Para festejar la Navidad, celebrar una boda o comunión… o para disfrutar de las vacaciones estivales. De manera habitual, se solicitan créditos para sufragar los gastos que conllevan. Pero conviene saber que disfrutar unos días en verano puede suponer endeudarse en exceso para el resto del año. Para no deber demasiado dinero a las entidades de crédito, hay que ajustar el préstamo a las necesidades particulares, acortar los plazos, no suscribir otros productos financieros, demandar la cantidad mínima que se necesite y no aceptar cláusulas abusivas que incrementen la deuda.
Pistas para evitar endeudarse
Para no tener deudas, es obvio que lo más conveniente es no pedir dinero, pero esta opción no siempre es posible. Por ello, si se va a solicitar un crédito para poder disfrutar de las vacaciones estivales, hay que seguir unas pautas:
Una de las mejores fórmulas para evitar endeudarse es pedir solo la cantidad que se necesite y decantarse por un producto que no contemple comisiones, ni de estudio, ni de apertura o cancelación anticipada, ya que pueden cargar en exceso la factura total del préstamo. Aunque no se incluyan todas, encarecen el préstamo entre un 0,5% y 3%.
También hay créditos sin comisiones, pero su oferta está muy limitada y es habitual que el capital adelantado sea muy exiguo.
Respecto a los tipos de interés, oscilan entre un 8% y un 12% de media, aunque se pueden rebajar en más de un punto porcentual si se tiene domiciliada la nómina o se contratan otros productos bancarios, como seguros. No es conveniente acceder a ello, ya que el precio final del préstamo se puede elevar por el coste de suscribir esta póliza innecesaria casi siempre.
También es aconsejable suscribir un crédito con el menor plazo de amortización posible. El objetivo es pagarlo antes y evitar un endeudamiento innecesario durante muchos años.
Es deseable contratar un producto flexible que permita amortizaciones anticipadas o reducir el plazo sin penalizaciones y, a ser posible, que incluya seguros con coberturas para futuros riesgos en la devolución: garantía de incapacidad temporal y de desempleo.
Otra solución para aligerar los primeros pagos es la inclusión de la exención del pago de cuotas durante los primeros meses del crédito, casi siempre tres. Si bien no proporciona ninguna rebaja sobre el producto final, al menos da un respiro momentáneo, al pagarlo los meses siguientes a las vacaciones.
Si se quiere evitar un excesivo endeudamiento para disfrutar de las vacaciones, se puede optar por otros modelos. Uno de ellos son los “créditos nómina”, que adelantan la nómina por el mero hecho de domiciliar el sueldo en la entidad. En general, no conllevan ningún tipo de interés, ni aplican penalizaciones. El adelanto máximo es de tres nóminas.
En casos urgentes, la solución podría estar en manos de algún familiar que adelantase el dinero. Se evita de este modo pagar intereses y las condiciones de devolución son más flexibles. Si se opta por esta forma de obtener financiación, conviene firmar un contrato.
Aunque poco recomendable, se puede acudir a un préstamo urgente. Anticipan hasta 10.000 euros y el plazo de amortización máximo es de entre uno y tres años. A cambio, aplican un tipo de interés muy alto, superior al 20%.