El número de incendios forestales en España ha aumentado en los últimos años. Expertos en prevención y extinción de estos desastres naturales ofrecen varios consejos que podrían evitar, o al menos reducir, su número y sus consecuencias negativas. Este artículo explica cómo evitar incendios forestales catastróficos.
Invertir más en extinción, pero, sobre todo, en prevención
Las inversiones en prevención y extinción de incendios forestales se han reducido «de forma drástica y alarmante en los tres últimos años en todas las comunidades autónomas», asegura Raúl de la Calle, secretario general del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural (COITF).
Estos recortes son sobre todo elevados en la prevención, donde debería hacerse el mayor esfuerzo, según los expertos. «La verdadera política de lucha contra incendios no solo persigue detectarlos y apagarlos de forma temprana, sino sobre todo evitar que se produzcan», añade Lourdes Hernández, miembro del equipo de Bosques de WWF.
Jaime Senabre, director del Simposio Nacional sobre Incendios Forestales (SINIF), recomienda mejorar los accesos, pistas y caminos forestales en mal estado, limpiar la cubierta vegetal sobre la que trascurren tendidos eléctricos o las quemas prescritas para poner barreras a la propagación del fuego.
Mejorar los equipos profesionales antincendios
Las medidas de prevención reducirían los incendios forestales y crearían empleo, según un expertoLos profesionales que trabajan en la prevención y extinción de los incendios forestales deberían contar con los medios técnicos, humanos y laborales suficientes. Sin embargo, Luis Díaz Villaverde, presidente de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM-CLM), asegura que sufren una «gran precariedad laboral»: equipos de protección individual (EPI) caducados, muchos contratos eventuales o fijos discontinuos, mala organización en las labores en cuanto a formación, cualificación y dotación de equipos personales y de extinción, etc. El director del SINIF, por su parte, afirma que en algunas regiones se ha reducido la cifra de efectivos en un 50% en los meses estivales: «El número de incidencias aumenta de forma considerable, incrementando de manera proporcional el riesgo de lesiones, accidentes y bajas».
Cuidar el entorno rural y forestal y volverlo rentable
El abandono del campo o la expansión urbana en zonas rurales y forestales en los últimos años en España ha aumentado el riesgo de incendios forestales y sus consecuencias negativas.
Senabre recomienda convertir el monte y los bosques en un bien sostenible y rentable económicamente a nivel local: «La selvicultura preventiva, el pastoreo, el aprovechamiento de la madera o la biomasa de los residuos forestales, poco desarrollada en nuestro país, crearían puestos de trabajo y reduciría el potencial de combustible en el monte».
De la Calle incide también en las «zonas de interfaz urbano-forestal», los núcleos urbanos cercanos a espacios forestales, que deberían contar con «Planes de Autoprotección de Incendios Forestales y que la Administración vigile que se hagan».
Aprovechar las ayudas económicas disponibles
La experta de WWF aconseja a las instituciones que aprovechen el nuevo periodo de programación de los Fondos Europeos 2014-2020 para «incorporar medidas adecuadas y dotación financiera suficiente para la prevención activa contra incendios y la restauración de zonas incendiadas».
Incidir en la educación ambiental a los ciudadanos
Según De la Calle, la concienciación social y la observación de normas de conducta éticamente responsables por parte de los ciudadanos deben sustituir a las imposiciones legales. «La mejor medida para evitar los incendios forestales es no encender fuego en el campo ni realizar actividades que puedan derivar en uno cuando haya riesgo», sostiene este experto.
Senabre recomienda también no lanzar fuegos artificiales en zonas de vegetación, limpiar la vegetación perimetral de viviendas y urbanizaciones próximas o enclavadas en un entorno forestal, además de respetar el campo y el monte cuando se hace una salida al mismo.
Atacar pronto un fuego es fundamental para que no alcance grandes proporciones y se convierta en una catástrofe ambiental. Si se observa la existencia o iniciación de un incendio forestal, la ley obliga a avisar a las autoridades o a los servicios de emergencia y, en su caso, colaborar en lo posible, en su extinción y en localizar a los causantes. Lo mejor es llamar al teléfono de emergencias 112, y no confiarse, porque un incendio forestal es muy peligroso.
En casos extremos, se recomienda actuar de la siguiente forma:
- Si caminamos a pie, salir lo más deprisa posible en contra de la dirección del viento o por un lateral, nunca ladera arriba, porque las llamas pueden ir más rápidas. Hay que apartarse del camino por donde avanza el fuego, y permanecer en terreno sin vegetación o ya quemado. No hay que cruzar las llamas, salvo que se vea con claridad qué hay detrás. En caso de quedar rodeado por el fuego, echarse al suelo detrás de una gran roca, un tronco o una depresión, cubrirse con tierra o arena, refugiarse en hoyos o arroyos y evitar depósitos elevados de agua que se calentarán por el incendio.
- Si estamos en una casa y el fuego se acerca impidiendo la huida, dejar abiertas mangueras si se tienen, cerrar puertas, ventanas y persianas y permanecer en el sitio más seguro.
- Si estamos en un coche y el fuego nos rodea, encender los faros y los intermitentes, buscar un sitio para detenerse donde el suelo esté limpio y lo más lejos posible del avance del incendio, cerrar las ventanas y puntos de ventilación y echarse al suelo.
En los dos casos anteriores, si hay que salir fuera, cubrirse la mayor parte de la piel para protegerse del calor radiante.