La tecnología LED, acrónimo de la expresión inglesa light-emitting diode, es el único segmento del negocio de la iluminación con números positivos: el año pasado facturó 192 millones de euros y ha registrado un crecimiento superior al 1.800% en los últimos cinco años, según datos ofrecidos por el I Foro de Iluminación y Eficiencia Energética (LEDsEE). Mario Prieto, secretario general de Aniled, la asociación que representa a este sector desde abril de 2012, asegura que “es la tecnología en iluminación más sostenible en lo ecológico, lo económico y lo social”.
Hemos experimentado un rápido e importante crecimiento en muy poco tiempo. Es un mercado que está revolucionando el sector de la iluminación convencional.
Es la tecnología en iluminación más sostenible en lo ecológico, lo económico y lo social. No contiene ni mercurio ni plomo. Es un producto con mucha más durabilidad y por lo tanto genera menos residuos. Es la tecnología más económica por su bajo consumo energético y por sus ahorros en costes de mantenimiento. Y es social, porque participa de forma activa en la calidad de vida de nuestra sociedad.
“El LED es la tecnología en iluminación más sostenible en lo ecológico, lo económico y lo social”Si podemos emplear 8 vatios (W) donde antes utilizábamos 30 W o 60 W para la misma función, el ahorro y la eficiencia está clara. Si podemos optimizar el uso de la luz, y reducir su potencia de instalación inicial por el simple hecho de no tener pérdidas a lo largo de su vida útil, tenemos además un importante ahorro de recursos. Y si también reducimos las operaciones de mantenimiento o sustitución al 25% en comparación con otras tecnologías, la tan buscada eficiencia energética se multiplica de manera exponencial.
El precio podría ser hoy una barrera para usar una bombilla LED en casos donde las horas de utilización sean escasas y, por lo tanto, esa diferencia de precio se amortice a más largo plazo. Pero con franqueza, la penetración de producto y soluciones enfocadas a usuarios domésticos es tan importante que en realidad es cuestión de meses. En algunas grandes superficies he encontrado casi un precio muy similar entre una bombilla E-27 de bajo consumo (CFL) y su homónima en LED.
“Invertir en iluminación LED se amortiza en algo más de un año”Todavía hay ciertas diferencias y en ciertas soluciones pueden ser mayores, pero teniendo en cuenta una economía de escalas y en un mercado muy competitivo y en crecimiento, es cuestión de poco tiempo. En la actualidad, cualquier inversión en el cambio o sustitución de una instalación con tecnología obsoleta (fluorescencia, halógenos, etc.) por soluciones con tecnología LED en algo más de un año está amortizada.
La bombilla de bajo consumo se está quedando como producto residual y en existencias, y con grandes ofertas en los comercios para quitárselas de los almacenes, por lo que se avecina. El LED, hoy por hoy, es la mejor opción siempre.
“La bombilla de bajo consumo se está quedando como producto residual”Hay cierta dificultad para que un consumidor seleccione el producto apropiado ante las numerosas opciones. Pero la mayoría de las veces el problema viene de comprar una solución no adecuada, más que en la adquisición de un mal producto, que también. Desde Aniled ofrecemos a los usuarios guías sencillas que le ayuden a elegir su bombilla LED. Nuestra labor también es de divulgación y conocimiento de esta tecnología.
Es fundamental que se investigue de cara a mejorar la tecnología, porque su fin último es mejorar la vida de la sociedad. Por otra parte, me parece muy sano un debate en la comunidad científica que lleve a desarrollar la tecnología. Pero a veces los debates vienen con poca rigurosidad de contenidos, fuentes y con fines dudosos.
Las lámparas LED deben reciclarse según se recoge en el Real Decreto 208/2005, para garantizar su correcta gestión ambiental una vez termine su vida útil.
A nivel doméstico hay contenedores destinados de manera específica a recoger las lámparas que ya no funcionan. Suelen ubicarse en la mayoría de puntos de distribución de lámparas, almacenes o lugares de trabajo. Están señalizados con claridad y diferenciados por colores, según el tipo de bombilla.