Pagar menos en los recibos de la luz es un objetivo que ningún consumidor debería perder de vista año tras año. Si a esto se le suma que la tarifa por horas (PVPC) funciona de una forma muy diferente a la clásica, la atención del usuario debería agudizarse aún más. Si le puede la pereza, tal vez sea el momento de volver a las tarifas conocidas como “de precio fijo”. Pero ¿en qué mercado? ¿Interesa mantener el contrato eléctrico dentro del mercado regulado? A continuación, se analiza qué aspectos hay que tener en cuenta para decantarse por uno u otro.
Mercado libre o regulado, ¿dónde están las ofertas de la luz?
Este año ha empezado con récord histórico de portabilidades móviles. En concreto, casi 700.000 usuarios de este tipo de telefonía decidieron portar su contrato a otra compañía, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Sin embargo, este trajín de cambios no se da en el sector energético.
Pese a que muchos ciudadanos se quejan de las constantes subidas del coste de la electricidad, pocos se sientan a mirar si existen tarifas de la luz más competitivas de las que tienen contratadas. Como consecuencia, se acaba incrementando la factura sin que haya más motivo que la pereza de buscar alternativas. Y es que es habitual que las comercializadoras suban sus precios cada año, por no mentar a la tarifa PVPC o por horas, que va ligada a las oscilaciones del mercado.
Ahora bien, una vez que se ha decidido dar el paso y buscar mejores ofertas, ¿a qué mercado interesa acudir? Si el usuario se centra en las modalidades de precio fijo, debe saber que las ofertas solo se encontrarán en el mercado libre. Esto se debe a que es en él donde las compañías tienen más margen para jugar con los importes; en cambio, todas las tarifas de precio fijo alternativas a la PVPC del regulado deben seguir las mismas reglas.
El precio como arma
Si hay libre competencia, eso se traduce en promociones: descuentos, servicios extras o condiciones más atractivas -al menos sobre el papel-. Esta es la gran baza de las comercializadoras de mercado libre, pero ¿significa que ofrecen precios más bajos que en el mercado regulado?
Cuando uno piensa en tarifas reguladas, viene a la cabeza que el importe será más bajo. No obstante, esta «garantía» se pierde un poco cuando la compañía debe congelar el coste durante 12 meses, que es el sistema de las tarifas de precio fijo. Dado que deben hacer una estimación de las posibles oscilaciones, el coste que se establece siempre tira al alza. Eso sí, no obligarán a contratar otros servicios que encarezcan la factura. Pero ¿es este mercado más barato que el libre?
El importe del kWh que aplican las compañías en el mercado libre es similar al del regulado, incluso más alto en algunas ocasiones. No obstante, al tratarse de las mismas empresas, intentan que sus propuestas del mercado libre acaben siendo más atractivas que las reguladas. Esto lo consiguen aplicando descuentos o añadiendo servicios gratuitos. Además, las tarifas que se gestionan 100 % online (contratación, facturación…) tienen aún más rebajas, con lo que se acaban teniendo facturas más económicas que con las propuestas reguladas. Incluso eliminan el compromiso de permanencia, lo que deja en jaque a las tarifas de mercado regulado.
El bono social, determinante
Entonces, si se pueden conseguir mejores precios con las tarifas libres, ¿por qué se debería plantear acudir al regulado? No tiene demasiado sentido y las compañías lo saben, por eso los importes son más atractivos. Además, las tarifas fijas alternativas al PVPC también exigen permanencia, por lo que al final no tienen ningún beneficio.
No obstante, sí existe un caso en el que habría que mantenerse en el mercado regulado. Pero, ojo, solo con la tarifa por horas. Esta situación se da cuando las circunstancias personales permiten acogerse al bono social, una ayuda pensada para las familias en riesgo de pobreza energética.
Para considerarse dentro de lo que se denomina consumidor vulnerable, se debe cumplir una de estas tres situaciones:
- Ser familia numerosa.
- Todos los miembros de la unidad familiar son pensionistas (por jubilación o incapacidad permanente) con la adjudicación mínima.
- La renta familiar es inferior a 11.279 euros (si no hay menores), 15.039 euros (con un menor) o 18.799 euros (con dos menores).
En función de la situación, se aplicará un descuento del 25 % o del 40 %, por lo que, en el supuesto de poder acogerse a esta ayuda, interesa -y mucho- mantenerse dentro del mercado regulado.