Los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) son la basura urbana que más crece en la actualidad: cada ciudadano genera 17 kilos anuales, de los que se recicla de forma adecuada 4,2 kilos. Recuperar bien estos residuos, además de evitar su impacto ambiental, permite obtener materiales para fabricar nuevos productos para todos, como destaca Gonzalo Torralbo, secretario general de Recyclia, la mayor plataforma de recogida selectiva y gestión de RAEE y pilas usadas de España. Para mejorar estas cifras, la legislación obligará en 2016 a reciclar el 45% de la media puesta en venta en los últimos tres años, un incremento “importante” respecto al año pasado, reconoce este experto. Torralbo señala la mejora de los puntos limpios, el control de los residuos ilegales o la concienciación social como medidas que contribuyan a ello.
En 2015 se recogieron casi 190 millones de kilos, 4,2 kilos por habitante y año a través de los sistemas colectivos de recogida oficiales, una cifra que supera en 0,2 puntos las obligaciones marcadas por la legislación. Eso no significa que en todos los segmentos en los que dividimos los residuos se alcancen los objetivos. A partir de 2016 el cumplimiento no solo debe ser global, sino también en cada una de las categorías.
“El consumidor puede salir frustrado de los puntos limpios, tienen mucho que mejorar”Se deberá reciclar el 45% de la media puesta en venta en los últimos tres años. Se trata de un incremento importante con respecto a los objetivos de 2015. Hay algunos residuos que se están recogiendo adecuadamente, pero otros no se tratan de forma adecuada, como ciertos residuos informáticos o de electrodomésticos, o no se contabilizan porque no están en los sistemas oficiales.
En España, que se encuentra en la media europea, un 30% de los productos puestos en el mercado se recogen por los sistemas colectivos, entre un 20% y un 25% se pueden estar tratando bien, pero no se contabilizan porque se recogen por otros cauces, y un 40% que se han quedado en nuestras casas o no se tratan bien.
“Un 40% de los residuos eléctricos y electrónicos no se trata de forma adecuada”Por ejemplo, hay mucho teléfono móvil y mucho equipo informático que se exporta a países del tercer mundo como productos de segunda mano, pero en realidad acaban como residuos. El sistema de tratamiento es mucho más barato, o reciclan la parte que les interesa y el resto contamina porque no tienen las mismas condiciones que en Europa. Una de las prioridades de la directiva europea y su trasposición a nuestro real decreto es que se recicle en Europa y que la materia prima quede aquí. Por eso se le exige a la exportación una serie de requisitos que en la práctica no se cumplen.
Ese casi 40% de fraude o tratamiento inadecuado perjudica al medio ambiente, dificulta los cumplimientos de los objetivos legales, no disponemos de esos materiales para su aprovechamiento y perdemos recursos para la fabricación de nuevos productos.
Debería haber un mayor control de la trazabilidad, de la salida de estos productos fuera de Europa, aplicar medidas coercitivas en agentes que lo hagan de forma inadecuada y concienciar a los ciudadanos.
Sí, se generan 17 kilos por habitante y año; nos encontramos en la media europea. Y cada vez más, porque la tecnología avanza y cambiamos de equipos con más facilidad. Por ejemplo, de móvil cambiamos en un año o año y medio.
Las pantallas, por la separación de sus elementos, y los equipos con gases contaminantes y espumas por el coste de la separación. Hay ciertas baterías que también cuestan por el proceso. Las pilas botón o los tubos fluorescentes son difíciles por el mercurio.
Sí, cada vez se aprovecha más. Hay más proyectos con nuevas técnicas de separación y tratamiento más específicos que permiten extracciones más puras, de más valor para la industria y con menos gasto. Y se da un valor al sector del reciclaje: ahora se recupera una materia prima que antes no se podía.
El coste ahora todavía es alto, pero merece la pena por el medio ambiente. Y pasa como con el papel reciclado, antes era carísimo, pero a medida que ha mejorado la tecnología de recuperación y hay mayor volumen, los costes se asemejan al del papel no reciclado.
Así como estamos concienciados con los envases, el vidrio o incluso la pila, con los RAEE todavía hay mucho por hacer. Primero, la misma palabra RAEE, que dificulta su comprensión, luego identificar los residuos. Nos cuesta desprendernos de un producto antiguo porque pensamos que vamos a aprovecharlo. Y hay que poner los medios para que sea cómodo al usuario. El consumidor puede salir frustrado del punto limpio, si ven que lo tiran a cualquier contenedor.
“Cada ciudadano genera 17 kilos anuales de residuos eléctricos y electrónicos, y cada vez más”Hay de todo. Algunos son estupendos, pero tienen que mejorar mucho. El nuevo real decreto obligará a todos en un margen de cinco años a hacer mejoras para que traten bien los distintos tipos de RAEE. Es un tema costoso que no se hace de un día para otro. La seguridad de las instalaciones también tiene que cuidarse. Muchos no se vigilan por la noche, y todos hemos oído hablar de los robos, sobre todo cuando los metales tienen un valor alto. Otro problema es la dificultad de acceso a los mismos, las barreras que ponen. Es otra de las batallas que tenemos, mejorarlos para no frustrar a los ciudadanos.
Los puntos de venta con más de 400 m2 de equipos pequeños tienen la obligación de tener contenedores para su recogida selectiva.
Si quiere dejar un mejor entorno a sus hijos y a las generaciones futuras. Los recursos son limitados, y para fabricar aparatos que nos gustan, son necesarios materiales escasos en la naturaleza, así que: o reciclamos, o solo habrá pocos para unos pocos.
Mucha concienciación, pero, además, es básico el papel de la distribución de los productos, que tomen conciencia de la importancia de colaborar con los productores.
Somos una plataforma que gestiona sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del producto. Agrupa el sector ofimático (Ecofimática), pilas (Ecopilas), informático (Ecoasimelec), electro medicina, maquinas recreativas, equipos de vigilancia y control, cajeros automáticos, lavadoras, etc. Somos la agrupación con más productores de equipos eléctricos y electrónicos y pilas (más de 1.200 empresas). Recientemente se ha incorporado Ecolum, que se encarga de la gestión de los residuos de lámparas y luminarias.