Perros y lobos mantienen diversas similitudes como su apariencia física, sobre todo con determinadas razas caninas como el pastor alemán. Las diferencias entre ambas especies también existen. No obstante, quienes comparten su vida con un perro reconocen comportamientos lobunos en sus canes: su afán escarbador para esconder alimento o sus aullidos. En este artículo se habla sobre los perros y su comportamiento lobuno, las diferencias y similitudes entre perros y lobos y sobre la evolución del lobo al can doméstico.
Perros y lobos: semejantes pero distintos
Los perros poseen cerebro, cráneo y dientes de menor tamaño que los lobosLas diferencias entre perros y lobos son diversas y fruto de una selección genética que ha priorizado en el perro características como su capacidad de guarda y defensa , su tamaño o sus habilidades sociales.
Un caniche y un lobo tienen diferentes evidentes, como su aspecto, pero la herencia genética del lobo está presente en todos los canes y se hace patente en aspectos como sus gestos corporales para comunicar información y emociones a sus congéneres: enfado, sumisión o miedo.
Los perros que menos contacto tienen con las personas por diversas circunstancias, como es el caso de los perros asilvestrados (semisalvajes), es más habitual que conserven más similitudes de comportamiento con su ancestro lobuno.
«Los perros domésticos, sobre todo los que los canes que viven en pisos, con un estrecho contacto con su dueños, tienden a desarrollar comportamientos adaptados a su entorno humano, que se alejan del de los lobos», explica Miguel Ibáñez, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y experto en comportamiento animal.
Los canes asilvestrados o que viven aislados del entorno humano «mantienen comportamientos indómitos y similares al lobo», argumenta Roberto Hartasánchez, director del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), quien añade que este comportamiento les permite sobrevivir en un día a día en el que precisan obtener por sí mismos alimento, cobijo y protección frente a sus enemigos.
Perros y lobos: diferencias
Una de la diferencia más característica entre lobos y canes domésticos es que el lobo se caracteriza por ser desconfiado y huidizo frente a la presencia humana, como estrategia de supervivencia. «Sus genes contienen la impronta de la huída inmediata de las personas», aclara Hartasánchez.
Los perros, además, tienen más desarrolladas que los lobos sus capacidades sociales para relacionarse con los humanos, así como cráneo, dientes. También el cerebro del perro es de menor tamaño, asegura Violeta Muñoz-Fuentes, bióloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien añade otras distinciones.
«De manera reciente, se han encontrado diferencias genéticas entre ambas especies que parecen indicar que los perros tendrían mayor capacidad para digerir alimentos ricos en hidratos de carbono», explica esta científica. Una cualidad que les ayuda a adaptarse al entorno humano.
Perros y lobos: similitudes
Lobos y perros son cánidos, ambos aúllan, aunque los lobos son menos ladradores que los canes domésticos, sin olvidar que existen razas, como los nórdicos (husky siberiano) a los que también es extraño oír ladrar.
Ambas especies pueden escarbar para esconder restos de comida, aunque en el caso de los lobos es más habitual comer en grupo y no dejar restos de alimento.
El lobo y el perro poseen un sentido del olfato y del oído muy desarrollados, así como una visión adaptada a la oscuridad. Ambas especies son sociales y precisan de la relación con un grupo, bien sea de otros congéneres, como en el caso del lobo, o de personas, en el del perro doméstico.
Tanto lobos como perros, además, poseen un sistema de comunicación similar: a través de señales visuales que emiten con su cuerpo (posición orejas, cola u ojos) y olfativas (orina, glándulas anales).
Ciertas razas de perros, como el pastor alemán, poseen unas características físicas similares a las del loboLas características físicas de determinadas razas caninas -como el perro lobo checoslovaco, pastor alemán, o las razas nórdicas- son similares a las de los lobos, en cuanto a tamaño, pelaje o forma de cabeza y hocico. No obstante, existen alrededor de 400 razas caninas, fruto de una selección genética que ha moldeado su carácter, tamaño y características físicas. Por ello, algunos perros actuales, como el bulldog, carecen de semejanzas físicas notables con el lobo.
Los perros domésticos aparecieron hace alrededor de 12.000 años, cuando surgió la agricultura. Por entonces, su cometido entre los humanos pasó a ser el de guardianes y conductores de ganado. A cambio, los primeros canes domésticos obtenían de sus compañeros humanos alimento y cobijo al lado del fuego.
De esta unión, con tintes pragmáticos de cara a la supervivencia, surgió una amistad secular que aún perdura.
Los humanos hemos dedicado al perro frases, ideas y pensamientos, fruto de siglos de convivencia, como: “El perro es el mejor amigo el hombre”. Los canes domésticos originales han evolucionado y derivado en 400 razas de perro, algunas de las cuales, como el caniche, poco tienen que ver con los cánidos corpulentos y rústicos de hace 12.000 años.
La sociedad ha evolucionado y los perros desarrollan funciones diferentes con respecto a los primeros lobos domesticados de lustros atrás, en los que sus funciones eran laborales: pastores, guardianes.
Con el tiempo, los canes han pasado a ser compañeros inseparables de las personas, con las que comparten su vida como uno más de la familia: tiempo libre, viajes, paseos.
El rol del perro trabajador también se ha diversificado y ya no solo hay canes pastores, sino también perros terapeutas para niños autistas, ancianos, o de asistencia para personas con diversas discapacidades visuales, auditivas o de movilidad.