Un grifo mal cerrado que provoca una inundación o una plaga de cucarachas por haber olvidado tirar la basura son algunas de las consecuencias más directas de no haber protegido la vivienda antes de salir de vacaciones. Por ello, como se señala en este reportaje, para evitar sorpresas a la vuelta, hay que dedicar algo de tiempo antes de partir para tratar de dejar la casa en perfectas condiciones.
Revisar a fondo la casa
Las ganas y las prisas por dar la vuelta a la llave, cerrar la puerta de casa e irse de vacaciones son compatibles con revisar cada habitación a fondo y haber dejado todo en orden antes de salir. Si no, a la vuelta, tras una ausencia de varios días, las jornadas de descanso pueden terminar en desagradables sorpresas. Y no solo si se recibe la indeseable visita de los cacos, sino por cualquier problema evitable, como haber dejado un grifo mal cerrado o no haber hecho limpieza y tirado la basura. Por ello, conviene dedicar un tiempo al día, durante las jornadas previas a la salida de vacaciones, a revisar todo y hacer limpieza.
Conviene revisar las posibles fugas de agua y los enchufes, trasladar las joyas y objetos de valor a un lugar seguro y hacer limpieza general antes de irse de vacaciones
Se trata de conseguir que, a la vuelta de los días de descanso, todo se encuentre como se dejó. Lograrlo es sencillo, y las pautas que se deben seguir van desde revisar todas las salidas de agua, al traslado de las joyas y objetos de valor a otros lugares más seguros, pasando por una limpieza a fondo de todas las habitaciones con el fin de evitar la entrada de pequeños insectos.
Dejar la casa bien limpia impedirá la visita de insectos y parásitos (tan frecuente en estos meses), e incluso de pequeños roedores.
Cerrar por completo todas las salidas de agua, gas y otras energías para evitar fugas que puedan amargar los días de vacaciones.
Cortar la electricidad es una medida preventiva para dotar de mayor seguridad al hogar durante una ausencia prolongada. No obstante, si se hace así, conviene asegurarse de dejar el frigorífico y el congelador vacíos.
Cerrar todas las ventanas y terrazas de la casa, aparte de ser una medida preventiva para impedir la entrada de ladrones, es un método idóneo para mantener la temperatura en todas las habitaciones durante las jornadas de descanso.
Revisar todos los grifos y salidas de agua para prevenir cualquier fuga. Si se detecta cualquier anomalía, conviene repararla.
No dejar dinero en metálico, ni tarjetas, joyas u otros artículos de valor en la vivienda. Mientras dure la ausencia, se puede dejar en casa de familiares o amigos de confianza. En última instancia, cabe el recurso de alquilar una caja fuerte en el banco o caja de ahorros para depositarlas durante esos días.
Apuntar el número de referencia de los aparatos de mayor valor como compactos, ordenadores, aparatos de audio y vídeo… Serán de gran ayuda para recuperarlos ante una posible visita de los ladrones.
Pedir a algún vecino de confianza que revise la casa de manera regular.
Si no se corta la luz, hay que desenchufar los aparatos electrónicos: televisores, reproductores, aire acondicionado, electrodomésticos… De este modo, se evitarán consumos innecesarios y, además, se protegen de posibles subidas de tensión provocadas por tormentas de verano.
La cocina requiere un cuidado especial antes de dejar la casa. Todo debe quedar pulcro, sin que la limpieza afecte en lo más mínimo al funcionamiento de los electrodomésticos.
Se puede empezar por la nevera, que deberá estar libre de alimentos perecederos y de restos de cualquier tipo, para poder desconectarla o dejarla al mínimo para ahorrar dinero en la factura eléctrica. Luego se puede pasar a la lavadora, lavaplatos y microondas y, por último, conviene hacer una limpieza exhaustiva del fregadero, eliminando cualquier resto de comida o suciedad que hubiese en él.
Por supuesto, hay que retirar la bolsa de basura y otros residuos, para evitar que los malos olores se prolonguen en los días de ausencia en el hogar, y para que no acudan bichos.