El transporte público es el más elegido por los usuarios para desplazarse en la ciudad. Pero el aumento de la población en las grandes urbes y el mayor uso de autobuses, metro o tranvía tiene como consecuencia directa un riesgo más elevado de incidentes. Para evitarlos y garantizar la seguridad de los ocupantes, estos servicios cuentan con cámaras, vigilantes, interfonos y otros sistemas como alarmas o mamparas.
La seguridad en el metro
El metro es uno de los medios de transporte público más utilizados en las grandes urbes. Se caracteriza por ser uno de los más rápidos y llegar a numerosos lugares. Pero es usual también que se registren más incidencias relacionadas con la seguridad. Por ello, cuenta con una amplia gama de dispositivos de este tipo y abundante personal especializado:
Vigilantes de seguridad. En los últimos años, las redes de metro de las ciudades españolas que cuentan con este sistema de transporte han aumentado el número de agentes de seguridad. Es personal especializado en servicios de vigilancia, que está preparado para resolver las incidencias más habituales que se plantean en estos medios de transporte. En algunos casos, pueden disponer de perros adiestrados que patrullan las estaciones y los lugares más conflictivos. Su labor consiste en disuadir a los carteristas o personas que provoquen problemas o situaciones violentas. Para ello, cuentan con el apoyo permanente del sistema de videovigilancia que, controlado a distancia, cubre casi toda la red de los principales metros del país.
No obstante, también vigilan las policías autonómicas, ya que tal y como establece la ley, el mantenimiento de la seguridad pública depende de las distintas administraciones públicas de las comunidades autónomas y de las corporaciones locales.
Cámaras de seguridad. El metro dispone de cámaras en el interior de los vagones. Sólo en el subterráneo de Madrid hay 50 cámaras dentro de los trenes. Este dispositivo de vigilancia es ya un requisito imprescindible para la tranquilidad de los usuarios. Se graba todo cuanto sucede: en el andén, en las taquillas, en las vías e, incluso, en los exteriores de los accesos al suburbano. Por lo general, sólo se conservan y se almacenan los datos si se ha registrado alguna incidencia. En caso contrario, se borran.
Puestos de seguridad de línea. Desde ellos se visualizan en tiempo real las imágenes de las cámaras distribuidas por las estaciones y trenes. Además, se reciben las alarmas de seguridad y se lleva el control de las rondas de los vigilantes que patrullan por las instalaciones de las redes de los metros, localizados en todo momento.
Interfonos. Las estaciones del metro disponen de interfonos en la zona central de cada andén, en las líneas de peaje y en los módulos de información situados al lado de las máquinas de venta automática, siempre conectados con el personal de las estaciones. Cuando algún viajero se pone en contacto desde un interfono, las cámaras de videovigilancia que hay alrededor se fijan sobre él para asegurarse de su situación real y poder actuar con la mayor rapidez posible. Todas las estaciones de la red tienen intercomunicadores que funcionan como punto de información y auxilio.
Información al usuario. Es un sistema de megafonía complementario a la videovigilancia. También está centralizado y es de gran utilidad para dar mensajes en caso de necesidad (incidencias, alarmas, etc.).
Alarmas. Las instalaciones del metro disponen de alarmas que alertan a los centros de control sobre la presencia de cualquier intruso, lo que permite actuar con mayor rapidez.
Mamparas de seguridad en los andenes. Son unas cristaleras correderas transparentes que se colocan en el borde del andén de forma paralela a la vía del tren. Permiten ver el andén y la llegada del convoy, y se abren a la vez que las puertas de éste. Las primeras se han instalado en los metros de Sevilla y Madrid. Es una medida que, además de evitar accidentes en la vía y caídas de objetos, permitirá a los trenes entrar con mayor velocidad en las estaciones.
Sistema de protección automatizado. Es el sistema denominado ATP (Automatic Train Protection) que, unido al ATO (Automatic Train Operation), permite la conducción automática del metro. Ambos evitan los accidentes en caso de que el conductor padezca algún problema, indisposición o pérdida de sentido.
Seguridad en autobuses urbanos
Al igual que ocurre en las redes de metro, también el servicio de autobuses urbanos cuenta con dispositivos para preservar la seguridad de los viajeros y de los conductores de los vehículos.
Micrófono dentro de la cabina del conductor. Lo pueden utilizar en caso de sufrir alguna incidencia, para ponerse en contacto con la central.
Cámaras de vigilancia. Aunque algunos autobuses urbanos de las grandes ciudades carecen de este dispositivo de seguridad, su número es cada vez mayor. El sistema de videovigilancia (denominado VEA, Videovigilancia Embarcada en Autobuses) engloba grabación y monitorización de vídeo de alta resolución en tiempo real. Cada coche está equipado con cuatro cámaras. Los articulados tienen alguna más. De este modo, se pueden grabar todos los espacios del autobús. Esas imágenes se guardan durante una semana, como mínimo, y pueden consultarlas todas las personas que lo requieran en caso de sufrir una agresión o un robo.
Además, si se registra alguna emergencia sanitaria, de seguridad o de cualquier otro tipo, el conductor puede pulsar un botón o un pedal que activa de modo automático una central receptora de alarmas y comienza a grabar todo lo que sucede en el autobús. En estos casos de emergencia, el operador del centro de control puede notificarlas a los servicios de orden público o de emergencias, como al SAMUR, policía, etc. Cada autobús también tiene GPS para localizarlo en cualquier momento.
Seguridad en el tranvía
Bilbao, Sevilla o Valencia, entre otras ciudades, cuentan con una red de tranvías como medio de transporte urbano. Al igual que el metro y los autobuses, disponen (o está en proyecto tenerlas) de similares medidas de seguridad.
Cámaras. No todos los tranvías cuentan todavía con ellas, pero dado el elevado número de incidentes que se registran, se piensa implantarlas. El objetivo consiste en evitar las agresiones, los robos o el control de las personas que acceden sin billete.
Conducción automatizada. Al igual que el metro, el tranvía cuenta con conducción automatizada. Circula a través de una plataforma reservada y no comparte la vía con otros vehículos, por lo que la seguridad es máxima tanto para los viajeros como para los peatones y los conductores. Tienen sistemas de protección y conducción automática contra choques, alcances o superación de la velocidad, así como medios de iluminación especiales que permiten adaptar la luz a la circulación según se desarrolle en superficie o en el interior del túnel.
Mamparas de seguridad. Las puertas de las mamparas, colocadas en paralelo a los raíles del tranvía, coinciden con las de los trenes. Se abren de modo simultáneo y su fin es evitar accidentes.