Las vacunas contra la covid-19 no dejan a nadie indiferente. Desde que se anunció la puesta en circulación de las primeras dosis hasta ahora, que ya hay varias marcas disponibles en el mercado, las preguntas y las dudas no han cesado. Tampoco los bulos sobre ellas, que generan desconfianza y temor. Los bulos de las vacunas de la covid-19 derivan en menores coberturas vacunales y esto supone un problema de salud pública. Varias organizaciones sanitarias se han unido recientemente para hacer frente a esta situación y a sus nefastas consecuencias.
Más bulos se traducen en menos vacunas
La principal consecuencia de los bulos sobre las vacunas de covid-19 es que disminuye la vacunación. Así lo señala un estudio realizado por el Imperial College y la London School of Hygiene and Tropical Medicine. En este trabajo, publicado en fechas recientes en Nature Human Behaviour, los investigadores observaron que, cuando se sometía a la población a bulos sobre vacunas, el deseo de vacunarse se reducía un 6,2 % en el Reino Unido y un 6,4 % en Estados Unidos.
No solo eso. El estudio también mostró que, tras exponer a los encuestados a bulos sobre estas vacunas, el 25 % aseguró que estaba de acuerdo con parte de los contenidos falsos o los consideró confiables. La investigación expone, además, que los bulos más peligrosos sobre las vacunas son los que usan imágenes o enlaces que dan sensación de que el contenido viene avalado por expertos en la materia.
Una alianza inédita contra los bulos sobre vacunas
“Una de las principales amenazas contra la vacunación es la desinformación que circula en redes sociales. En la actualidad, los bulos generados por grupos de negacionistas y reticentes a las vacunas no paran de aumentar en redes sociales, siendo necesaria una acción coordinada frente a ellos”, advierten desde la plataforma Salud Sin Bulos. Para poner freno al avance de la desinformación, acaba de crearse la Alianza contra los Bulos en Vacunas.
Diversas organizaciones sanitarias se han unido para contribuir a la información veraz sobre vacunas y frenar la desinformación sobre las mismas. Para lograr dicho objetivo, recurrirán a campañas de concienciación, formación en habilidades de comunicación a profesionales sanitarios, herramientas de consulta y sistemas de monitorización.
Para José Antonio Forcada, coportavoz científico de la Alianza, “esta colaboración entre entidades implicadas en información veraz sobre vacunas es inédita en todo el mundo. Nos une un interés común y una preocupación general y desinteresada ante la información negacionista. Confiamos en aglutinar a nuevas organizaciones pronto y contar con el apoyo de todo el sector sanitario para lograr nuestros objetivos”.
De momento, las organizaciones que forman la Alianza son la Asociación Española de Vacunología, la Asociación de Enfermería Comunitaria, la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, la Escuela de Pacientes de Andalucía, el Instituto Balmis de Vacunas, el Instituto #SaludsinBulos y la Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria.
Las claves de la Alianza
Las ideas y acciones que promueve esta unión de profesionales están orientadas a velar por la salud pública. Entre sus principios fundacionales, destacan los siguientes:
- Los bulos sobre vacunas ponen en peligro la salud de la población y, en especial, a los más vulnerables. Cuando una persona deja de vacunarse porque cree que las vacunas son nocivas no solo se expone a un microorganismo que puede ser mortal, sino que pone en riesgo al resto de la comunidad.
- La eficacia y seguridad de las vacunas no están basadas en creencias sino en ciencia. Todas las vacunas disponibles han pasado las evaluaciones de las autoridades sanitarias y han tenido que demostrar que son seguras y funcionan.
- La difusión de bulos sobre las vacunas es un acto repudiable e irresponsable. Basta que una sola persona se crea el bulo y no se vacune o no vacune a sus hijos para causar un daño irreparable.
- Las redes sociales y las cadenas de mensajería instantánea pueden multiplicar el alcance de un bulo y su daño, por lo que cualquier distorsión de la realidad puede equivaler a un efecto dominó cuyas consecuencias finales son impredecibles.
- Los profesionales sanitarios tienen una labor fundamental a la hora de difundir información veraz sobre vacunas y contribuir a la confianza de la población en ellas, tanto en su contacto directo con el paciente como en redes sociales.
- Se necesitan campañas de concienciación sobre los bulos en vacunas que apelen a la responsabilidad individual y que lleguen a todos los colectivos implicados.
- La educación sobre los beneficios de las vacunas debe iniciarse desde edades tempranas. Un ciudadano formado en salud contribuye a una sociedad más sana.
