Aprender un idioma y vivir una experiencia vital. Ambas son las dos principales razones por las que se cursan estudios en el extranjero. El inglés es la lengua preferida y Reino Unido y Estados Unidos, los dos destinos más solicitados. Pero alemán, francés e italiano son lenguas que gustan cada vez más, así como las visitas a sus respectivos países. Y es que las posibilidades se han ampliado y ya no solo se da la opción de realizar cursos de idiomas, sino también de cocina, danza o vela, para aprender otra lengua de un modo ameno. En este artículo se destacan los tres motivos principales por los que nos atraen los cursos de idiomas en el extranjero.
Cursos en el extranjero para aprender un idioma
Las permanencias en el extranjero para atender cursos de idiomas tienen como principal fin el perfeccionamiento de una lengua de la que, en general, se tiene un conocimiento de base. La crisis ha aflorado el interés por esta propuesta, si bien debido a su coste ahora se buscan alternativas para hacer frente al precio de los cursos, que suponen una media de mil euros mensuales, según las horas de clase y el destino.
Una tercera parte de los estudiantes apuestan por cursos de preparación de exámenes oficiales
Hasta hace unos años, quienes se desplazaban a un país extranjero contaban con becas de estudios o aprovechaban las vacaciones para mejorar el dominio de una lengua durante algunas semanas. Pero cada vez es más frecuente desplazarse a otra región para inscribirse en un curso, a la vez que se busca un trabajo como medio de subsistencia. Este hecho ha aumentado las solicitudes de cursos de idiomas en distintos países, como Australia, donde el aprendizaje se alarga durante una media de tres meses, al permitir trabajar 20 horas semanales con un visado de estudiante.
Así lo asegura ESL Idiomas en el Extranjero, que ha realizado un estudio en el que recoge cómo una tercera parte de los alumnos apuestan por cursos de preparación de exámenes oficiales. La experiencia se aprovecha al máximo. Es común que quienes estudian en otro país se preparen para superar exámenes oficiales que conduzcan a la obtención de certificados académicos. Se quiere obtener un título que acredite el conocimiento de esa lengua, de cara a utilizarlo como un valor añadido en el momento de buscar un empleo.
Vivir una experiencia nueva en otro país
Junto con la práctica de un idioma, las estancias en el extranjero permiten acumular experiencias de vida. Se conoce una nueva cultura, se hacen nuevas amistades y se encuentran oportunidades para desarrollar actividades menos habituales en el país de destino.
En este contexto, cada vez son más frecuentes las propuestas para aprender idiomas que, lejos de las aulas convencionales, animan a practicar otra lengua en clases de cocina en París, cursos de surf en Australia o formaciones en arte, danza, enología, yoga, golf, vela o snowboard en lugares distintos de todo el mundo. Puesto que la inmersión lingüística es una de las mejores maneras de aprender un idioma, se proponen alternativas para conseguirlo con naturalidad, de un modo menos académico, pero igual de efectivo.
En estas experiencias toman parte personas de diferentes países, con quienes se practica el idioma a la vez que se conocen sus costumbres. Si bien es importante relacionarse con personas autóctonas para hablar -que los estudiantes se hagan entender y mejoren, entre otros aspectos, la pronunciación-, el contacto siempre amplía los espacios donde practicar otras lenguas.
Idiomas para mejorar la formación académica
Las experiencias anteriores tienen un antecesor: los estudios profesionales en otro idioma. Estos permiten mejorar las aptitudes profesionales de cara a encontrar un empleo. Se eligen cursos superiores o de máster relacionados con la formación académica. En su mayoría, son los jóvenes que carecen de un empleo u oportunidades para acceder al mercado laboral quienes se inclinan por esta opción, que exige a algunos asistir a cursos de idiomas para un mejor aprovechamiento de la experiencia.
Cada vez más estudiantes se inscriben en cursos superiores o de máster en el extranjero para completar su formación
El Informe 2012-2013 de CSIET (Council on Standards for International Educational Travel) refleja que España en el tercer país europeo (por detrás de Alemania e Italia) y el sexto del mundo que más estudiantes envía a cursar un año académico a Estados Unidos. Si se tiene en cuenta el volumen de población, ocupa el puesto 13º.
La Agrupación Educativa de Cursos Académicos en el Extranjero (AECAE) calcula que unos 3.500 alumnos entre 12 y 18 años (un 5% más que el año anterior) se han inscrito en un curso en el extranjero este año. De ellos, casi la mitad lo hace en Estados Unidos. «Cada vez son más los estudiantes que se decantan por esta opción, ya que después de un año en el extranjero, los jóvenes regresan con un pleno dominio del idioma tanto gramatical como fonético», señala AECAE.