La crisis ha puesto al euro en el banquillo de los acusados y ha sembrado dudas sobre su continuidad como moneda común de todos los europeos. Y con las dudas sobre la salud de la economía europea, la peseta, que entró en vigor por primera vez como moneda nacional en el año 1868, parece gozar de buena salud en la hucha de los españoles. Eso se desprende de los últimos datos revelados por el Banco de España (BDE). Los ciudadanos españoles conservan en su poder un total de 1.707 millones de euros en pesetas sin canjear, de los que 896 millones de euros (149.082 millones de pesetas) se guardan en billetes y 811 millones (134.939 millones de pesetas), en monedas. Con estos datos, el cambio anual de pesetas a euros ha sido de 15 millones de euros para 2011 (2.496 millones de pesetas), la cifra más baja en los últimos tres años. Esto podría leerse como una reacción a los rumores de la salida de España del sistema monetario común.
Cambio de pesetas a euros, a la baja
Si se atiende a la evolución en la tasa de cambio de pesetas por euros desde su entrada en vigor, 2011 ha sido uno de los años más bajos
Si se atiende a la evolución en la tasa de cambio de pesetas por euros desde su entrada en vigor, 2011 ha sido uno de los años más bajos. Durante 2010, los españoles canjearon 3.328 millones de pesetas (casi mil millones más que en 2011), por las que percibieron 20 millones de euros. Pero además, esto supuso un descenso del 9%, en comparación con los más de 3.660,7 millones de las antiguas pesetas canjeadas en 2009 (22 millones de euros).
Si se atiende al pasado año, el aumento de la preferencia por retener la peseta se confirma, con un 21,4% menos que en 2008, cuando se canjearon 28 millones de euros, hasta un total de 4.658,8 millones de pesetas.
Miedo ante una salida del euro
Con la progresión de la crisis, se han escuchado las opiniones de quienes vaticinan una inminente salida del sistema monetario común como la única forma de rescatar a las economías más castigadas (Grecia, Portugal, Italia, España) de la recesión. Según estas versiones, salir del euro supondría más ventajas que inconvenientes, ya que permitiría recuperar el control de la política monetaria.
El principal beneficio sería la posibilidad de devaluar el valor de la moneda y utilizar el Banco Central para imprimir dinero y comprar deuda pública, si fuese necesario, para financiar al Estado. De esta manera, la mayor competitividad en los mercados externos y la consecuente reactivación de las exportaciones compensaría la previsible caída de la demanda interna. Este análisis, entonces, fija la clave de la vuelta a la peseta en la actividad de exportaciones y turismo.
Más allá de las consecuencias para los consumidores, la reacción de las empresas muestra previsiones en este sentido. En una encuesta reciente, 14 de 20 economistas consultados opinaron que la moneda única no sobrevivirá en su forma actual y que las empresas empiezan a prepararse para el peor escenario posible. Un ejemplo de esto es la revisión de la confección estándar de los contratos comerciales -que en su mayoría no contemplan un escenario de salida del euro- por parte de algunos sectores, con el fin de poder ajustar los precios en caso de grandes oscilaciones de la moneda.
Desde el fin de la peseta, algunas firmas comerciales o cámaras de comercio han optado -de manera aislada- por invitar al pago con la vieja moneda en fechas puntuales como forma de promoción. El rescate de la peseta ha sido un éxito reciente, además, en un pueblo gallego de 9.000 habitantes. En Pontevedra, el poblado de Salvaterra do Miño, lindante con Portugal, comenzó a principios de octubre la campaña “Vuelve la peseta”, en la que más del 70% de los comerciantes del pueblo cobrarían durante un mes con la vieja moneda. La experiencia se extendió tres meses ante el éxito de la propuesta.
Conviene recordar que son canjeables los billetes emitidos a partir de 1939. Los emitidos entre 1936 y 1939 deben ser examinados por los expertos del BDE para determinar su valor de canje. Las monedas en peseta que sí conservan su valor de cambio son las de 2.000 pesetas.