¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad, como el estrés, es un mecanismo de defensa natural del organismo ante ciertos estímulos que son percibidos como peligrosos o amenazantes. Es una respuesta adaptativa, que ayuda a enfrentarse a una situación desconocida y afecta tanto a los animales como a las personas. La ansiedad se puede considerar normal siempre y cuando no sea desproporcionada, no se prolongue en el tiempo y no se repita de manera frecuente. Si esto no ocurre, estaríamos ante un trastorno de ansiedad.
“La ansiedad desaparece, es algo puntual que se da ante una situación desconocida, como por ejemplo una entrevista de trabajo. Los trastornos se manifiestan cuando esa ansiedad se desborda y presenta una mayor intensidad”, explica Elena Daprá, psicóloga clínica, experta en coaching y vocal de la Sección de Psicología del Trabajo, Organizaciones y Recursos Humanos del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.
Qué provoca la ansiedad
No se pueden tipificar las causas de la ansiedad. “Hay personas con rasgos de personalidad ansiosos, pero esto no quiere decir que vayan a desarrollar un trastorno. Son tendencias de personalidad que pueden indicar cierta posibilidad, pero no por ello van unidas a manifestaciones patológicas”, apunta la especialista.
El estrés sí actúa como desencadenante de la ansiedad. “Las situaciones que nos generan estrés (lo que conocemos como estresores vitales) van siempre asociados a la ansiedad”, indica Daprá. La psicóloga cataloga a la sociedad como ansiosa. “Queremos anticiparnos y tenerlo todo bajo control. Todo lo queremos para ya. No disfrutamos del aquí y el ahora. Nos pasamos la vida pensando en lo que va a suceder en un rato, no soportamos que algo nos salga mal. Todo esto nos provoca ansiedad”, puntualiza.
¿Es lo mismo un ataque de ansiedad que uno de pánico?
La Asociación Americana de Psicología (APA) describe distintos tipos de trastornos de ansiedad:
- Los trastornos de ansiedad generalizados, experimentados por personas que tienen miedos o preocupaciones recurrentes y tienen la sensación constante de que algo malo va a suceder. Creen que sufren ataques de ansiedad, pero en realidad lo que consideran como ataques de ansiedad son ataques de pánico.
- El trastorno de pánico, que implica sentimientos repentinos, intensos y no provocados de terror y pavor.
- Las fobias o miedos intensos ante determinadas situaciones u objetos. Pueden ser específicas, como el miedo a volar o el miedo a afrontar el lunes, o sociales, como el miedo a relacionarse con otras personas.
- El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), caracterizado por sentimientos o pensamientos persistentes, incontrolables y no deseados (obsesiones), y rutinas o rituales para tratar de evitar o liberarse de estos pensamientos (compulsiones).
- El trastorno por estrés postraumático (TEPT) tras haber sufrido traumas físicos o emocionales.
¿Cómo saber si estoy sufriendo un ataque de pánico?
Los síntomas físicos de un ataque de pánico suelen malinterpretarse en un primer momento. “Lo normal, si la persona no lo ha tenido nunca, es que piense que le está dando un ataque al corazón al notar taquicardias”, advierte la especialista.
Daprá señala estos indicadores como claves para saber si estamos sufriendo un ataque de pánico. Y recalca, “la persona experimenta al menos cuatro de estos síntomas en los primeros 10 minutos, que es cuando el ataque llega a su máxima intensidad. No es habitual tener todas las manifestaciones de la lista”.
Estos son los síntomas más frecuentes:
- Elevación de la frecuencia cardiaca.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aire (hiperventilación).
- Mareo o desmayo.
- Entumecimiento u hormigueo en las extremidades.
- Sudoración (especialmente en las manos) o escalofríos.
- Opresión en el pecho.
- Dolor abdominal o náuseas.
- Dolor de cabeza.
- Sensación de irrealidad, de perder el control.
Además de estas manifestaciones físicas, los ataques de pánico cursan síntomas psíquicos. Los más comunes son la presencia de pensamientos o creencias ansiosas recurrentes, que pueden empeorar con el tiempo. La persona también puede mostrar cambios de comportamiento (evitando, por ejemplo, aquellas actividades que le causen ansiedad).
¿Cómo actuar ante un ataque de pánico?
Controlar un ataque de pánico no suele ser sencillo. “La persona tiende a estar muy centrada en sus sensaciones corporales. Hay gente que logra controlar los ataques de pánico, pero no tiene por qué ser así. No hay que sentirse mal por no conseguir dominar esta situación. En estos casos lo que hay que hacer es ir a un profesional para que nos enseñe estrategias y nos dé las herramientas adecuadas para afrontar un ataque de pánico”, señala la terapeuta.
Tampoco es fácil ayudar a una persona que está sufriendo un ataque de pánico. “Hay poco que hacer. Mi recomendación es que intentemos distraerla”, opina Daprá. No perder los nervios, hablarle de forma calmada y tener paciencia también contribuye a moderar (o al menos a no empeorar) la situación.
¿Cuáles son los tratamientos para los trastornos de ansiedad?
El abordaje de un trastorno de ansiedad implica acudir a un profesional de la salud. Entre los tratamientos más efectivos está la terapia cognitiva conductual. “Funciona muy bien; la gente suele notar mejoría rápido, en unos dos meses. Se trabajan las tres esferas: lo que pienso, lo que siento y lo que hago. Requiere tiempo y de un entrenamiento por parte de un profesional”, indica Daprá.
En cuanto a soluciones alternativas, como el coaching, el mindfulness o la práctica del yoga, la especialista es muy clara. “No funcionan solas, y desde luego no funcionan si no son impartidas por psicólogos clínicos formados en esas disciplinas. Evidentemente, una persona que haga yoga o mindfulness ya tendrá interiorizadas ciertas herramientas, como la respiración, que le ayudarán a aplicar las estrategias para controlar un ataque de pánico, pero nada más. La ansiedad, una vez instaurada, no suele ir a menos sin recibir tratamiento de un psicoterapeuta”, concluye la especialista.