Al igual que existen leyendas urbanas sobre el carácter de los gatos (arrastran el erróneo mito de ser ariscos o insociables), también pululan cuestiones infundadas sobre su alimentación, que pueden afectar a su salud. En este artículo se desmontan cinco errores sobre la alimentación del gato como que el gato es un animal pescador, que las sobras de comida son adecuadas para el felino, que sobrealimentarle es sano, que puede ingerir cualquier alimento o que las plantas de casa le aportan fibra.
La alimentación del gato es clave para su salud. Por ello conviene manejar información solvente sobre qué debe comer el felino para evitar enfermedades como la inflamación del intestino, la pancreatitis o la formación de cálculos renales. El veterinario es la fuente de información más fiable que pueden manejar los dueños de gatos para alimentarles.
No obstante, hay determinados mitos en torno a la alimentación de los felinos que conviene desmontar, entre ellos:
1. El gato es un animal pescador: falso
Los gatos no son animales acuáticos, su físico está adaptado para ser cazadores terrestres eficaces. Esta es una de las razones que desmonta el bulo de que el gato es un gourmet del pescado. No obstante, hay ciertas razas felinas, como el maine coon, que tienen el paladar más habituado al consumo de carne de pescado, porque viven en zonas con presencia de arroyos, donde pescan para comer.
El gato no es un gourmet del pescado, sino un mamífero carnívoro«Los gatos sin hogar pululan por los puertos marítimos porque encuentran con facilidad restos de comida como pescado, gaviotas o roedores», señala Miguel Fernández, veterinario especializado en gatos.
Los felinos viajaban en la antigüedad en los barcos que realizaban largas travesías, con el papel de ser guardianes de las viandas almacenadas en la bodega. Los gatos se convertían en los controladores perfectos de la población de roedores que ponían en riesgo los alimentos de la tripulación.
2. Las sobras de comida son buenas para el gato: falso
Un gato que se alimenta con restos de comida carece de una dieta equilibrada y puede padecer ciertos problemas de salud relacionados con su funcionamiento gastrointestinal, que se pueden traducir en vómitos y diarreas.
Según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía, el 75% de los gatos que viven en España (es decir, unos 2.500.000 felinos) consumen pienso. El alimento seco o húmedo de gama media o alta aporta al gato todos los nutrientes que precisa para estar sano y desarrollar su actividad diaria. Los piensos de calidad para los gatos están formulados para cubrir sus necesidades, por lo que contienen aminoácidos, como taurina y lisina en las dosis adecuadas, que el animal precisa para el correcto funcionamiento de su metabolismo.
3. Sobrealimentar al gato es sano: mentira
Un gato gordo no está sano sino que padece uno de los principales problemas de malnutrición
Los gatos tienen sus propias peculiaridades con respecto a sus hábitos alimentarios, entre ellas el hecho de comer varias veces al día pequeñas raciones. Este comportamiento obedece a que el gato es un mamífero cazador que obtiene alimento de la naturaleza de manera eventual.
La mayoría de los gatos son autónomos para regularse a la hora de comer, al contrario que el perro. Si un can tiene el plato lleno tendrá un comportamiento devorador, mientras que el gato suele ser capaz de racionar su comida sin consumir su totalidad.
Los gatos que se aburren en casa -porque no tienen otro compañero con quien jugar y carecen de actividad- emplean la mayoría del tiempo dormidos en sofá y acuden al plato demasiado a menudo para paliar su inactividad. La consecuencia de esta conducta sedentaria es la obesidad del gato, un problema que preocupa a los veterinarios por su notable aumento entre la población felina.
La obesidad se considera la forma más común de malnutrición entre las mascotas y afecta a alrededor del 40% de perros y gatos, según estudios de Royal Canin sobre conductas alimentarias de los gatos.
4. Los gatos pueden ingerir cualquier alimento: falso
Aunque el paladar del felino no se siente atraído por el sabor dulce, conviene saber que el chocolate resulta tóxico para el gato y que en grandes cantidades puede resultar mortal. Otros alimentos peligrosos para el gato son la cebolla y todas las verduras pertenecientes a su familia, como los puerros. Los guisos caseros o las sobras de comida que contengan estos alimentos, lejos de resultar beneficiosos para el gato, le pueden hacer enfermar.
5. Las plantas ornamentales de casa aportan fibra al gato
Los gatos suelen mordisquear e ingerir parte de las plantas que sus dueños tienen en casa. Esta costumbre obedece a la necesidad de obtener fibra para mejorar su tránsito intestinal, pero resulta peligrosa, porque muchas de estas plantas resultan tóxicas para el gato.
La solución para satisfacer la necesidad del gato de ingerir vegetación verde es poner a su disposición la denominada hierba gatera, preparada de manera específica para que los felinos tengan un aporte extra de fibra, que le ayuda a purgar su cuerpo de las bolas de pelo que ingiere al lamerse y acicalarse.