Los residuos de medicamentos causan graves daños en el medio ambiente, si no se gestionan de forma adecuada. Así lo señalan cada vez más estudios científicos en todo el mundo. Antes de arrojarlos por el baño o abandonarlos en un entorno natural, se deben llevar a lugares apropiados para su correcto tratamiento, como los puntos de reciclaje SIGRE o los puntos limpios. Este artículo explica el creciente problema de la contaminación por medicamentos, cómo daña el medio ambiente y cómo evitarlo.
Contaminación por medicamentos, un problema creciente
El consumo de medicamentos, cada vez más diversos, ha aumentado en los últimos años. Estos productos, si llegan a la naturaleza, dañan la flora y la fauna y contaminan ríos, acuíferos y océanos en todo el mundo. Los primeros estudios científicos comenzaron hace unos 40 años y, desde entonces, son cada vez más numerosos. Uno de los más recientes se publicaba en un especial de la revista ‘Philosophical Transactions of the Royal Society B’. Sus autores señalan que los fármacos vertidos en el medio ambiente pueden ser una «causa oculta de la crisis de la biodiversidad global».
«Los fármacos vertidos en el medio ambiente pueden ser una causa oculta de la crisis de la biodiversidad global»
El informe «Planeta Vivo 2014«, publicado en fechas recientes por la organización conservacionista WWF, indica que el número de vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces) ha disminuido a la mitad de hace cuatro décadas. La situación de las especies de agua dulce -donde se encuentran restos de medicamentos de forma más común- es alarmante: casi el 80% de las poblaciones analizadas en el estudio han desaparecido.
La editora de ese especial, Kathryn Arnold, de la Universidad inglesa de York, destaca que «hay muchas especies para cuyo declive no hay explicaciones completas, y por ello hay que estudiar mejor desafíos emergentes como la contaminación por medicamentos». Tom Bean, colega de Arnold en York, afirma que la mezcla de varios medicamentos podría tener unos efectos en potencia mayores.
Teresa Tilló Barrufet, investigadora de la Universidad de Barcelona (UB) y autora de un artículo sobre los medicamentos y su influencia en el medio ambiente, subraya que desde que se detectó y empezó a estudiar el problema, «se han encontrado en el medio ambiente prácticamente todos los tipos de medicamentos: antibióticos, analgésicos, anticancerosos, ansiolíticos, antiinflamatorios, antisépticos, hormonas, etc.».
Según un trabajo de la Agencia Federal para el Medio Ambiente de Alemania, los medicamentos con efectos ambientales más negativos serían, en el caso de los recetados para seres humanos, los hormonales, antibióticos, analgésicos, antidepresivos y fármacos contra el cáncer. En cuanto a los de uso veterinario, el informe destacó los hormonales, antibióticos y antiparasitarios.
Cómo dañan al medio ambiente los medicamentos
A medida que se publican más investigaciones, las consecuencias y las especies afectadas conocidas son cada vez más diversas, como señala un artículo de la agencia SINC:
- Feminización de los machos: Los estrógenos de las píldoras anticonceptivas han tenido este efecto en diversas especies de peces y anfibios.
- Extinción de aves carroñeras: El diclofenaco, utilizado para dolencias del ganado, ha supuesto la casi desaparición de buitres en la India. En España se han detectado problemas en buitres y quebrantahuesos tras ingerir restos de ovino con sustancias antiparasitarias.
- Daños en órganos internos: El antiinflamatorio flunixin causa lesiones en codornices y la muerte en grullas siberianas.
- Problemas alimenticios: Las aves que ingieren el antidepresivo Prozac reducen su alimentación en invierno y, a la vez, sus posibilidades de supervivencia.
Cómo evitar el impacto ambiental de los medicamentos
No abusar de los fármacos, además de una práctica saludable, contribuirá a reducir este problema ambiental. Al desprenderse de los residuos de medicamentos, los ciudadanos disponen del contenedor SIGRE, situado en la mayoría de farmacias españolas. Se pueden llevar medicamentos con el envase vacío (frascos, blísters, ampollas, tubos, cajas de cartón, etc.) y con restos de producto. Los responsables del sistema subrayan que lo apropiado sería entregar todo el medicamento: no hay que usar los contenedores de reciclaje de papel, envases o vidrio, aunque contengan esos materiales.
Por el contrario, no se deben llevar al punto SIGRE gasas, apósitos, agujas, objetos cortantes (tirarlas junto con el resto de la basura de orgánicos), termómetros, pilas o radiografías. Lo mejor es llevarlos a los puntos limpios.
El sector farmacéutico debería mejorar la gestión de sus residuos y evitar verterlos al entorno. En diversos países, incluido España, se ha detectado contaminación por medicamentos de empresas productoras, como señala un artículo publicado en ‘The Guardian‘.
Teresa Tilló añade la necesidad de realizar más investigaciones para conocer mejor las consecuencias y buscar soluciones adecuadas. La experta de la UB explica que la medicación con unidosis en los hospitales reduce «drásticamente» la producción de residuos. Además, recomienda en los centros hospitalarios conocer mejor este problema para prescribir, siempre que sea posible, alternativas menos contaminantes o minimizar las dosis.