Si la bacteria «streptococcus gordonii», que favorece la formación de la placa dental, consigue entrar en el torrente sanguíneo a través del sangrado de las encías, puede provocar coágulos y endocarditis que pueden ser mortales, según el descubrimiento de investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y el Colegio Real de Cirujanos de Irlanda (RCSI)
Se desprende así de los resultados presentados en un congreso sobre Microbiología General que se celebra en Dublín (Irlanda). En concreto, han descubierto que esta bacteria es capaz de producir una molécula en su superficie que le permite imitar la proteína fibrinógeno humano, un factor de la coagulación sanguínea que activa las plaquetas, hasta hacer que se agrupen dentro de los vasos sanguíneos. Tales coágulos de sangre no deseados cubren a las bacterias y las protegen contra el sistema inmune y los antibióticos que pueden utilizarse para tratar la infección, lo que puede llevar a crecimientos en las válvulas cardíacas (endocarditis) o inflamación de los vasos sanguíneos que pueden bloquear el suministro de sangre al corazón o al cerebro.
La doctora Helen Petersen, autora de este trabajo, ha reconocido que conocer mejor la relación entre las bacterias y las plaquetas podría llevar a nuevos tratamientos para la endocarditis infecciosa. «En el desarrollo de endocarditis infecciosa, un paso crucial es que las bacterias se pegan a la válvula del corazón y, posteriormente, la activación de las plaquetas para formar un coágulo», ha reconocido Petersen, que se ha mostrado convencida de que a partir de ahora se podrán «desarrollar nuevos fármacos para prevenir los coágulos de sangre y también la endocarditis infecciosa». De hecho, ha explicado, su equipo ya ha identificado los componentes críticos de la molécula de «S. gordonii» que imita al fibrinógeno, por lo que «están cada vez más cerca de diseñar nuevos compuestos para inhibirla», ha añadido el doctor Steve Kerrigan, del Colegio de Cirujanos de Irlanda.
Los avances actuales también pasan por buscar otras bacterias que puedan tener efectos similares a la «S. gordonii», para ver si este fenómeno tiene lugar en otros microorganismos. «Hasta entonces, lo que evidencia el estudio es que mantener la boca sana a través del cepillado y el uso de hilo dental es el método más eficaz para mantener estas bacterias a raya», ha concluido Petersen.