Las quemaduras graves pueden provocar la muerte de un perro o gato. Este tipo de lesiones suelen producirse por accidentes domésticos de los animales, como el derrame de agua o aceite hirviendo encima del can o el felino. En este artículo se explican tres pasos para curar la quemadura de un perro o gato: echar agua fría sobre la zona afectada y una pomada de efecto antibiótico, cubrir la zona afectada con gasa y acudir con rapidez al veterinario. También se detalla cómo prevenirlas en el ámbito doméstico.
Quemaduras en perros y gatos: causas frecuentes
La caída del aceite o el agua hirviendo, la exposición solar en las heridas quirúrgicas, la quemadura en las plantas de las patas con los rescoldos de una hoguera o las electrocuciones son algunas de las causas de quemaduras en el perro y el gato.
Los cachorros son los más susceptibles a sufrir este tipo de lesiones dermatológicas que, según su extensión y profundidad, pueden revestir mayor o menor gravedad.
Las quemaduras en perros y gatos son peligrosas, causan deshidratación y la pérdida de la piel
La quemadura del animal es una lesión en la piel que se caracteriza por la inflamación provocada por la exposición de la piel a altas temperaturas. El tiempo que el calor esté en contacto con la zona influye, de manera decisiva, en que la quemadura revista más o menos gravedad.
La actuación del dueño para atender la lesión del perro o gato cuando se produce es clave para minimizar sus consecuencias. Los pasos a dar tras producirse la quemadura son los siguientes:
1. Quemaduras en perros y gatos, bajar la temperatura
El agua fría en la zona de piel quemada del perro o gato consigue bajar la temperatura de manera rápida y limpiar los restos de piel muerta, así como de la propia sustancia que ha provocado la quemadura (aceite, sopa). Según Imanol Sagarzazu, veterinario y dermatólogo, «reducir la temperatura de la piel quemada de forma inmediata es fundamental en un primer momento para frenar las lesiones que se puedan provocar por el calor«.
Las quemaduras en perros y gatos deben evitarse con prevención en el ámbito doméstico, sobre todo en la cocinaLa aplicación de hielo en la quemadura no es nada recomendable, ya que también produce una quemadura debido al efecto del frío extremo sobre la piel del animal. Lo más aconsejable es el agua fría, que rebaja la temperatura de la zona afectada y elimina la suciedad.
Una pomada con efecto antibiótico en la piel quemada del perro o gato evita posibles infecciones en la zona afectada.
2. Tapar la quemadura del perro o gato
Una vez que se ha limpiado la quemadura con agua fría y se ha aplicado un ungüento hidratante o una pomada de efecto antibiótico se puede cubrir la lesión con una gasa, pero sin aplicar presión.
Un perro o gato que sufre quemaduras puede presentar diferentes síntomas, según su grado de afectación. La fiebre, el enrojecimiento de la piel, ampollas, pérdida de tejido y la deshidratación son algunas de las consecuencias de las quemaduras en el can o el felino.
Estas lesiones de la piel pueden tardar en curar entre tres y 15 días, según su gravedad.
3. Quemaduras en perro y gato, atención veterinaria
Las quemaduras son muy dolorosas para el perro o gato porque en la piel existen muchas terminaciones nerviosas y el veterinario puede sedar al animal para evitar que sufra, mientras limpia y trata la zona afectada.
El tratamiento doctor para curar la quemadura consiste en hidratar la zona quemada con suero, aplicar una pomada antibiótica, proteger la zona con una gasa y calmar el dolor del perro o el gato con morfina.
En los casos más graves, hay que recurrir a la cirugía para retirar los restos de tejido muerto y realizar un injerto de piel.
Prevención de las quemaduras de perros y gatos en casa
Los perros y los gatos corren diversos riesgos de sufrir quemaduras en casa, sobre todo en la cocina. A cualquiera se le puede derramar en un momento dado leche, agua, aceite o sopa hirviendo: si el animal está cerca puede resultar quemado.
A los canes y los felinos les gusta olisquear lo que se cuece en la cocina y esperar que alguien les ofrezca algún alimento. Pero hay que procurar alejarles de la cocina cuando el fuego está en marcha, sobre todo si se trata de cachorros.
Con las quemaduras de los perros y gatos en la cocina más vale prevenir que curar. Un can o felino que resulta quemado en gran parte de su cuerpo por un líquido muy caliente puede sufrir quemaduras de tercer grado y llegar a morir.
Los grados de las quemaduras se establecen según el nivel de profundidad en que está afectada la piel. Las lesiones de este tipo de primer grado afectan a la capa más externa del tejido (epidermis) y son las menos graves. Las de segundo grado llegan a la dermis y las de tercer grado pueden alcanzar a los músculos.
Fuera del ámbito doméstico, otro lugar donde suelen producirse quemaduras y donde, por lo tanto, hay que prevenir es durante las escapadas campestres, en concreto con los rescoldos de las hogueras.
Además, «las electrocuciones son peligrosas porque pueden provocar quemaduras internas, difíciles de detectar pero graves porque pueden afectar a los órganos internos», advierte según Sagarzazu.
Los cables deben estar camuflados y fuera del alcance de la mascota, sobre todo si se trata de un cachorro.
Las quemaduras en heridas quirúrgicas también resultan habituales
La piel es el órgano más grande del cuerpo en perros y gatos. Se mide por metros cuadrados. De forma que un perro de treinta kilos puede tener un metro cuadrado de miel.
Las quemaduras son una de las lesiones que más dolor produce, por lo que la morfina es imprescindible en los tratamientos de los casos más graves.
Una de las consecuencias que provocan las quemaduras es una gran deshidratación de la zona afectada. El alto grado de calor evapora de manera fulminante el agua de la piel quemada.
La piel afectada por una quemadura se desprende y cae debido a que se destruyen los vasos sanguíneos de la zona.