Las Navidades son unas fiestas para disfrutar de la familia y los amigos, pero pueden suponer un aumento del impacto ambiental con respecto al resto del año. El incremento de la basura, del consumo de energía o del despilfarro de alimentos pueden evitarse, si se siguen unos cuantos consejos. Este artículo ofrece cinco ideas clave para reducir este impacto en la época navideña y cuidar el medio ambiente.
1. Reciclar la basura, que aumenta en Navidades
Durante las fechas navideñas, en especial en los días festivos, la generación de residuos, sobre todo de envases y embalajes, aumenta un 30% con respecto a la media del resto del año. Gran parte de estos residuos se pueden reciclar, así que no se puede dar vacaciones a la concienciación ambiental.
En Navidades se tiran hasta un 40% de los alimentos producidosPara empezar, hay que tener claro cómo se recicla. Cada contenedor sirve para un residuo concreto: el verde para vidrio, el azul para papel y cartón y el amarillo para envases (de plástico y metálicos), si bien una gran cantidad de productos genera dudas que pueden resolverse con unos consejos.
Aunque en algunos municipios trabajan en Navidades a diario para evitar la acumulación de basuras en las calles y su deterioro y mejorar la calidad del servicio, se recomienda depositar los residuos las jornadas después de las fechas más señaladas, sobre todo para los contenedores de papel-cartón y vidrio.
Y si bien reciclar es básico, la primera prioridad del consumidor ecológico es reducir (consumir solo lo necesario) y la segunda, reutilizar (reaprovechar los productos para darles una vida útil mayor). De esta manera se evitará el impacto ambiental de despilfarros y exageraciones innecesarias.
2. Ahorrar en energía
El consumo de electricidad se incrementa en Navidades hasta en un 20%, sobre todo por un mayor uso de la calefacción y la luz.
Acciones como tener encendido el árbol y otros adornos navideños durante todas las fiestas o preparar las comidas típicas para un gran número de comensales puede suponer un incremento considerable en la factura de la luz. Para reducir este gasto y su correspondiente impacto ambiental, se pueden asumir diversos consejos, como utilizar bombillas de bajo consumo, sistemas basados en energías renovables o aparatos de alta eficiencia energética (A+++) que consumen poca electricidad.
El gasto en calefacción también se puede disminuir con diversas medidas para combatir el frío de forma ecológica.
3. Consumir alimentos sin despilfarrarlos
La tercera parte de los alimentos producidos al año en el mundo para el consumo humano se pierden o desperdician, según la ONU. Este problema ambiental, económico y social se acentúa en las fiestas navideñas: se tiran hasta un 40% de los alimentos producidos, según Ecologistas en Acción.
La idea no es dejar de consumir alimentos navideños, sino hacerlo de forma sostenible: estudiar la lista de la compra para no llevarse excesivos productos, organizar en casa los alimentos de modo que se coman todos, conservar en el congelador los productos perecederos, etc. Otra manera de hacer un consumo sostenible de alimentos es elegir productos locales y de temporada, que tienen una menor huella ecológica y, además, suelen ser más económicos y sabrosos. Por su parte, los productos con certificación ecológica garantizan que se han elaborado con unos métodos respetuosos con el medio ambiente.
4. Reducir el impacto ambiental de regalos y juguetes
Los regalos, y en especial los juguetes, son elementos esenciales de las Navidades. Para reducir en lo posible su impacto ambiental es preferible que sean productos «verdes». Los juguetes, además de haber sido elaborados con materiales sostenibles, deberían contener un mensaje educativo para los más pequeños. Una vez en casa, si el regalo no es lo que se esperaba, y no hay posibilidad de devolverlo, se puede dar a otra persona que lo disfrute, intercambiarlo por otro presente o donarlo a alguna ONG o rastrillos solidarios cercanos.
5. Disfrutar de la naturaleza sin dañar el entorno
Una buena opción para pasar las vacaciones navideñas, o al menos parte de ellas, es ir a cualquiera de la gran variedad de áreas naturales protegidas: parques nacionales y naturales, reservas de la biosfera, zonas especiales para las aves, espacios de la Red Natura 2000, etc. Una vez que se ha llegado al espacio natural, es imprescindible comportarse de manera respetuosa: no hacer fuego, no arrojar residuos y recogerlos para su reciclaje, no alterar las condiciones del entorno, no introducir especies invasoras ni llevarse flora o fauna local, etc.