El trastorno bipolar afecta en torno al 1% y 2% de la población española, lo que supone alrededor de un millón de personas. Quien padece esta enfermedad atraviesa por fases de depresión y de excesiva euforia, o sufre estados de ánimo cambiantes y opuestos.
Esta patología es crónica, recurrente, con presencia variable de fases según cada paciente y con riesgo de deterioro cognitivo y pérdida neuronal a lo largo de la enfermedad y en relación con el número de fases maniacas.
La Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental cree necesario realizar un diagnóstico y un tratamiento adecuado y precoz. Sin embargo, éste suele retrasarse hasta los diez años de evolución de la enfermedad.
La edad de inicio del trastorno bipolar es entre los 25 y los 35 años, y sólo en un 10% de los casos aparece a los 50 años. Los primeros síntomas se pueden detectar en la adolescencia.
Otra de las dificultades para tratar a los pacientes es la alta prevalencia de consumo de drogas o alcohol en esta patología, cerca del 50%.