España podría verse obligada a comprar energías renovables a otros países europeos para cumplir sus compromisos comunitarios. Es una de las paradojas de la situación de estancamiento que las renovables españolas sufren desde 2012. Así lo señala en esta entrevista José María González, nuevo director de la Asociación de Empresas de Energías Renovables-APPA. Decisiones gubernamentales como la moratoria de las primas, la reforma del mercado eléctrico o el reciente real decreto de autoconsumo dificultan la generación de energías renovables a empresas y consumidores. Mientras tanto, en el resto del mundo experimentan importantes crecimientos “al ser ya la opción más rentable, segura y limpia para generar electricidad”. Según González, bastaría con transponer a la legislación española las directivas europeas en materia energética para que las renovables proliferaran y con ello se abarataría el precio de la electricidad.
“España tendría que comprar energía renovable a otros países europeos para cumplir sus objetivos con la UE”El sector renovable está prácticamente paralizado en lo que a nuevas instalaciones se refiere. En 2014 se instalaron solo 43 megavatios (MW) renovables, cuando la media anual en los últimos ejercicios estaba entre los 2.000 y los 2.500 MW. La moratoria decretada por el Gobierno en enero de 2012, nada más llegar al poder, y la reforma eléctrica del Ministerio de Industria han paralizado las renovables en España. A pesar de ello, las empresas renovables evitaron el año pasado la importación de 20,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) con un ahorro económico asociado de 8.469 millones de euros y la emisión a la atmósfera de 54,5 millones de tep.
Las renovables experimentan importantes crecimientos, al ser ya la opción más rentable, segura y limpia para generar electricidad. Por poner ejemplos de países cercanos: Alemania ha instalado el año pasado 5.279 MW eólicos y 1.898 MW fotovoltaicos y Reino Unido y Francia han instalado 2.402 MW y 927 MW fotovoltaicos, respectivamente.
Desde APPA y todo el sector renovable estamos convencidos de que si no se reacciona ya y se ponen en marcha las medidas adecuadas, no se cumplirán, diga lo que diga el Gobierno. Su propia planificación energética contradice las palabras de sus responsables en materia energética. Según dicha planificación, será necesario instalar 8.573 nuevos MW renovables de aquí a 2020; esto es, más de 1.400 MW anuales, los primeros ya en 2015, año en el que no se ha instalado ninguna potencia renovable. El Gobierno ha puesto en marcha una subasta de 700 MW renovables -500 de eólica y 200 de biomasa- cuyo plazo de instalación es de cuatro años.
“El sector renovable en España está prácticamente paralizado”El Gobierno apoya sus afirmaciones en que en 2014 hemos llegado al 17,1% del objetivo del 20%, pero se ha alcanzado por una situación coyuntural debido a la baja demanda eléctrica. En caso de una mínima recuperación de la demanda, algo que los últimos datos ya corroboran, la situación de parálisis del sector renovable hará imposible el cumplimiento del objetivo. Ninguna tecnología renovable eléctrica ha alcanzado en 2014 los objetivos indicativos de potencia instalada del Plan de Energías Renovables 2011-2020. La propia Comisión Europea y diferentes organismos internacionales han manifestado que España no cumplirá sus objetivos a 2020, si no cambia radicalmente su política de renovables.
Podría darse la paradoja de que España tenga que comprar producción renovable a otros Estados miembros que hayan superado sus objetivos y tengan excedentes. El mecanismo de transferencia de producción renovable o compraventa entre países está previsto por la Directiva 2009/28/CE. Sería lamentable llegar a esta situación con el gran potencial de recursos renovables de nuestro país.
Si partimos de que a medida que aumentan su implantación reducen sus costes, fomentar su desarrollo redundará en beneficio de los consumidores y del propio país, que reducirá su dependencia energética. En España, bastaría con transponer a la legislación española las directivas europeas en materia energética, que pretenden convertir a la Unión Europea en líder mundial de renovables. Esto no se ha hecho hasta ahora. Con ello, y si se eliminaran las trabas actuales, las renovables proliferarían y con ello se abarataría el precio de la electricidad.
El alto precio de la electricidad en España tiene que ver con costes que nada tienen que ver con su generación, como los relacionados con políticas industriales, de vertebración del territorio o sociales. Hay bastantes subvenciones encubiertas en el recibo que hacen que se encarezca.
“Al no apoyarse el autoconsumo esta generación eléctrica se cubrirá con energías fósiles”No parece estar pensado para el desarrollo del autoconsumo, sino todo lo contrario. Como el resto de medidas energéticas del Gobierno, ha sido fruto de la improvisación, a pesar de que ha tardado años en gestarse, ha faltado diálogo con los agentes interesados y no se ha hecho un verdadero análisis coste/beneficio. El resultado es que no se desarrollará un mercado de gran potencial como el autoconsumo con energías renovables, fotovoltaica y minieólica principalmente, que produciría riqueza tecnológica e industrial y gran cantidad de empleos. La generación que aportaría el autoconsumo se cubrirá con energías fósiles, que deberemos importar y que contaminará la atmósfera.
Renovables, como la eólica y la fotovoltaica, ya son competitivas económicamente con las energías fósiles. Y lo serían mucho más, si las tecnologías contaminantes pagaran por sus efectos negativos. En algunos escenarios, las renovables son ya competitivas con relación a la generación con gas. En subastas abiertas en países como Chile y Sudáfrica, las renovables han sido adjudicatarias por precio con el añadido de que son energías autóctonas y no contaminantes.
La aportación del sector en 2014 al PIB español fue de 7.387 millones de euros, un 0,7% del mismo, y dio trabajo a 70.570 personas, aunque con relación al ejercicio de 2013 se perdieron 22.665 puestos de trabajo.