La bicicleta, los juguetes que ya no se utilizan, sillas, una lámpara… mil y un objetos que no se emplean a diario, o por los que se siente cariño pero ya no sirven, se amontonan en el trastero. Es frecuente que la desorganización sea la nota dominante en esta estancia, pero gestionando su espacio se puede ya no solo sacar más partido al trastero, sino ahorrar dinero. Si se mantiene en perfecto estado, se pueden preservar los bienes depositados allí, y así evitar que se deterioren y requieran de cualquier tipo de reforma después. Pero, además, como se señala en las siguientes líneas, si se tiene uno y no se le da mucho uso, se puede alquilar o vender y así rentabilizar estos pocos pero a veces valiosos metros cuadrados.
Mejorar el rendimiento del trastero
El trastero, en ocasiones, es una estancia poco o mal aprovechada. Pero es posible sacarle un mayor rendimiento con unas sencillas pautas:
Ordenarlo cada cierto tiempo brinda la oportunidad de hallar objetos que ya no se desean, pero se pueden vender. Pequeños muebles, ropa, artículos de bebé en buen estado pero que ya no se utilizarán de nuevo… pueden tener una salida a través de mercadillos, comercios especializados, tiendas de segunda mano o venta por Internet.
Mantenerlo en buen estado, tratando de impedir la aparición de humedades, fugas de agua, etc. Para evitarlos, habría que acometer, a veces, una pequeña reforma para que estos problemas no alteren o perjudiquen los objetos guardados.
Organizarlo bien para que se conserve mejor. Así, se pueden instalar estanterías y otros muebles de apoyo que aprovechen el espacio de manera correcta para los sobrantes de la vivienda. También resulta muy útil embalar los objetos en cajas, bolsas y recipientes que les doten de mayor seguridad. No deben mezclarse los juguetes de los niños con las herramientas de bricolaje, ni el material informático con los aparatos eléctricos… Cada cosa debe ir en su propia caja, clasificada con etiquetas. De esta manera, aparte de tener todo localizado en cualquier momento, los objetos estarán más protegidos. Y, por supuesto, aunque sea un cuarto trastero, no debe estar ocupado en su totalidad, sino que hay que dejar un pasillo o espacio libre para moverse y encontrar el objeto buscado.
Alquilar o vender el trastero
Hay veces en que el trastero apenas se usa. Por ello, más aún en la coyuntura actual, no se debe descartar la idea de sacarle rendimiento y pensar en alquilarlo o venderlo.
Si se decide alquilar el trastero, se puede ceder en régimen de alquiler para que el arrendado disponga del espacio necesario para guardar sus cosas, y el propietario reciba a cambio una renta. Pero si no se desea ceder toda la estancia, también cabe la posibilidad de llevar a cabo un alquiler parcial, siempre que se encuentre una persona que demande un pequeño lugar donde cobijar la bicicleta o su material deportivo a cambio de una módica cantidad. Todas las características de la relación entre ambas partes deben reflejarse en un contrato en el que se expondrá el precio, espacio disponible y posibles limitaciones en su empleo.
Otra opción, más drástica, es vender el trastero. Está aconsejada solo si en realidad no se necesita y se prevé que en un futuro tampoco se utilizará. Si se quiere vender, hay que tener en cuenta que, en ocasiones, es preciso contar con el permiso de la comunidad de propietarios antes de realizar esta operación inmobiliaria.