Se acerca la hora de la jubilación y muchas dudas asaltan a los futuos pensionistas. Una de las más comunes es qué se puede hacer con el dinero para poder tener un retiro tranquilo: ahorrar para tener una buena suma y poder hacer frente a cualquier golpe inesperado o invertir y buscar dar rentabilidad a lo que se tiene. Como se explica a continuación, las dos opciones tienen pros y contras, pero lo más sensato sería escoger ambas, por ser complementarias. Sin embargo, para horizontes mayores de 10 años, invertir sería una buena elección. En todo caso, guardar el dinero o moverlo para que crezca depende del objetivo que se tenga y de la situación financiera personal concreta.
Ahorrar e invertir de cara a la jubilación es la mejor opción para quienes ven cerca el momento de cesar su actividad laboral. La situación idílica sería poder destinar una parte del salario al ahorro y otra, a la inversión a corto o medio plazo de manera sensata. Pero si esto no es posible, hay que saber que ahorrar es más seguro, pero no renta tanto como invertir dinero. ¿Qué hacer? En este artículo se detallan ambas opciones, que pueden combinarse o no.
Ahorrar para la jubilación: ¿cuánto dinero destinar y desde cuándo?
Todas las personas deberían ahorrar, pero más aún quienes ven cercano su retiro del mundo laboral, momento en que sus ingresos disminuirán de manera considerable. Y sobre todo es conveniente hacerlo, si se tienen en cuenta los vaticinios de los expertos respecto al sistema público de pensiones del futuro, que en ningún caso será tan boyante como el actual. Pero ¿cuánto y desde qué momento se tiene que ahorrar?
La regla de oro del ahorro es tener en la cuenta corriente al menos lo necesario para sobrevivir durante tres meses y superar los gastos principales, como el alquiler, la cesta de la compra, los suministros de agua, luz, gas… Según indican los expertos, como el asesor Diego Fernández, un objetivo óptimo de ahorro sería dedicar al menos el 10% del salario mensual para este fin y comenzar a hacerlo «a partir de los 45 años, como tarde». Para quien se encuentre en una situación más delicada, «se puede empezar reservando un 5% e ir haciéndolo crecer paulatinamente».
Ahorrar es más sencillo de lo que parece, si bien al principio puede costar cambiar de hábitos. En realidad hay múltiples gastos diarios -e innecesarios- que se pueden suprimir y, además, los métodos de ahorro son muy numerosos y variados.
También es posible ahorrar recurriendo a los distintos productos financieros para ahorrar en la jubilación que ofrecen los bancos, y que no son solo los conocidos y populares planes de pensiones. Se pueden contratar también planes de ahorro vinculados a un seguro de vida (que ayudan a formar un capital que se cobrará en el momento de la jubilación), recurrir a las mutualidades o a los diferentes planes de empleo de las entidades.
Invertir de cara a la jubilación: diversificar y no arriesgar en exceso
Si el futuro jubilado se decanta por la inversión, es muy importante tener claro cuándo se necesitará el dinero que se invierte. En el caso de quienes ven cerca la jubilación, los plazos serán el corto y el medio, donde las cosas están planificadas para tres o diez años, aproximadamente.
Para los objetivos a corto plazo (hasta tres años), por lo general lo más sencillo es invertir a través de cuentas de depósito. Los depósitos permiten obtener un rendimiento en un corto periodo de tiempo, pero es mínimo, pues en los últimos tiempos los intereses son bastante bajos.
Si el objetivo es el medio plazo, y no se deberá tocar el dinero hasta dentro de unos 10 años, hay más opciones. En este caso, se puede acudir al mercado bursátil y así evitar que la inflación reduzca el valor de los ahorros. El mercado garantiza rendimientos más altos, pero es esencial tener una cartera bien construida. ¿Cómo hacerla?
Es muy importante que esté diversificada. Es decir, «no hay que invertir todo el dinero a un solo producto, fondo o acción… No hay que tener todos los huevos en la misma canasta, según el dicho popular», señala Diego Fernández. Además, en el caso de las personas que están cercanas a la jubilación «no convendría apostar por valores volátiles, habría que huir de inversiones arriesgadas». Estos perfiles de inversor son conservadores y conviene más optar por valores seguros donde el capital esté garantizado. También es importante en estos casos conocer bien el mercado, por lo que habrá que dejarse asesorar por expertos.
Para poder escoger entre ahorro e inversión, es importante conocer qué diferencia hay entre ambos conceptos.
Ahorrar es guardar, ir sumando poco a poco para acumular una cierta cantidad. Casi siempre se hace con un objetivo concreto y con un horizonte de tiempo no muy lejano.
Invertir, sin embargo, es coger una parte del dinero y hacerlo crecer. ¿De qué manera? Mediante el uso de diferentes herramientas que pueden aumentar su valor, como acciones, fondos, etc.