Las ciudades que invierten en sostenibilidad no solo se preparan mejor para enfrentarse al cambio climático, sino que contribuyen al desarrollo económico de sus habitantes. Ciudades en todo el mundo, como Barcelona, ya implantan con éxito este modelo. Así se expresa Joan Fitzgerald, directora del programa de ley y políticas públicas de la Universidad Northeastern (EE.UU.). Fitzgerald es autora del libro ‘Emerald Cities: Urban Sustainability and Economic Development‘ (Ciudades esmeralda: Sostenibilidad urbana y desarrollo económico), en el que examina ciudades estadounidenses y europeas que tienen en cuenta la relación entre cambio climático, dependencia energética y oportunidades de desarrollo para la “economía verde”.
“Gran parte de la sostenibilidad urbana supone invertir en desarrollo económico”Porque no tenemos más remedio para adaptarnos a las consecuencias del cambio climático y mitigarlas en lo posible. Muchas de las medidas, en particular en el aspecto energético, son más eficientes a nivel urbano. Pero además, gran parte de la “sostenibilidad urbana” supone invertir en infraestructuras que contribuyen al desarrollo económico.
El cambio climático ya no se encuentra en la agenda pública. Los líderes de muchos países ni siquiera han ido a la reciente Cumbre del Clima de Durban (Sudáfrica). Sin embargo, insisto en que no hay más remedio que invertir en medidas de mitigación y adaptación del cambio climático y que hay un montón de oportunidades económicas que pueden crearse si así se hace.
“No tenemos más remedio que invertir en medidas para adaptarnos a las consecuencias del cambio climático”En los casos que estoy siguiendo, la revitalización urbana se basa en la innovación y ahora también en la sostenibilidad. Destacaría dos modelos que se han beneficiado de la experiencia de éxito del distrito de innovación 22 @ Barcelona.
Uno de ellos es Hamburgo, la Capital Verde Europea este año. Aunque sus responsables no llaman ecológico al distrito de HafenCity, lo desarrollan con estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático. Sus 157 hectáreas combinan espacios comerciales, culturales, portuarios y residenciales.
ResilienCity, el distrito de la innovación en mi ciudad, en Boston, es un modelo similar. Ha atraído a empresas de alta tecnología y tecnologías limpias, sigue una estrategia de agua neta cero, priorizará la reutilización de edificios existentes frente a los de nueva construcción, combinará múltiples fuentes de energía renovables y realizará una restauración ecológica en el paseo marítimo.
Al menos en Estados Unidos se ha sido tal vez demasiado optimista, en particular en ausencia de creación de políticas de demanda, como en Alemania y China. Las mayores ganancias de empleo se previeron en el área de la eficiencia energética, pero no se han registrado.
“Al menos en EE.UU. se ha sido demasiado optimista con los empleos verdes”Parte del problema es que menos personas de lo estimado siguieron adelante con modernizaciones de la eficiencia energética. Se necesitan más programas para subvencionar mejoras de eficiencia y tiempo para hacerse populares. Pero no ha sido el único sector “verde” en decepcionar en EE.UU.
La producción de energía solar. El fracaso de Solyndra en California y Evergreen Solar en Massachusetts (dos estados líderes en materia de cambio climático y política energética) ha empeorado la opinión pública sobre la inversión en empresas de energía solar. Sin embargo, será una industria de 96.000 millones de dólares en un par de años. Pero es una industria muy volátil. A Solyndra y Evergreen les afectó la caída del precio del silicio, a diferencia de las empresas chinas, que se beneficiaron. Sin una política comercial en igualdad de condiciones es difícil para las empresas de EE.UU. y Europa poder competir.
“Las tecnologías limpias seguirán siendo una buena apuesta a largo plazo, pero habrá un montón de tropiezos”Las tecnologías limpias seguirán siendo una buena apuesta a largo plazo, pero como vemos en la energía solar, habrá un montón de tropiezos. Se esperaba demasiado de los empleos verdes para sacarnos de una recesión con causas complejas. No hay ninguna industria que sea la panacea a los problemas.
España está sufriendo una deflación macroeconómica que dificultará las inversiones en tecnologías limpias. Barcelona es líder en políticas de sostenibilidad y cambio climático. De todas formas, no soy economista y no puedo hablar de lo que realmente es posible en la actual crisis.
“España está sufriendo una deflación macroeconómica que dificultará las inversiones en tecnologías limpias”No creo que nuestro planeta pueda soportar esta cantidad de personas, sobre todo con más gente deseando conducir automóviles, comer carne y vivir la vida de la clase media. Este es el núcleo del desacuerdo entre las naciones industrializadas y en desarrollo sobre el Protocolo de Kyoto.
Basta con mirar a China, el país más poblado del mundo: sus habitantes están sustituyendo las bicicletas por automóviles, cada vez tienen más aparatos de aire acondicionado, etc. Esto es elección del consumidor. No obstante, nos puede hacer sentir bien conducir coches híbridos, usar bolsas de la compra reutilizables y otros productos ecológicos. Pero la mitigación y adaptación al cambio climático requiere de políticas nacionales e internacionales e inversiones privadas adicionales para crear las tecnologías limpias necesarias.
“No creo que nuestro planeta pueda soportar 10.000 millones de personas a finales de siglo”En EE.UU. hemos tenido bombillas de bajo consumo desde hace tiempo, pero su implantación ha sido lenta. La legislación nacional sobre eficiencia energética estableció a partir de 2007 los estándares para las bombillas, pero en 2011 los republicanos del Congreso están luchando para derogarlos, con el argumento de que los consumidores deben ser capaces de elegir qué tipo de bombillas utilizan.