Para muchos jóvenes, ser becario es la puerta de entrada a una empresa y, en ocasiones, una oportunidad para obtener un empleo. La experiencia de los becarios reporta, en general, una toma de contacto con el mundo laboral que no se adquiere en el centro de estudios. En un momento en el que conseguir un trabajo es una tarea difícil, los becarios se esfuerzan por aprovechar al máximo la pasantía que realizan, pero además, hay una serie de pautas que les ayudan a lograr un empleo. En este artículo se destacan algunas.
Cuál debe ser la actitud del becario
En los becarios se valoran las mismas características que se piden a cualquier trabajador
Cuando se comienza como becario en una empresa, a menudo, se cruza por la cabeza la idea de hacerlo lo mejor posible para obtener un contrato al final del periodo de prácticas. El momento actual dificulta esta posibilidad, pero no la impide. La actitud de los becarios es fundamental para el resultado. De su dedicación, motivación y capacidad depende que la compañía tome una decisión u otra cuando se termine el periodo de pasantía.
En los becarios se valoran las mismas características que se piden a cualquier trabajador. Por ello conviene tenerlas en cuenta desde el primer momento.
Interés. Se aprecia que los becarios muestren interés por la labor que se les encarga e, incluso, por la de otros compañeros y por la empresa en general. Es importante que la tarea adjudicada sea del agrado de la persona en prácticas para que la desempeñe con buenos resultados, pero además, una persona interesada es capaz de añadir un aporte extra en su trabajo.
Iniciativa. En ocasiones, no basta con conformarse con las labores asignadas, sino que se reconoce a quienes van más allá y hacen sus propias propuestas. Puede que estas no sean válidas o posibles, pero se tiene en cuenta la implicación del becario en la mejora de la compañía y el hecho de realizar aportaciones.
Trabajo en equipo. Es uno de los factores más reclamados por las empresas. Saber colaborar con otros, trabajar en equipo, en coordinación con el resto de miembros del departamento, incluso con personas de otros departamentos, es uno de los puntos a favor de los becarios. Entre otros aspectos, se tiene en cuenta el modo de relacionarse con el resto de empleados y de responder en momentos de tensión.
Ser becario da una oportunidad extraordinaria para hacer contactos, mejorar las destrezas laborales y hacerse imprescindible en la empresa, si se consigue destacar en el trabajo, así como hacer aportaciones propias. Es un momento idóneo para poner a prueba a quienes podrían formar parte de la plantilla en el futuro. Por ello no hay que esperar a obtener un contrato para demostrar lo mejor, sino que es adecuado implicarse desde el principio, de acuerdo a las condiciones pactadas.
Consejos tras el periodo de prácticas
Pese a los esfuerzos realizados por los becarios en prácticas, no siempre es posible mantener un puesto en la empresa ni obtener un contrato. La situación económica de la compañía o el hecho de que los becarios no se identifiquen con los principios de la misma son dos factores de peso que dificultan el objetivo inicial. No obstante, en estos casos, también se puede sacar partido a la pasantía.
Contactos. Los contactos realizados y la experiencia adquirida son dos pilares del periodo de prácticas. A partir de ambos, los exbecarios abren nuevas vías de comunicación con otros profesionales y cuentan con una experiencia muy valorada para buscar un empleo.
Carta de recomendación. Es aconsejable que, al finalizar el periodo de prácticas, se pida una carta de recomendación al responsable de la empresa o la persona que haya supervisado las prácticas. Los exbecarios podrán presentarla junto con su currículum cuando opten a un trabajo.
Mantener relación con la empresa. No está de más pasarse por las instalaciones de la compañía de vez en cuando para realizar una visita o cuidar la relación con ciertas personas de cara a una posible vacante en el futuro, que podría ser ocupada por los exbecarios.