El Gobierno ha señalado la reducción del gasto en alumbrado público como una de las medidas para ahorrar energía. El cambio de las actuales bombillas por otras de tipo LED se baraja como una de las posibilidades para este objetivo. Las empresas del sector subrayan sus ventajas, como una mayor eficiencia y duración. Sin embargo, diversos expertos recuerdan los inconvenientes de esta tecnología, que podrían suponer más perjuicios que ventajas. Por ello, recomiendan estudiar con detenimiento las opciones antes de decidir cualquier cambio.
Alumbrado público con LED, todavía no
España gasta 450 millones de euros en alumbrado público, casi el doble que Alemania, y es uno de los países de Europa que más vatios consume por este concepto, según un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), encabezados por Alejandro Sánchez.
España gasta 450 millones de euros en alumbrado público, es uno de los países de Europa que más vatios consume por este conceptoLas luces con tecnología LED (Light Emision Diode, o diodo de emisión de luz) podrían ser las candidatas idóneas para controlar este despilfarro. Así lo ven al menos algunas empresas del sector. Desde Hella, una multinacional proveedora de productos para automóviles, aseguran que los ayuntamientos españoles podrían reducir entre un 60% y un 80% el consumo total energético del alumbrado de sus municipios si utilizaran este tipo de luces más eficientes. Si se tiene en cuenta que el alumbrado público supone entre el 40% y el 60% de la partida presupuestaria de un municipio, el ahorro sería considerable.
Los responsables de esta compañía subrayan las ventajas de la tecnología LED. Además de consumir menos energía, su vida útil es de unos doce años (50.000 horas), frente a los tres años de los sistemas actuales de alumbrado público, y su coste de mantenimiento es mínimo.
Sin embargo, los condicionantes actuales de esta tecnología podrían suponer en la práctica más perjuicios que ventajas. Para empezar, Alejandro Sánchez considera imposible ahorrar en instalaciones el 80%. El experto de la UCM considera positivas las posibilidades de la tecnología LED, pero no con los modelos que se instalan en la actualidad ni de la forma en que se hace.
Inconvenientes para la economía, la salud y el medio ambiente
Los responsables de la Asociación contra la Contaminación Lumínica Cel Fosc subrayan la necesidad de esperar a que se corrijan los inconvenientes que tienen las luces LED en la actualidad:
No siempre son la mejor opción: la información comercial exagera sus bondades. No siempre una LED es más eficiente, ya que en algunos casos hace falta consumir más energía para emitir la misma luminosidad que otro tipo de bombillas.
Pueden afectar a la salud: diversos estudios científicos demuestran que la luz blanca de las LED afecta en mayor medida a la melatonina. Esta hormona controla el ritmo circadiano del cuerpo y le protege frente a diversas enfermedades, como alteraciones degenerativas o ciertos tipos de cáncer.
No siempre una LED es más eficiente, su uso puede afectar a la salud y el medio ambienteEl medio ambiente también puede salir perjudicado: la luz blanca de los LED emite una gran cantidad de radiación en longitudes de onda corta. Por tanto, es la que más altera la conducta de las especies de vida nocturna. Las normativas sobre alumbrado más avanzadas exigen luminarias por debajo de los 440 nanómetros de emisión de flujo luminoso, un valor que los actuales LED blancos sobrepasan.
Pueden generar contaminación lumínica: su luz se dispersa con mayor eficacia en la atmósfera, de manera que incrementa el característico halo luminoso. Por ello, si no se instala de manera correcta, podría provocar más contaminación lumínica que las convencionales que sustituiría.
Pero los inconvenientes no acaban ahí. Un estudio de la Unión Americana de Geofísica señala que el brillo de este tipo de luces aumenta la contaminación del aire al interferir en ciertas reacciones químicas. Se podrían producir más óxidos de nitrógeno, uno de los gases involucrados en la polución urbana.
Por su parte, desde Ecologistas en Acción señalan que habría que precisar si las bombillas se fabrican en España o se traen de China, cuyos estándares medioambientales son menos exigentes.
Cómo lograr una buena iluminación pública con LED
Las Administraciones responsables de la iluminación pública deberían asesorarse con expertos independientes para elegir la solución más conveniente. Desde la asociación Cel Fosc recomiendan adoptar el principio de precaución en caso de duda antes de poner en marcha nuevas instalaciones.
Por su parte, Sánchez considera que la mejor opción serían las LED de color amarillo o, si se opta por el blanco, con un sistema de gestión inteligente, que solo se encienda cuando sea necesario. El experto de la UCM concreta que las LED solo tardan una diezmilésima de segundo en iluminar a plena potencia. Por ello, además de ahorrar energía, supondrían un incremento de la seguridad, ya que delataría la presencia de personas. El proyecto europeo E-streetlight investiga las posibilidades de esta opción.
Ciudades que ya utilizan LED en su iluminación pública
Algunas ciudades y pueblos han comenzado a iluminar de forma parcial o total sus calles. En Lippstadt (Alemania), sus responsables han instalado 450 luminarias de tecnología LED y aseguran haber ahorrado 117.000 kWh anuales y una importante reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
En España, el pequeño municipio barcelonés de L’Estany es el primero de Europa cuyo alumbrado público se ha pasado de forma completa a la tecnología LED. Según sus responsables, la operación costó unos 46.000 euros, pero creen que lo amortizarán en menos de cuatro años. De esta manera, afirman, el municipio, de unos 400 habitantes, logrará reducir reducir hasta un 80% su consumo de energía y rebajar en un 65% las emisiones de CO2.