Productos con materiales nocivos, que se rompen a la primera, que hay que cambiar y comprar cada poco tiempo, que derrochan energía o materiales… El consumo insostenible, además de perjudicial para la naturaleza, sale al final muy caro. Cada vez más instituciones y empresas apuestan por el diseño ecológico o ecodiseño. Los consumidores son esenciales para generalizar los productos ecodiseñados y sus ventajas para el medio ambiente y la economía. Este artículo explica qué es el ecodiseño y para qué sirve, su implantación en el mundo y en España, así como sus beneficios y desafíos.
Qué es el ecodiseño y para qué sirve
El ecodiseño es «el diseño clásico de productos y servicios pero con el factor ambiental como uno más para tener en cuenta en la toma de decisiones». Así lo define Gorane Ibarra, jefa de proyectos de Ihobe, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, cuya apuesta institucional por el ecodiseño es pionera en España. Raúl García Lozano, director de producto de la empresa especializada en ecodiseño Inèdit, sostiene que «en el fondo el buen diseño debería considerar la sostenibilidad como un condicionante más».
El ecodiseño suele permitir productos con un menor coste ambiental y económicoEl verdadero ecodiseño abarca todo el ciclo de vida del producto o servicio, desde la extracción de materias primas utilizadas hasta su transformación en residuo. De esta forma se evitan supuestos productos «ecológicos» que solo tienen en cuenta una fase de vida. Gorane Ibarra explica que en este caso podría pasar que ambientalmente mejora una de las fases, pero empeora de forma drástica otra: el impacto ambiental global podría ser incluso peor.
Víctor Vázquez, coordinador técnico de medio ambiente del Instituto Andaluz de Tecnología (IAT), explica que el ecodiseño previene o, por lo menos, reduce el impacto ambiental de un producto, disminuye el uso de materias primas, ahorra costes, minimiza la cantidad de residuos que hay que gestionar, etc. Además puede diferenciar a la organización que lo incorpora respecto a sus competidores. En el XI Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama), el grupo de trabajo sobre ecodiseño concluyó en un informe que el diseño de un producto es un factor de competitividad cada vez más importante en un mercado competitivo y globalizado y en una sociedad que poco a poco exige productos y servicios diferenciados. Según Vázquez, buena parte de los productos no están concebidos para ser sostenibles, y, por tanto, necesitan ser «reinventados».
El ecodiseño en el mundo y en España
En opinión de Gorane Ibarra, los países más avanzados del mundo en ecodiseño suelen ser los nórdicos, como en el ámbito ambiental en general. Raúl García destaca también las experiencias interesantes de países en vías de desarrollo que, condicionados por la escasez de recursos, agudizan el ingenio y son más eficientes.
España, según el director de producto de Inèdit, es uno de los países pioneros en ecodiseño, o como mínimo en su regulación: hace más de diez años se impulsó la UNE 150301, el primer sistema de gestión ambiental del ecodiseño, base para la Norma Internacional de diseño (ISO 14006), aprobada hace poco más de un año. Además, la gran mayoría de grados universitarios de diseño e ingeniería poseen asignaturas relacionadas con la sostenibilidad.
La jefa de proyectos de Ihobe destaca el carácter precursor del País Vasco, como las primeras iniciativas empresariales en 1999, la creación del Basque Ecodesign Center, donde Iberdrola, Fagor Electrodomésticos, Ormazabal, Vicinay Cadenas, Euskaltel, Gamesa o CIE Automotive apuestan por hacer de Euskadi un referente del ecodiseño en la Unión Europea (UE), o las Aulas de Ecodiseño de Ihobe, con diez años de experiencia y 92 alumnos ya graduados que contribuirán a introducir el factor ambiental en las empresas de forma natural.
Beneficios y desafíos del ecodiseño
El ecodiseño tiene diversos beneficios ambientales y económicos para quien lo lleva a cabo y para el resto de la sociedad:
- Ambientales: los productos ecodiseñados cuidan todas las fases de elaboración y aseguran siempre que son la mejor opción para el medio ambiente, destaca Gorane Ibarra.
- Económicos: al realizar una mejor gestión de los recursos, aumenta la eficiencia y se reducen los costes. Según Raúl García Lozano, se consigue «producir igual o más pero con un menor coste ambiental y, en muchas ocasiones, económico. Además, se proyecta una imagen más verde que refuerza los argumentos de venta». La jefa de proyectos de Ihobe afirma que genera beneficios económicos, aunque matiza que depende mucho del producto y de las estrategias aplicadas. En cualquier caso, cree que es una fuente de competitividad, e incluso de apertura de mercados, y recuerda que ya hay productos que si no cumplen determinadas características de ecodiseño no pueden comercializarse en la UE. Es el caso de las lavadoras y los lavavajillas domésticos.
Sin embargo, el ecodiseño y, por extensión, los productos y servicios sostenibles se enfrentan a una serie de desafíos para poder generalizarse:
- Concienciar a los ciudadanos y comunicarles sus beneficios. Raúl García Lozano considera que el consumo sostenible está en auge, pero todavía es minoritario, porque muchos consumidores creen que si hacen una «ecocompra» no recibirán el beneficio ambiental durante su vida, o que su pequeña contribución no ayudará a los grandes problemas ambientales. El experto de Inèdit critica los atributos «difícilmente verificables» de algunos productos vendidos como «ecológicos» y que generan escepticismo entre los ciudadanos.
- Reticencias de las empresas. El ecodiseño supone abordar el corazón del negocio de las empresas y modificar su producto, explica Gorane Ibarra. No obstante, recuerda la experta de Ihobe, es cuestión de tiempo que el factor ambiental se normalice en las compañías. Así lo demuestran todas las políticas y directrices que vienen de Europa.