Los días de Nochevieja y Reyes son los más tradicionales para asistir a cotillones. Aunque son fiestas para divertirse, pasarlo bien y olvidarse de los problemas, hay que ser responsable y saber de antemano a qué tipo de evento se va. La seguridad y que se cumpla lo prometido en la publicidad es esencial para terminar la celebración tan feliz como se inició. Por ello, como se señala en las siguientes líneas, hay que prestar especial atención a las fiestas que tienen lugar en locales alquilados de forma específica para un cotillón y a las organizadas por particulares.
Cotillones, siempre autorizados
Las quejas se refieren casi siempre a la seguridad del local, el incumplimiento del aforo máximo permitido y los elevados precios
Una noche inolvidable, la del paso de un año a otro, se puede ver aguada por acudir a la fiesta equivocada. No pocas veces, el cotillón que se anunciaba como insuperable resulta ser un fiasco. Las quejas más frecuentes en este tipo de eventos se refieren a la seguridad del local, el incumplimiento del aforo máximo permitido y los precios muy altos, que no se corresponden al servicio prestado.
Conviene, por tanto, conocer algunas cuestiones relativas a su organización, así como los derechos que asisten al cliente, antes de comprar una entrada:
Los encargados de otorgar permisos y comprobar que los locales que acogerán este tipo de evento cumplen las condiciones necesarias de seguridad son los ayuntamientos.
- Las actuaciones de música o variedades solo se pueden celebrar en salas de fiestas y locales con permiso específico para esta actividad.
En cuanto a la seguridad del recinto, hay que revisar la solidez constructiva del local, salidas de emergencia, accesibilidad de medios de auxilio, extintores, instalación eléctrica, sistemas contra incendios, alumbrado de emergencia y el tratamiento ignífugo. Asimismo, todos los locales deberán contar con un plan de emergencias y en ningún caso podrán rebasar el aforo permitido.
Antes de acudir a un cotillón es deseable tener referencias sobre la empresa o particular que lo organiza, y verificar que dispone de la correspondiente licencia antes de adquirir la entrada.
Respecto al derecho de admisión en la fiesta, este no depende del libre albedrío por parte del organizador o del portero. Solo se puede impedir la entrada al local por causas justificadas, como actitudes agresivas, xenófobas o violentas.
Además, los locales donde se celebran este tipo de fiestas deben tener hojas de reclamación selladas. Se trata de un impreso autocalcable con tres copias: una blanca para enviar a la oficina municipal del consumidor o departamento de consumo del gobierno autonómico, una verde para el usuario y otra rosa para el local.
En todo caso, entre los consejos generales de las organizaciones de consumidores destaca siempre el de guardar el tique de la entrada y, si lo hubiera, el folleto publicitario de la fiesta que tiene, como toda publicidad, valor de contrato.