Debido a la situación económica actual y a que las ventas no han sido las esperadas a lo largo de 2011, son numerosos los establecimientos que han ofertado sus productos con promociones y descuentos durante la campaña navideña, con el fin de atraer a más compradores. A pesar de ello, los expertos auguran que el consumo en 2012 será menor que el año pasado. Los productos de alimentación y droguería son las únicas partidas que experimentarán consumos más elevados. Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el consumo privado caerá en España un 0,1% durante este nuevo año, tras registrar un crecimiento cero en 2011. Comprar en rebajas constituye una oportunidad para adquirir diversos artículos a un precio más bajo que en otras temporadas, pero conviene seguir una serie de pautas detalladas a continuación.
Las rebajas de invierno abarcan, en general, desde el 7 de enero hasta el 6 de marzo. Llegan de manera oficial después de la festividad de Reyes en casi todas las comunidades autónomas, salvo en Madrid, donde comienzan el día 1 de enero, o en la Región de Murcia, donde empiezan el día 2.
En cualquier caso, su duración nunca puede ser inferior a 15 días ni superior a dos meses. Cada establecimiento comercial tiene el deber de exhibir al público en un cartel visible la fecha del periodo de rebajas.
Los derechos del comprador deben ser los mismos en periodo de rebajas que en cualquier otra época del año
Además, los artículos tienen que haber estado expuestos en las tiendas, al menos, durante un mes antes del comienzo de las rebajas.
Ocho consejos para las rebajas
Elaborar un presupuesto y hacer una lista de compras
Es primordial establecer una cantidad de dinero para gastar, de acuerdo con las posibilidades de cada uno, y no sobrepasarla. Lo más adecuado es hacer una lista con los artículos que se necesitan (ropa, calzado, complementos, menaje, electrodomésticos, etc.) y estimar un precio aproximado para cada uno de ellos. Además, hay que intentar ajustarse al máximo para no salirse del presupuesto establecido. Por ello, se deben evitar las compras impulsivas, los caprichos y los artículos que no tienen una gran utilidad.
Las etiquetas deben indicar el precio rebajado junto con el anterior
Días antes del comienzo de las rebajas, es conveniente acudir a los establecimientos para localizar los productos más interesantes en calidad y precio. Así resulta más sencillo comparar el porcentaje de descuento de los artículos antes y durante la temporada de rebajas. La etiqueta de cada artículo a la venta debe llevar el precio anterior y el precio rebajado o, en su defecto, el porcentaje de la rebaja.
Los artículos rebajados tienen que cumplir las mismas normas de calidad y etiquetado que durante el resto del año. En prendas textiles, hay que revisar con atención la etiqueta, en la que debe figurar la composición, el tratamiento de lavado y planchado y la talla. En el caso de los electrodomésticos, la etiqueta debe contener el grado de eficiencia energética.
Comprobar que la calidad es la misma
Durante las rebajas, el comprador tiene las mismas garantías que en otras temporadas. Por ello, está prohibido vender como rebajados los productos con alguna tara, deteriorados u obsoletos. Cuando un artículo tiene un defecto, se puede exigir al vendedor el abono de la compra, sin la obligación de aceptar cheques, vales, ni cambios, tanto si se pagó con tarjeta, como si se hizo en efectivo.
Los establecimientos no deben combinar las rebajas con otras promociones, ni se pueden poner a la venta saldos como si fueran rebajas. La calidad de los productos en rebajas debe ser la misma que durante el resto del año. La Ley de Ordenación del Comercio Minorista (Ley 7/1996 de 15 de enero) establece una diferenciación entre los siguientes conceptos:
- Rebajas: son las ventas de artículos de igual calidad que en otra temporada, pero a un precio más bajo.
- Ventas de promoción: son las que se realizan a un precio inferior o en condiciones más favorables que las habituales, con el fin de incentivar la venta de determinados productos.
- Saldos: son productos ofertados a un precio más bajo por causa de un desperfecto, deterioro u obsolescencia.
- Liquidaciones: son ventas de carácter excepcional debido al cese de la actividad del comercio, traslado, modificación del negocio o similares.
No abusar de las tarjetas de crédito
Para poder hacer frente a las mensualidades posteriores, hay que establecer un límite razonable en las compras. Los créditos rápidos no son aconsejables por su elevado tipo de interés. Sin embargo, numerosos comercios ofrecen la financiación de sus productos de forma gratuita. En cualquier caso, mientras sea posible, es mejor utilizar dinero en efectivo, ya que las tarjetas de crédito, a menudo, distorsionan la visión de los gastos.
Por otra parte, ningún establecimiento está obligado a aceptar el pago con tarjeta de crédito o débito. De todas formas, si durante el año un comercio acepta como forma de pago los cheques, tarjetas de crédito u otro medio que no sea el dinero en efectivo, en rebajas está obligado a aceptarlos sin ningún tipo de recargo adicional, salvo que en el establecimiento se indique, de forma visible, la no aceptación de este medio de pago.
En Internet hay que comprar en sitios seguros
Se debe comprar en páginas adscritas al Sistema Arbitral de Consumo. Esta vía para resolver conflictos en las compras garantiza que, en caso de reclamación, la resolución se realizará de forma gratuita, diligente, imparcial y sin necesidad de llegar a los tribunales.
Cuando se compra a través de Internet, el método más seguro consiste en hacerlo en los sitios web de firmas reconocidas. Además, en el momento de introducir los datos bancarios, hay que comprobar que la dirección del navegador comience por «https» (Hypertext Transfer Protocol Secure o Protocolo de Transferencia Segura de Hipertexto), en lugar de «http». Esto significa que es una página web segura, al estar cifrada la información que se transmitirá.
La garantía del producto debe ser igual a la propuesta durante el resto del año
Los establecimientos no están obligados a reembolsar el dinero de productos en perfecto estado. La posibilidad del cambio o devolución de un artículo se considera una atención comercial y solo se realiza cuando así lo anuncia el establecimiento. Por ello, es conveniente conocer la política de devoluciones de cada comercio. En caso de deterioro, defecto de origen o avería en el producto, cuando no se deba a su desgaste o al mal uso, el comprador tiene derecho al reembolso del dinero o al cambio del artículo.
En el caso de las compras a distancia, el consumidor dispone de siete días hábiles desde que recibe el artículo para devolverlo.
Asimismo, el comprador debe exigir las condiciones de la oferta tal y como estaban anunciadas en el establecimiento. No obstante, conviene preguntar en el momento de efectuar la compra para saber si la oferta continúa vigente. No hay que dejarse llevar por los grandes porcentajes de los letreros y rótulos, sino leer con atención las etiquetas de cada producto.
En el caso de los bienes de carácter duradero, el plazo mínimo de la garantía es de seis meses, a partir de la fecha de recepción del artículo, excepto cuando la naturaleza del mismo lo impida. Si hay que reclamar, durante los primeros seis meses, es el comerciante quien debe probar que el defecto del producto sobre el que se reclama no es de fabricación.
Guardar los comprobantes de pago, tiques de compra y garantías
Se deben guardar siempre los justificantes de compra, facturas y tiques como únicas garantías ante un posible cambio, devolución o reclamación. Los certificados de garantía tienen que estar cumplimentados. Por su parte, el tique de compra debe contener el nombre del producto, la fecha de adquisición, el precio, el nombre y el CIF (Código de Identificación Fiscal) del establecimiento.
Todos los bienes de consumo nuevos tienen dos años de garantía, mientras que los de segunda mano vendidos en establecimientos comerciales tienen, como mínimo, un año. Además, la devolución de un producto adquirido antes de la época de rebajas debe hacerse por el importe que figura en la factura, y no por el precio del artículo rebajado.
Reclamar en caso de conflicto con el establecimiento
En España hay más de 50.000 establecimientos con el distintivo del Sistema Arbitral de Consumo, un procedimiento extrajudicial de resolución de conflictos que las Administraciones Públicas competentes en materia de consumo ponen a disposición de los compradores. Este sello garantiza que, en caso de reclamación, la resolución no requerirá llegar a los tribunales y será rápida, imparcial y gratuita.
Durante el periodo de rebajas, los establecimientos tienen que contar con hojas de reclamaciones a disposición de los clientes. En caso de tener que hacer una reclamación, solo hay que rellenar una solicitud y entregarla en una de las Juntas Arbitrales de Consumo, en la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor) de su localidad o en una asociación de consumidores.
En cualquier caso, las Administraciones Públicas son las encargadas de velar por el cumplimiento de lo dispuesto en la ley y, para ello, pueden realizar las inspecciones oportunas en los establecimientos comerciales. Sin embargo, la competencia sancionadora corresponde a las respectivas comunidades autónomas.
Unas rebajas con precios agresivosSe presume que las presentes rebajas serán más agresivas en cuanto a los precios, ya que están marcadas por la crisis económica y por la Ley de liberalización de los horarios comerciales en la Comunidad de Madrid.
Esta ley no convence por igual a comerciantes y clientes. Mientras los consumidores se muestran satisfechos en su mayoría, los pequeños comerciantes creen que favorecerá más a las tiendas que tienen un mayor tamaño y pueden contratar a más personal o extender los horarios.
Serán unas rebajas muy duras y de bajas ganancias para la mayor parte de los comerciantes, quienes tendrán que recortar sus márgenes. Atrás ha quedado la época en que los consumidores compraban por impulso y gastaban gran cantidad de dinero en las rebajas. Hoy se practica una austeridad obligada y solo se compran los artículos que no se pueden adquirir en temporada. Las ventas del comercio minorista cayeron un 7,2% en noviembre de 2011, con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).