La relación entre las alergias y el sistema inmunitario
Una enfermedad alérgica se produce cuando nuestro sistema inmunitario reacciona de manera exagerada ante diversas sustancias del entorno.
El sistema inmunitario es un conjunto de órganos distribuidos por nuestro cuerpo y cuya función es proteger nuestra integridad. Se encarga de reconocer todo aquello que no es propio de nuestro organismo, a la vez que perjudicial, y de defendernos contra ello.
Cuando nuestro sistema inmunitario entra en contacto con una sustancia extraña o antígeno, reacciona contra ella produciendo unas proteínas específicas denominadas anticuerpos o inmunoglobulinas (Ig). Si este antígeno es capaz de provocar una reacción alérgica frente a sustancias, estaremos ante un alérgeno.
Para que se produzca una reacción alérgica es necesario pasar por dos etapas:
🔹 Fase de sensibilización
En etapa el paciente se va sensibilizando frente al alérgeno hasta la aparición de los síntomas. La duración de esta fase puede ser de días, semanas, meses o, incluso, años. Durante ella se fabrican anticuerpos IgE y linfocitos específicos para el alérgeno.
🔹 Fase de manifestación
Cuando nuestro organismo se ha sensibilizado frente a un alérgeno y vuelve a entrar en contacto con él, se desencadena la reacción alérgica que da lugar a la liberación de sustancias que producen inflamación y a los síntomas correspondientes.
Las alergias respiratorias
Las alergias respiratorias son producidas por los aeroalérgenos, es decir, los alérgenos que son transportados por el aire y que podemos respirar. Los más importantes son los pólenes, los ácaros del polvo, los hongos o mohos, las mascotas y los insectos.
Las principales consecuencias que los aeroalérgenos pueden producir en el sistema respiratorio son las siguientes:
🔹 Rinitis alérgica
Es una inflamación de la mucosa nasal producida por la acción de anticuerpos IgE frente a los alérgenos.
Los síntomas más frecuentes de la rinitis son:
- Estornudos
- Moco líquido
- Congestión nasal
- Picor de nariz y paladar
Si a estos síntomas nasales se les asocian síntomas oculares como picor de ojos, lagrimeo o hinchazón, estaremos hablando de rinoconjuntivitis.
Los aeroalérgenos causantes de este problema son los ácaros del polvo, los mohos, los animales domésticos, los pólenes y algunos alérgenos ocupacionales como harinas, látex…
🔹 Asma
La alergia es el desencadenante del asma en la mitad de los adultos asmáticos y en el 80 % de los niños.
El asma es una enfermedad que produce una obstrucción de las vías respiratorias reversible, total o parcialmente. Esta obstrucción se debe a la contracción de los músculos que rodean los bronquios y a la inflamación de su mucosa, lo que hace que el espacio por el que pasa el aire por su interior se reduzca.
Los síntomas más frecuentes del asma son la sensación de falta de aire, la tos y los ruidos en el pecho al respirar.
Tratamiento de la alergia respiratoria
Evitar el contacto con los alérgenos es el primer paso en el tratamiento de las alergias respiratorias. En caso de tener alergia a algún animal, por ejemplo, con no entrar en contacto con él es suficiente.
El problema está cuando se tiene alergia a sustancias que están permanentemente en nuestro entorno, como el polen o el polvo. Para estos casos suele ser necesario aplicar un tratamiento médico.
El tratamiento farmacológico de las alergias incluye:
- Antihistamínicos. Son los medicamentos que inhiben los efectos inflamatorios producidos por la histamina reduciendo los síntomas.
- Broncodilatadores. Consiguen que los músculos que rodean las vías respiratorias se relajen evitando su cierre.
- Corticoides. Tienen efecto antiinflamatorio.
- Adrenalina. Sirve para tratar reacciones anafilácticas, es decir, las reacciones alérgicas graves que pueden producir la muerte de la persona.
- Descongestivos nasales. Sirven para el tratamiento de la obstrucción nasal. Este tratamiento puede complementarse con lavados nasales, que ayudarán a eliminar los alérgenos de la nariz y reducir así los síntomas nasales.
Vacunas y tratamientos preventivos
Las vacunas contra la alergia restablecen el equilibrio del sistema inmunitario de forma que se desarrolla una tolerancia a lo que la persona es alérgica. Es recomendable en aquellos casos de pacientes con síntomas que afecten de forma importante su calidad de vida, y que no mejoren con fármacos.
Es importante instaurar un tratamiento de mantenimiento o preventivo en aquellas personas con síntomas de asma o de otras alergias de forma repetida o grave, para evitar su aparición o que estos sean los más leves y menos frecuentes posibles.
Cuando un órgano está inflamado reacciona más intensamente frente a estímulos. En una persona alérgica, la inflamación continúa. Con este tratamiento se pretende disminuirla para evitar que se desencadene la reacción y lograr que también disminuyan los síntomas.
Este tipo de tratamiento tiene que tomarse todos los días pautados, sin interrupciones, aunque la persona se encuentre bien. Los efectos beneficiosos tardan en aparecer: lo normal, si los síntomas eran continuos, es que tarden entre dos semanas y dos meses, pero si los síntomas previos eran intermitentes, puede tardar hasta un año en notarse la mejoría.
Si tienes dudas sobre las alergias respiratorias, no sabes cómo controlar los síntomas o tienes problemas con el tratamiento, te invitamos a que te pongas en contacto con nosotros.