Los incendios forestales, en su mayor parte provocados, han aumentado en España en las últimas décadas. Durante el verano se producen los fuegos más graves, así que en esta época conviene ser más precavidos si cabe que en el resto del año. Este artículo ofrece siete consejos para no ser protagonista de un incendio forestal este verano, ya sea porque hemos provocado uno o porque nos convertimos en una de sus víctimas.
1. Concienciarse del problema de los incendios forestales
El primer paso para enfrentarse a un problema es informarse y concienciarse para tomar medidas. Los incendios forestales han aumentado en España en las últimas décadas y en su mayor parte son provocados. Las llamas han devastado 7,7 millones de hectáreas (has) en los últimos 50 años. Según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), se han producido 223.783 fuegos entre 2001 y 2014 (1,5 millones de has quemadas). Su impacto ecológico es muy superior a lo que se ve a simple vista y sobrepasa incluso las áreas afectadas. La destrucción de biodiversidad, el incremento de la desertificación o la disminución de la calidad del agua y la atmósfera son algunas consecuencias negativas posteriores a un siniestro de este estilo. La recuperación de los bosques afectados, si se consigue, puede llevar décadas.
2. Prevenir para no tener que extinguir
Los incendios forestales han devastado en España 7,7 millones de hectáreas en los últimos 50 añosEn un espacio natural siempre es recomendable actuar de manera ecológica y respetuosa, y más si cabe ante un incendio forestal. La mejor medida para evitarlo es la prevención. Para ello se pueden tomar varias medidas: no abandonar residuos como botellas y objetos de cristal (actúan como una lupa), papeles u otro material combustible; no fumar en el bosque o en sus alrededores; no arrojar colillas o cerillas (guardarlas en un recipiente que pueda luego depositarse en un contenedor de residuos); y no hacer fogatas o barbacoas ni quemar rastrojos o demás restos agroforestales.
3. Ser aún más precavidos en zonas de riesgo
Al anterior consejo se une una mayor precaución para quienes viven de forma habitual o se encuentran en ese momento en zonas de riesgo por incendio forestal. Para ellos es recomendable no poner en sus viviendas setos de especies que ardan con facilidad (arizónicas, cipreses, etc.), no construir barbacoas en sus límites -o al menos no utilizarlas en los días de viento y de mayor riesgo-, depositar los residuos en los contenedores o vertederos habilitados, mantener los caminos aledaños despejados, estacionar los vehículos en aparcamientos o zonas despejadas de pastos o matorral, evitar el uso de desbrozadoras, motosierras o cualquier aparato mecánico que pueda provocar chispas o calor intenso, etc.
4. Ante cualquier indicio, avisar a los expertos
Atacar pronto un fuego es fundamental para que no alcance grandes proporciones y se convierta en una catástrofe ambiental. Para ello hay que telefonear de inmediato al 112 de Emergencias o al 062 de la Guardia Civil, dar el mayor número de datos posibles y no confiarse, porque un incendio forestal es muy peligroso y traicionero.
5. Saber actuar del modo adecuado
La ley obliga a cualquier persona a colaborar en las tareas de extinción, pero solo si los profesionales se lo requieren. Así que nunca se debe poner en grave riesgo nuestra vida actuando por libre. Si nos sorprende un fuego, reaccionar de forma adecuada puede reducir sus consecuencias y salvarnos la vida. Siempre es conveniente conocer bien el terreno donde uno se halle, y más todavía para huir en caso de un incendio por las mejores vías de comunicación y caminos alternativos. Las posibilidades de escape serán mayores si nos movemos por zonas visibles.
6. Cómo hay que alejarse de un incendio
Al alejarse del fuego, lo primero es observar su dirección. Lo mejor es huir por sus zonas laterales y sin vegetación, nunca por el centro, ni dirigirse a hondonadas o barrancos. En montaña, hay que correr ladera abajo porque las llamas tienden a subir y, siempre que se pueda, en sentido contrario a la dirección del viento.
En caso de ir en coche, cerrar las ventanillas y puntos de ventilación, encender los faros y los intermitentes, además de buscar un sitio para detenerse con el suelo limpio lo más lejos del avance del incendio.
7. Qué hacer si tenemos delante las llamas
Las llamas no se deben cruzar, a menos que se vea de forma clara el otro lado. Si se puede, antes de pasar, mojar la ropa y proteger la cabeza con un paño húmedo. En caso de quedar rodeado por el incendio, echarse al suelo detrás de una gran roca, un tronco o una depresión, cubrirse con tierra o arena o refugiarse en hoyos o arroyos. Si se está en una casa y el fuego impide la huida, dejar abiertas mangueras si hay, cerrar puertas, ventanas y persianas, además de permanecer en el sitio más seguro. Ante la llegada de un avión o helicóptero de extinción, alejarse lo más posible, ya que lanzan de golpe miles de litros de agua.