Una caseta para el perro debe tener un aislamiento adecuado que proteja al animal tanto de la humedad del suelo como de las temperaturas extremas. Si queremos que el perro acepte la caseta como un pequeño hogar, donde sentirse a gusto y protegido, hay que tener en cuenta las siguientes cuestiones: elegir bien los materiales de la caseta del perro, escoger la orientación apropiada para el refugio del animal, seguir algunos consejos para el mantenimiento y recordar que no todos los perros están preparados para vivir en una caseta.
Elegir bien los materiales de la caseta del perro
Los materiales de la caseta del perro deben aislar del frío, del calor y de la humedad. En el mercado se pueden encontrar casetas para perros de plástico y de madera, con precios que oscilan entre 60 y 600 euros. La cantidad que se pague por el refugio de nuestro amigo dependerá del tamaño y del material con que esté construido, pero también hay quien opta por construirla con sus propias manos.Las casetas de madera protegen mejor al perro frente a las altas temperaturas del verano
Las casetas de plástico son a menudo más baratas que las de madera. Sin embargo, la madera es un material que aísla de manera más eficaz de las inclemencias climatológicas. El plástico se recalienta mucho con las altas temperaturas, por lo que de cara al verano, no es recomendable su uso.
Por otro lado, conviene que la caseta para el perro tenga una base de hormigón, que forme una cámara de aire con el resto de la estructura de la caseta. De esta manera, «se consigue que el perro esté bien aislado de la humedad que pueda haber en el césped o en la propia tierra», explica Juan Antonio Aguado, veterinario y profesor de la facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. No obstante, el perro no debe dormir sobre el hormigón, «hay que colocarle una colchoneta para que esté cómodo», señala el especialista.
La caseta del perro debe tener un tamaño adecuado para que el animal se sienta cómodo. No es recomendable, sin embargo, que sea demasiado grande, ya que de este modo durante el invierno se conseguirá un ambiente más cálido en el interior y el perro estará más caliente.
Escoger la orientación apropiada para el refugio del animal
El lugar donde esté situada la caseta es importante para resguardarla en invierno de los vientos fríos, que en general llegarán desde el norte. La mejor opción es situar la entrada hacia el sur o hacia el oeste. Además, para proteger la entrada de la casa, tanto del frío como del calor, se puede colocar una puerta o cortinilla.
Respecto a los accesorios de las casetas para perros, se pueden adquirir tanto puertas, como colchonetas o esteras térmicas, para que el animal no pase frío dentro de la caseta.
La caseta debe colocarse en el lugar preferido del perro en el jardín
Los perros no siempre aceptan de buen grado la caseta que sus dueños les colocan en el jardín, aunque sea con esmero. En algunos casos, no está ubicada en el lugar que les gusta para otear el panorama y vigilar su territorio. Por ello, es importante observar el lugar preferido del perro para dormir y pasar sus ratos de descanso en el jardín. Esta pista puede ser de gran utilidad para elegir la ubicación de la caseta y asegurarnos de que el perro la usará.
Por otro lado, el espacio donde esté ubicada la caseta del perro debe ser suficiente para permitir que haga ejercicio, corra y se mueva con holgura. No puede convertirse en un lugar de reclusión para el animal. La caseta debe estar, además, integrada en el entorno de la vida familiar y es recomendable que el perro también tenga acceso a la vivienda familiar.
Consejos para el mantenimiento de la casa del can
Una caseta para el perro que esté en el jardín es susceptible de albergar todo tipo de insectos y parásitos, sobre todo, con las altas temperaturas. «Un buen riego con la manguera del jardín ayuda a quitar la suciedad de la caseta. Pero también hay que desinfectar con amoniaco y aclarar bien después», explica el veterinario Juan Antonio Aguado, que recomienda aplicar, por último, un producto específico para pulgas y garrapatas.
Conviene lavar con cierta periodicidad las alfombrillas, esteras o colchonetas que se coloquen en el suelo de la caseta. Puede hacerse con un producto que no dañe el material, pero desinfecte y limpie en profundidad, como la lejía neutra.
No todos los perros están preparados para dormir en una caseta en el jardín. “Deben tener un buen pelaje, compuesto por una capa de pelo inferior (subpelo), como es el caso de los mastines, samoyedos o de los perros de razas nórdicas. De esta manera, no pasarán frío”, explica el veterinario Juan Antonio Aguado.
El cuerpo de los perros de tamaño muy pequeño, como el Yorkshire, no está preparado para vivir en una caseta. Su pelaje es muy fino y no les protege de las inclemencias climatológicas. Por ello, al igual que otras razas, como el Chihuahua, son perros frioleros, que necesitan la aclimatación que permite una casa.
No obstante, algunos perros grandes no están preparados para vivir en una caseta. El Boxer es un perro que no soporta bien las bajas temperaturas, entre otras cosas, porque su pelaje no es tan espeso como para protegerle del frío. Además, esta raza es propensa a padecer artrosis y la humedad y el frío agravan los síntomas de este tipo de enfermedades.
Por ello, antes de comprar o construir una caseta para el perro, es recomendable saber si nuestra mascota disfrutará de ella o, por el contrario, si servirá para que enferme, al carecer de una fisiología adecuada para soportar las inclemencias climatológicas. El veterinario podrá indicar lo mejor en cada caso.