La selectividad es sólo el principio. Tras finalizar la temida prueba, los futuros universitarios que la superan deben iniciar el proceso de admisión en la universidad. Primero, la preinscripción en la titulación elegida y después, si obtiene la plaza, la formalización de la matrícula. Las instituciones de educación superior establecen los plazos y fechas límites a las que se deben ajustar los estudiantes para realizar estos procedimientos. Para estar preparado, es conveniente informarse antes de las normativas, procesos y reglamentos específicos de cada centro.
Una vez publicadas las listas de las calificaciones de selectividad, los afortunados que la hayan superado con éxito comienzan su andadura hacia la universidad. El primer paso es elegir la titulación y el centro donde desean cursarla, una decisión que debe tomarse después de reflexionar sobre las distintas opciones que más se ajusten a las aptitudes personales, vocación y, por supuesto, a las condiciones académicas y notas de corte que exige cada facultad.
Tras elegir uno o varios posibles estudios, los alumnos deben realizar, en los plazos marcados, la preinscripción (solicitud de plaza) en el distrito universitario correspondiente e indicar el orden de preferencia de admisión de los títulos seleccionados. Si la titulación elegida no tiene notas de corte, es decir, no hay límite de plazas, el estudiante puede formalizar la matrícula en el mismo momento de la preinscripción. En caso contrario, tendrá que esperar hasta la publicación de la lista de admitidos para iniciar este trámite.
Puede optar por la matrícula provisional o por solicitar la incorporación a las listas de espera
En general, los estudiantes que han presentado solicitud de admisión para cursar estudios universitarios reciben una comunicación personal (por carta en su domicilio o por medios telemáticos) que les confirma si se les ha admitido o no en alguna de las titulaciones elegidas. En este mismo comunicado, se les detalla el plazo o los días en los que deben formalizar la matrícula y los medios a través de los cuales pueden tramitarla.
Se debe cumplir con el plazo estipulado, puesto que en caso contrario el alumno perderá su derecho a la plaza asignada. Si no se ha obtenido una vacante en la carrera elegida como primera opción, puede optar por la matrícula provisional o por solicitar la incorporación a las listas de espera del título preferente.
¿Qué documentación hay que presentar?
Tras la admisión, el estudiante debe formalizar su matrícula en la secretaría o servicios generales de la facultad donde cursará sus estudios, aunque en la actualidad la mayoría de los centros universitarios cuentan con un procedimiento de automatrícula a través de Internet como fórmula opcional a la modalidad presencial. Este proceso requiere una clave de acceso que, en general, es la misma que se asignó al estudiante en el momento de la preinscripción.
Se exigen los documentos que acrediten la condición de beneficiario de alguna exención
En ambos casos, los alumnos deben incluir en la solicitud de matrícula los datos personales y académicos exigidos por el centro, así como la información necesaria para la domiciliación bancaria del pago de las tasas, si se ha optado por esta vía. Además, deberán aportar, en los plazos indicados, determinada documentación para completar el procedimiento de matrícula: fotocopia del Documento Nacional de Identidad (DNI), fotografías tamaño carné, tarjeta de calificación de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) o resguardo del abono de los precios públicos. Por otra parte, se exigen los documentos que acrediten la condición de beneficiario de alguna exención o reducción en las tasas (tarjeta de familia numerosa o acreditación de minusvalía, entre otros).
¿Quién tiene reducción en el pago de la matrícula?
En función de la titulación elegida, el número de asignaturas, la comunidad autónoma donde esté radicado el centro y, sobre todo, si la universidad es pública o privada, el coste del primer curso de una carrera puede variar desde 655 euros hasta más de 18.000. Sin embargo, algunas personas pueden obtener importantes reducciones sobre estos precios, e incluso la gratuidad, al beneficiarse de algunas de las exenciones o deducciones en el pago de la matrícula que establecen las distintas universidades en nuestro país.
Estas deducciones se aplican en general en todas las universidades públicas
Estas deducciones se aplican en todos los centros públicos, aunque las instituciones privadas conceden en ocasiones determinadas ayudas a algunos grupos. En ambos centros, los beneficiarios pueden ser alumnos que han obtenido Matrícula de Honor o Premio Extraordinario de Bachillerato, miembros de familias numerosas, huérfanos de guerra o de funcionarios fallecidos en acto de servicio, víctimas de terrorismo, estudiantes discapacitados y familiares de personal de las universidades.
¿Qué incluye la matrícula universitaria?
El mayor importe de la matrícula universitaria corresponde a las tasas académicas por la actividad docente. Éstas son el resultado de multiplicar el número de créditos en los que el alumno se ha matriculado por el valor que la comunidad autónoma le haya asignado en función del grado de experimentalidad de la titulación (cuanto más práctica, más elevado es el precio). También se tiene en cuenta que sea primera, segunda o tercera matrícula en la misma asignatura.
A los costes académicos se suman los costes de los servicios administrativos universitarios
A los costes académicos hay que sumarle los de servicios administrativos universitarios, como las tasas de secretaría (entre 4 y 20 euros), la apertura de expediente (entre 24 y 30 euros) y el seguro escolar obligatorio (1,12 euros), para todos los universitarios menores de 28 años.