El tratamiento quirúrgico para la estimulación eléctrica del cerebro presenta ventajas respecto a técnicas anteriores y permite paliar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, dijo ayer Adolfo Mínguez, neurólogo del hospital Virgen de las Nieves de Granada.
Mínguez, que intervino en Málaga en la clausura de la primera Jornada sobre la Enfermedad de Parkinson, explicó que estos tratamientos «reducen los síntomas y mejoran la calidad de vida» del paciente, aunque no suponen la curación de este mal.
La técnica más reciente, que se está imponiendo, es la implantación de unos electrodos en zonas profundas del cerebro, que tiene «menos efectos secundarios» y otras ventajas como el hecho de ser «reversible», y se aplica desde 1995 en el citado centro granadino, el único de Andalucía especializado en este tipo de intervenciones.
La otra posibilidad, cada vez menos aplicada, es la denominada cirugía ablativa, que consiste en causar una «lesión controlada» también en una zona cerebral profunda, señaló Mínguez.
El perfil del paciente que se puede someter al tratamiento quirúrgico es aquel «con una enfermedad de Parkinson típica, con muchos años de evolución, con complicaciones del tratamiento o con bloqueos intensos, movimientos involuntarios o temblor muy severo», añadió el neurólogo.
En España existen actualmente unos diecisiete centros sanitarios que practican esta cirugía «de bajo riesgo», y en el caso del Virgen de las Nieves, efectúa unas veinticinco operaciones de este tipo al año, ya que cada paciente requiere un estudio previo y un seguimiento posterior, aunque pretende llegar a realizar una operación semanal.
Por su parte, Víctor Manuel Campos, del Hospital Clínico Universitario de Málaga, recordó que la enfermedad de Parkinson suelen sufrirla personas a partir de los 60 años, aunque también se dan casos en personas más jóvenes «de 35 ó 40 años».
Las causas que la originan no están establecidas, aunque existen «factores genéticos y ambientales», y alrededor del diez por ciento de los casos son hereditarios.
La incidencia de la enfermedad es de unos 150 casos por cada 100.000 habitantes, y su distribución es homogénea tanto por sexos como desde el punto de vista geográfico, añadió este especialista del hospital malagueño.