mercado
¿Tenemos una tarifa con un precio ajustado? Salvo que seamos clientes de la tarifa por horas, detectaremos con rapidez si el coste que asumimos es más o menos alto de lo que se ofrece en este momento.
Pero no solo el importe del kWh es importante. Cuando elegimos la tarifa eléctrica es vital ser consecuentes con nuestros hábitos de consumo, de modo que podamos evitar pagar de más. Es más, si nuestra rutina ha cambiado en los últimos meses, ¿es posible que la tarifa ya no sea la que mejor se nos ajusta?
En la actualidad, debemos tener presentes dos casos básicos:
- No tenemos una rutina marcada. Si trabajamos en casa, lo más conveniente es apostar por una versión que brinde un precio estable todo el día. En este caso es importante tener en cuenta que existe una diferencia de un 20 % entre la tarifa más económica y la más cara (casi 170 euros al cabo del año).
- Nuestro mayor consumo lo realizamos por las noches. En este supuesto, una modalidad con discriminación horaria nos puede ahorrar un buen pellizco. En cifras: para una potencia de 3,3 kWh y un consumo mensual de 250 kWh, hablamos de al menos seis euros mensuales de diferencia o, lo que es lo mismo, más de 70 euros anuales.
Y si somos beneficiarios del bono social, no tendremos solución y deberemos asumir la subida. Y es que, por mucho que hallemos tarifas económicas, ninguna nos dará un coste inferior al que podemos conseguir con esta ayuda.
Evitar extras que solo encarecen la factura
Si estamos contentos con nuestra tarifa y el precio del kWh se ajusta a lo que se ofrece ahora mismo en el mercado, ¿qué última bala nos queda?
Desde hace un par de años, la mayoría de las compañías evitan la obligación de sumar servicios adicionales en sus tarifas. No obstante, si tenemos un contrato antiguo, es posible que tengamos este extra asociado a nuestro recibo. Como extras se contemplan desde los seguros de pagos, hasta el servicio de mantenimiento de las instalaciones.
Para hacernos una idea, las grandes empresas cobran entre 2,40 euros y 17,50 euros mensuales por el paquete de mantenimiento de estos servicios. ¿De verdad compensa pagar hasta 210 euros anuales?