Perder la tarjeta en la última noche del año es una situación que se da con relativa frecuencia. Es un trastorno que conlleva numerosas molestias, pero aún es peor que el extravío se deba a un robo. Cuando ocurren estas acciones delictivas, conviene conocer hasta qué cantidad estará cubierto el uso fraudulento de los “plásticos”, para no llevarse después sorpresas. En estos casos, los titulares deberán sufragar los 150 primeros euros, mientras que del resto se hace cargo el banco o la caja de ahorros. Además de esta y otras responsabilidades de los dueños de las tartejas, en este artículo se detallan los pasos que se deben seguir ante su robo.
Qué pasos se deben seguir ante el robo de la tarjeta
Las tarjetas de crédito o débito son el instrumento más habitual con el que los usuarios formalizan sus pagos. ¿Quién no ha pagado con ellas la factura de un restaurante, las compras en los grandes almacenes o la adquisición de un ordenador? De ahí que la desaparición de este medio de pago sea un problema muy importante para sus titulares, que se agudiza aún más si este proceso proviene de un robo o hurto. En este caso, a la incomodidad de tener que hacer múltiples gestiones para recuperarla, se une el temor a que los fondos de la tarjeta o cuenta corriente puedan «volar». Para evitarlo, hay que realizar una serie de operaciones que frustren las intenciones de los malhechores para acceder a nuestros ahorros.
Hay que asegurarse de que el banco ha cancelado la tarjeta y comprobar los extractos bancarios los días posteriores al robo
Rapidez, una buena dosis de diligencia y un alto conocimiento de las pautas que deben seguirse en estas situaciones serán las directrices por las que guiarse para solventar, en lo posible, los problemas que acarrea el robo de la tarjeta. No menos importante es conocer hasta qué cantidad está cubierto el uso fraudulento de este medio de pago. En estos casos, los titulares deberán sufragar los 150 primeros euros, y es responsabilidad de la entidad el resto. Antes, como medida preventiva, es aconsejable no llevar la clave de la tarjeta junto a ella en la cartera, porque de ser así pondría las cosas mucho más fáciles a los ladrones. También es importante disponer de la información necesaria para denunciar estos hechos delictivos y tener siempre consigo los teléfonos (policía, entidades de crédito, etc.) útiles y necesarios para estos casos.
En cuanto se perciba la desaparición de alguna o varias tarjetas de crédito o débito, los usuarios tendrán que ponerse «manos a la obra» para que las consecuencias de este hurto no deriven en mayores problemas, sino que se limiten a las incomodidades derivadas de este tipo de acciones delictivas. Para ello, los pasos que deberán seguir las víctimas de este robo o hurto en las tarjetas serán los siguientes:
Comunicar con rapidez al banco o entidad de crédito la desaparición de la tarjeta, para que la anulen lo antes posible y puedan entregar otra de las mismas características en el menor tiempo posible (esta operación suele durar entre cuatro y siete días). En caso de robo, extravío o utilización indebida de un «plástico», sus titulares deberán llamar para que procedan a bloquearlo. Si fue un robo, hay que denunciarlo cuanto antes a la autoridad.
Hay que asegurarse de la cancelación inmediata de la tarjeta. Para comprobar que se ha hecho efectiva, basta con mirar los extractos bancarios y ver si hay algún cargo que pueda proceder del uso indebido del «plástico».
Llamar a la entidad financiera para comunicarles este hecho y que avisen de cualquier movimiento brusco o extraño en la cuenta corriente o saldo de la tarjeta. También cabe la opción de bloquear de forma momentánea la cuenta para evitar posibles fugas de capital.
Si se dispone del servicio de banca por Internet, se puede controlar la cuenta o tarjeta al instante, en los minutos posteriores al robo.
Si después de haber notificado la desaparición de la tarjeta se hacen operaciones con ella, se deberá a un error en el sistema de anulación y, por tanto, se podrá reclamar al banco o aseguradora el importe de las mismas.
Es conveniente realizar una denuncia en la comisaría de policía para potenciar nuestra figura ante posteriores diligencias de los usuarios. Si bien la normativa del Banco de España no recoge la necesidad de aportar una denuncia policial al procedimiento de reclamación ante la entidad, en caso de ser una operación de fraude y necesitarse la intervención judicial, la denuncia policial sería imprescindible.
Las responsabilidades del titular de la tarjeta
Aunque la primera actuación en caso de desaparición de la tarjeta de crédito o débito es la notificación pertinente al banco emisor, también puede suceder que los cacos hubieran utilizado de forma fraudulenta este medio de pago. En esta circunstancia hay que tener presente que sus dueños solo tendrían que responsabilizarse de una cantidad máxima especificada en el Código de Buena Conducta del sector bancario europeo.
1. La cantidad que deberán asumir sus titulares alcanza los 150 primeros euros y es responsabilidad de la entidad el resto. No obstante, al carecer de una legislación concreta sobre este aspecto, lo más aconsejable es acudir al contrato realizado con la entidad bancaria.
2. El Código de Buena Conducta, al que están adheridas la mayoría de entidades bancarias, especifica que los dueños de las tarjetas no asumirán ninguna responsabilidad por los pagos fraudulentos que se puedan generar después del aviso a la entidad de su pérdida o robo, salvo que el titular haya incurrido en fraude o negligencia grave.
3. A pesar de todo, no se especifica un plazo concreto para que el usuario avise de la pérdida o robo de su tarjeta, por lo que para estos casos se recomienda que se notifique lo antes posible su desaparición, a los pocos minutos u horas de perpetrarse este hecho delictivo.
4. Es necesario disponer de todos los datos de la tarjeta sustraída para indicarlo en su notificación a la entidad financiera: modelo, número de identificación, fecha de caducidad, etc.
Son muchas las entidades bancarias que suelen prever un contrato de seguro de la tarjeta con el fin de que, en caso de robo, la compañía reintegre al usuario la cantidad que le ha sido sustraída.
Hay que tener en cuenta que esta prestación que ofrecen los “plásticos” presenta una doble modalidad aseguradora:
- Por un lado, el seguro por robo, que cubre cualquier cargo que se realice contra una cuenta en caso de robo, siempre y cuando se notifique de manera adecuada.
Por otro, el seguro contra el fraude, con un funcionamiento similar al anterior.