El consumo de psicofármacos ha aumentado de forma alarmante en los últimos años, a la vez que se han disparado los casos de ansiedad y depresión. Según los expertos, en buena parte es debido a la crisis económica, pues provoca una gran incertidumbre y que muchas personas pierdan su trabajo o tengan peores condiciones laborales. Pero estos medicamentos no son la única opción si la depresión o la ansiedad son leves o moderadas. En este artículo se apuntan alternativas eficaces: las terapias psicológicas y la importancia de seguir unos hábitos de vida saludable, donde el deporte y la calidad de las relaciones personales tienen un papel destacado.
Cada vez hay más personas que sufren problemas de ansiedad o depresión y que recurren a los psicofármacos para afrontar el día a día. En muchas ocasiones, padecen cuadros de ansiedad o depresión leves o moderados, pero que restan calidad de vida e impiden que realicen una vida normal. Una forma de combatir estos problemas es con medicamentos, como los antidepresivos, los tranquilizantes para estar más relajados durante el día, somníferos para conciliar el sueño… cuyo consumo se ha disparado en los últimos años.
Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se estima que, en la actualidad, el 11,4% de los españoles toma hipnosedantes (que incluyen somníferos, tranquilizantes y sedantes), mientras que en 2005 ese porcentaje era del 5,1%. Un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) en 2011 señalaba que el consumo de antidepresivos se había triplicado entre 2005 y 2010. Además, el género femenino recurre más a los psicofármacos: el 15% de las mujeres ha tomado tranquilizantes en el último año, en comparación con el 7,6% de los hombres.
Sin embargo, como explica Guillermo Mattioli, presidente de la Sección de Psicología Clínica y de la Salud del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña, en estos casos leves y moderados «el psicofármaco solo no resuelve nada, simplemente anestesia el malestar. De todos modos, es cierto que cuando una persona sufre una depresión grave puede ser necesario que tome medicación, aunque sea para poder realizar un tratamiento psicológico».
La eficacia del tratamiento psicoterapeútico
Los psicofármacos no son la única opción para combatir los problemas de ansiedad o depresión leves o moderados. Hay otros caminos que pueden ser una alternativa a la medicación o que, incluso, pueden complementarse con esta.
El tratamiento psicoterapéutico ha demostrado una gran eficacia para mejorar la salud mental
El más importante es el tratamiento psicoterapéutico, que ha demostrado una gran eficacia para mejorar la salud mental. «La terapia psicológica permite afrontar los conflictos y profundizar en las dificultades que se tienen para hacerles frente y resolverlos. Y, además, fortalece a la persona para futuros estados estresantes de la vida», comenta Mattioli.
Numerosos estudios avalan la eficacia de las terapias psicológicas para enfrentarse a problemas de ansiedad o depresión. Un informe del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (Reino Unido) asegura que la terapia cognitivo-conductual (uno de los tratamientos psicológicos más comunes) es eficaz a corto plazo y más eficiente a largo plazo que los medicamentos para la depresión leve y moderada y los problemas de ansiedad.
Deporte y relaciones personales: una forma de terapia
Por otro lado, hay opciones de estilos de vida que también ayudan a combatir estos cuadros en sus formas leves o moderadas. Una de ellas es el deporte. Según una investigación de la Universidad de Texas (EE.UU.), hacer ejercicio físico puede resultar muy eficaz para combatir la depresión en casi la mitad de los pacientes que sufren este problema. Como apunta Mattioli, «el deporte y la actividad en general son una gran terapia natural. El movimiento físico activa los deseos, la fisiología y el cuerpo. Y el mejor deporte que puede realizar una persona es el que más le guste. Si puede ser, al aire libre». Un estudio de la Universidad de Glasgow (Escocia) señala que para mejorar la salud mental es mejor hacer deporte al aire libre que en espacios cerrados.
Asimismo, es de gran importancia seguir hábitos de vida saludables como comer bien y dormir bien para que, por lo menos, la ansiedad o la depresión no empeoren.
Y es fundamental cuidar las relaciones personales. Muchas personas que sufren estos problemas tienden a encerrarse en sí mismas, lo que dificulta que puedan mejorar. Así concluye un trabajo llevado a cabo en Universidad Estatal de Wayne (EE.UU.), que asegura que el 58% de la felicidad de uno depende de la calidad de sus amigos. Mattioli señala que, a pesar de que las relaciones personales ayudan a salir del bache, «no hay que usar a los demás para desempeñar el papel de una víctima que busca consuelo».
A pesar de que los psicofármacos pasan por numerosos controles antes de ser aprobados y comercializados, estos medicamentos no están exentos de riesgos y pueden ocasionar efectos secundarios.
Los tranquilizantes pueden causar adicción si se toman durante demasiado tiempo. Además, tras mucho tiempo de consumo, hay personas que necesitan ingerir una dosis más elevada para que les haga el mismo efecto. También pueden provocar somnolencia y, por tanto, dificultar el desempeño de las tareas cotidianas.
Por su parte, los antidepresivos tienen a náuseas, insomnio y falta de apetito sexual entre sus consecuencias indeseadas.