La educación de un perro, para ser completa, debe constar de unas normas básicas para el can la hora de comer. Un animal no requiere un protocolo tan elaborado como una persona, pero es recomendable que aprenda ciertas pautas para evitar problemas de convivencia en casa. En este artículo se explican las reglas básicas para un perro educado frente al plato y cómo el instinto canino puede ser un freno para conseguir que el can siga ciertas normas a la hora de comer.
Perros educados, también a la mesa
Los perros necesitan ser educados y tener pautas a la hora de comer, para evitar problemas en casaLas personas tenemos directrices distintas sobre los modales correctos en la mesa: usar cubiertos, sentarnos de manera adecuada o evitar determinados comportamientos que pueden incomodar al resto de los comensales. Los perros, aunque no precisan utilizar herramientas cuando comen, pero sí necesitan determinadas pautas educativas caninas para evitar problemas de convivencia en casa.
Una de las situaciones que más tensión puede crear entre un perro y sus dueños -u otros canes- es durante la hora de la comida. Los cánidos, entre ellos los perros, se caracteriza por respetar a rajatabla unos turnos a la hora de comer, que se basan en la jerarquía que rige su grupo de congéneres. Cuando el animal no vive con un grupo de iguales, sino con personas, es recomendable establecer también algunas pautas.
Las normas a la hora de comer el perro son un refuerzo para las normas básicas de educación del perro para convivir en casa.
1. El perro come en su cuenco y en el lugar habitual
El perro debe comer de su cuenco, que debe situarse en un lugar fijo y tranquiloLa ubicación adecuada del comedero del perro en un lugar donde pueda ingerir el alimento con tranquilidad (evitar las zonas de paso en la casa) es aconsejable para que el can comprenda que ese es el lugar donde come y no otro.
Mantener una rutina en cuanto a la disposición del cuenco en el que el perro come ayuda a que el can no se lleve la comida a otro lugar que no le corresponde o trate de pedir alimento que no es suyo cuando acaba la suya.
2. Retirar el recipiente de alimento del perro
Un perro bien educado a la hora de alimentarse evitará enseñar los dientes a su dueño si le retira el cuenco de alimento cuando come. «Se trata de una prueba de fuego para la confianza entre el dueño», comenta Miguel Velasco, educador canino.
3. El perro no debe acudir a la mesa para demandar comida
El can que termina la comida de su cuenco no debe acudir a pedir más alimento a sus dueños a la mesa. El apetito de los perros puede ser insaciable, excepto si el animal tiene algún problema de salud o está convaleciente. No obstante, son los dueños quienes marcan las pautas de comportamiento del animal a la hora de comer.
La ingestión de alimento por parte del perro entre horas, sobre todo si no es específico para él, le puede ocasionar problemas gastrointestinales, así como obesidad y sobrepeso en el can. De forma que esta conducta inadecuada del perro no solo es síntoma de una incorrecta educación a la hora de comer, sino que puede resultar también un lastre para su salud.
4. Evitar que el perro coma basura o sustancias por la calle
La educación del perro para que adquiera hábitos correctos de alimentación pasa por marcarle la norma de evitar la ingestión de basura en casa o de sustancias inapropiadas en la calle.
La prohibición por parte de los dueños de que su perro coma restos de comida, basura u objetos, como pelotas o calcetines, es clave para mantener la salud estomacal del can.
Vómitos, diarreas en el perro u obstrucciones intestinales son algunas de las consecuencias para un can sin educación con respecto a lo que debe evitar comer.
El perro tiene determinados comportamientos a la hora de alimentarse marcados por la herencia genética de los cánidos, algunos de ellos son:
El instinto de comer más de lo que necesita con el fin de almacenar energía en su organismo de cara a los tiempos de escasez.
El perro es un animal olfativo y frente a determinados alimentos como la carne su instinto le impulsa a comer, incluso aunque se haya alimentado hace poco tiempo.
El perro es previsor con la comida y guarda lo que le sobra para cuando vengan los tiempos de escasez. Por ello, no es extraño encontrar restos de comida del can escondidos bajo los cojines del sofá. Su instinto canino le marca este tipo de comportamiento a la hora de alimentarse.
Los perros son animales sociales y también lo son a la hora de alimentarse. Las normas del grupo cuando llega el momento de la comida están implícitas. Para que las relaciones a la hora de comer sean cordiales, todos los perros deben acatar una jerarquía que implica el respeto de unos turnos.
De forma que quien primero come es el líder del grupo y el último es quien ocupa la posición más baja en el escalafón social.