La Dirección General de Tráfico (DGT) señala que el 27% de los vehículos que circulan por las carreteras españolas tienen un riesgo muy alto de sufrir un accidente debido al deterioro y desgaste de sus neumáticos. Es un elemento que proporciona la seguridad necesaria para viajar, pero son numerosos los conductores que no son conscientes de ello, por lo que conviene recordarlo cada verano, cuando se registran millones de desplazamientos. Según José Luis Rodríguez, representante de la Comisión de Fabricantes de Neumáticos, los conductores desconocen que la ley exige que los neumáticos tengan una profundidad de dibujo superior o igual a 1,6 milímetros en las principales ranuras de la banda de rodadura y que su estado debe reunir las condiciones mínimas de uso.
Un estudio realizado con conductores de toda España pone de manifiesto la falta de concienciación sobre la relevancia del neumático en la seguridad de la conducción. Por citar algunos datos, el 31% de los conductores desconoce la exigencia de un mínimo legal de profundidad del dibujo del neumático y, entre quienes conocen la norma, el 35% no lo ha verificado nunca.
Hay bastante desconocimiento sobre las repercusiones de circular con los neumáticos en mal estado: presión inadecuada, escasa profundidad de dibujo, daños o desgastes irregulares… Realizar un control periódico de las ruedas mejora la seguridad y permite alargar su vida útil, además de tener repercusiones positivas sobre el consumo de combustible. Este hábito no supone más gasto, sino que redunda en el ahorro.
En el mercado hay diferentes opciones que se ajustan a los bolsillos de todos los conductores. Hay que tener en cuenta que el precio de los neumáticos va en consonancia con el tipo de vehículo, que condiciona la medida, los requerimientos de velocidad, la carga, etc., y es obligatorio respetar estas especificaciones al montar los neumáticos.
“En el mercado hay diferentes opciones que se ajustan a los bolsillos de todos los conductores”
En la mayoría de los vehículos no hay una asociación directa entre el mismo y la marca del neumático empleada. Ello permite escoger el que más se ajuste a las características del vehículo y a las preferencias, económicas o de prestaciones, de cada conductor.
Sí es necesario elegirlos conforme a la legislación vigente y a las especificaciones del fabricante. Y es cierto que la capacidad de desarrollo tecnológico de los principales fabricantes permite garantizar que el cliente tiene productos seguros, respetables con el medio ambiente y tecnológicamente avanzados, algo que se traduce en un mejor nivel de prestaciones en cuanto a duración, resistencia a la rodadura, ruido, capacidad de frenado, manejabilidad, etc.
Se tiene constancia de imitaciones y de neumáticos que no cumplen con los dictámenes de la legislación. Pueden causar problemas de seguridad o incumplir los requisitos medioambientales a los que deben sujetarse.
Un neumático debe seguir los parámetros de seguridad que marca la legislación y pasar por un proceso de homologación. Los modelos que han superado este proceso deben tener marcada en su flanco una contraseña: una “E” mayúscula rodeada por un círculo, acompañada de unos dígitos que indican el país en el que se homologó. Debe ir seguida de un código numérico que se corresponde con el número de homologación. Además, tienen que exhibir también el marcado de homologación de ruido: una “e” minúscula dentro de un cuadrado, con una contraseña de homologación que acaba en “-s”.
“Hay factores que indican que un neumático es inseguro: agrietamientos, roturas, cortes y desgastes irregulares”
Los neumáticos de un turismo cuentan con testigos de desgaste que ayudan a detectar cuándo han llegado al mínimo legal de profundidad de dibujo. Ése es el momento de cambiarlos.
Pero pueden haber sufrido daños o desgastes irregulares que hagan necesaria su sustitución antes. En ese caso, conviene acudir a un especialista que diagnostique si han afectado o no al comportamiento del neumático. Por seguridad, lo idóneo es revisar su estado de manera periódica.
Hay factores visuales que indican que un neumático puede no cumplir con los mínimos de seguridad necesarios: agrietamientos, roturas, cortes y desgastes irregulares de la banda de rodadura. Cuando se detecten, conviene acudir lo antes posible a un mecánico.
Se desgastan con mayor rapidez las montadas en los ejes motrices del vehículo, ya que transmiten la fuerza del motor a la carretera. No obstante, el tipo de conducción también afecta de manera significativa al desgaste de los neumáticos.
Lo idóneo es sustituir los cuatro neumáticos, ya que el comportamiento del vehículo siempre será más homogéneo y para conseguir esto es necesario rotarlos de manera periódica. Si no es posible, deben sustituirse por parejas, por ejes, y montar las ruedas nuevas en el eje trasero.
En efecto, el estado de los neumáticos o una inadecuada presión afectan a la dinámica completa del vehículo, lo que repercute en el consumo de combustible. Además, las ruedas pueden acusar problemas de otros elementos del vehículo que estén en mal estado, como la alineación, algo que incide también en el consumo. Un buen mantenimiento de los neumáticos contribuye a la seguridad y ayuda a ahorrar.
Sí, pero lo peor es que la crisis hace que los conductores retrasen el momento de cambiar los neumáticos, lo que aumenta el riesgo de sufrir accidentes.
La Dirección General de Tráfico multa con 150 euros por neumático a los conductores cuyas ruedas tengan un desgaste por debajo de lo establecido por la ley (1,6 milímetros). Puede llegar a retener el vehículo si se llevan los cuatro neumáticos en mal estado
“La crisis hace que los conductores retrasen el momento del cambio de los neumáticos, lo que aumenta el riesgo de sufrir accidentes”
Los neumáticos son el punto de contacto del vehículo con la carretera y, por tanto, son sensibles al tipo de pavimento por el que circulan: el desgaste es mayor o menor en función de las características abrasivas de la vía. Las condiciones meteorológicas también afectan al rendimiento del neumático, pero hay neumáticos adecuados para condiciones invernales de bajas temperaturas, lluvia o nieve.
Es lógico que las características de conducción afecten al desgaste del neumático. Depende del mayor o menor acercamiento a una conducción eficiente, que además de incidir en el consumo de combustible, lo hace sobre los diferentes componentes del automóvil, incluidos los neumáticos.
Sobre todo, controlar de modo periódico (una vez al mes) la presión de inflado. Debe hacerse con los neumáticos fríos y ajustar la presión a los valores recomendados por el fabricante del vehículo. Las presiones de los neumáticos de un mismo eje deben ser idénticas. Además, se debe consultar con un mecánico en caso de detectar pérdida anormal de la presión, desgastes anormales y/o irregulares, cortes, perforaciones, deformaciones u otros daños visibles, vibraciones, ruido, desviación de la trayectoria, signos manifiestos de envejecimiento o de fatiga.
