Este domingo se cambia la hora. A las 3:00 horas del 28 de octubre deberemos retrasar el reloj 60 minutos. Más de uno se quedará dormido el lunes, llegará tarde al trabajo o, incluso, se sentirá despistado durante los primeros días, ya que, entre otras alteraciones, anochecerá antes. Pero, ¿cómo afecta el cambio de hora a los perros? Conviene recordar que hay canes más sensibles a la variación del reloj, ya que los cachorros y animales más ancianos son más vulnerables. Y como curiosidad: al igual que el cambio de hora, el jet lag tras un largo viaje en avión también estresa al perro.
¿Cómo afecta el cambio de hora al perro?
Además de nuestro reloj de muñeca, tenemos un reloj biológico en el interior de nuestro cuerpo, que no vemos. Y el perro no escapa a este ritmo natural. Los días fijados para cambiar de hora, dos veces al año, el reloj se adelanta o retrasa 60 minutos. Esto supone trastocar las rutinas de sueño y alimentación.
Los perros urbanos están muy influenciados por nuestra rutina, por lo que notan el cambio de hora
Los canes perciben cualquier cambio en el ritmo de la casa al que están acostumbrados, asegura José Luis Torres, veterinario de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid (SPAP). Esto incluye a las variaciones de reloj. «Los animales que viven en pisos urbanos están muy pegados a la rutina y costumbres de sus dueños, por lo que notan los cambios de horario», señala Torres.
En cualquier caso, como ocurre en las personas, hay perros que se adaptan con mayor dificultad al vaivén del reloj. Un perro que acusa el cambio de horario (al igual que tras un largo viaje en avión a otro país) puede sentir nervios, irritabilidad e, incluso, desorientación.
En general, «los perros se adaptan mejor al cambio de horario que las personas, aunque también necesitan unos días para reajustarse», afirma Ana Cameno, veterinaria. Lo normal es que, transcurridos unos días, el perro retome su ritmo normal sin problemas. Pero en caso de que la adaptación se alargue más de una semana, es recomendable consultar al veterinario, ya que el nerviosismo puede deberse a otro tipo de patología psicológica.
Canes más sensibles al cambio de horario
Los perros más mayores, así como los cachorros, son más sensibles al retraso del reloj
Los perros muy mayores (a partir de 10 años), así como los cachorros menores de un año, son más sensibles al cambio de hora. El metabolismo de un can anciano está desgastado y no funciona a pleno rendimiento. En el caso de los cachorros, todavía es inmaduro.
Los perros enfermos también son especialmente sensibles al adelanto (o retraso) del reloj. Estos animales suelen tener más dificultades para adaptarse a cualquier cambio, ya sea de horario, de casa u otro tipo de circunstancia.
Por otro lado, cuando llega el verano, se adelanta el reloj una hora. Ese cambio explica que anochezca más tarde y que la cantidad e intensidad de luz solar que recibe el perro aumente, lo que provoca una serie de cambios llamativos en el can. Cuando comienza una estación más calurosa, algunos perros necesitan menos cantidad de pelaje para protegerse del frío y mudan su pelo.
El cambio de hora provocado por un viaje largo en avión también afecta al perro. Los trayectos prolongados a bordo de una aeronave, de más de tres horas, pueden provocar en el perro síntomas como fatiga, problemas digestivos, apatía y alteración del sueño. El jet lag afecta, sobre todo, a los perros muy mayores. Si el can está enfermo, tiene afecciones cardíacas o es muy nervioso, no son recomendables los viajes largos en avión.
La forma de minimizar los efectos de los cambios en los horarios, sobre todo cuando se prevé un desfase horario considerable, es adaptar al perro de manera paulatina. “Si cada día nos acercamos quince minutos más al horario de nuestro punto de destino, el cambio será menos brusco para el perro”, recomienda Torres.