La diabetes es una patología que afecta tanto a jóvenes como a adultos. No obstante, cuando se habla de la diabetes en niños y adolescentes, a menudo se producen confusiones. Así, es muy habitual oír la expresión “diabetes infantil” para referirse a la diabetes tipo 1, porque lo normal es que aparezca en esta etapa de la vida. Sin embargo, muchas veces no se cae en la cuenta de que estas personas siguen padeciendo la enfermedad a lo largo de toda su vida y que también hay quienes son diagnosticadas de diabetes tipo 1 siendo adultos. Por ello, desde la Federación Española de Diabetes (FEDE) recomendamos evitar el término “diabetes infantil”. Pero también es necesario conocer las particularidades de la diabetes tipo 1 y tipo 2 en jóvenes para entender cómo se deben abordar. Lo vemos a continuación.
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Con el fin de resolver otras confusiones habituales cuando se habla de la diabetes en niños y adolescentes, revisaremos las grandes diferencias que existen entre la diabetes tipo 1 y tipo 2 en jóvenes. Para ello, tomaremos como referencia los principales factores que se emplean para distinguir ambas patologías: edad, origen y tipo de tratamiento.
Edad de la persona
La diabetes tipo 1 es la segunda enfermedad crónica más frecuente en edad infantil, después del asma, según la Asociación Española de Pediatría. Y los datos de la última edición del ‘Atlas de la Diabetes‘ (2017) de la Federación Internacional de Diabetes (IDF) señalan que en España hay unos 16.000 niños y jóvenes, menores de 19 años, con esta patología. Por lo tanto, aunque entre los adultos con diabetes en torno al 90 % padece la tipo 2, en los jóvenes es más común la tipo 1.
No obstante, el aumento de los problemas de sobrepeso, obesidad y sedentarismo entre los menores está produciendo un incremento del número de casos de diabetes tipo 2 entre esta población, un hecho preocupante y ligado a estilos de vida poco saludables. Otros factores que inciden en su desarrollo a esta edad pueden ser los antecedentes familiares o la existencia de diabetes gestacional durante el embarazo de la madre, como indica un estudio de las doctoras Raquel Barrio y Purificación Ros.
Así que se puede concluir que las tendencias están cambiando y el factor edad ya no es el más relevante para determinar una mayor o menor prevalencia de uno u otro tipo de diabetes.
Origen de la diabetes
El origen de la patología genera también numerosas dudas. En el caso de la diabetes tipo 1, existen numerosas investigaciones que han indagado en sus posibles causas, pero su origen exacto aún se desconoce. Como señalan desde el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, todo un referente para el estudio y tratamiento de la diabetes en jóvenes, las investigaciones realizadas hasta el momento apuntan a que este trastorno autoinmune podría deberse a una combinación de condicionantes genéticos y factores ambientales, como virus o hábitos alimentarios.
En el caso de la diabetes tipo 2 en jóvenes, no se produce una autoinmunidad pancreática, sino que este órgano no es capaz de generar la insulina suficiente para regular los niveles de glucosa en sangre o se desarrolla una resistencia a la acción de esta hormona, por lo que el resultado en ambos casos es la presencia de niveles de glucosa anormalmente altos (hiperglucemia).
Tratamiento de la diabetes
Por último, conviene diferenciar el tipo de tratamiento que se debe seguir en cada caso para controlar los episodios de hiperglucemia o hipoglucemia y evitar complicaciones a largo plazo.
- En el caso de los jóvenes con diabetes tipo 1, puesto que el páncreas deja de producir la insulina, esta debe ser administrada de forma externa, lo que hace que estos pacientes sean insulinodependientes. Por suerte, en la actualidad existe una gran variedad de dispositivos para la monitorización de la glucemia, así como insulinas y derivados que facilitan el tratamiento, que se debe complementar con un control de la alimentación y las raciones de hidratos de carbono que se ingieren.
- Por el contrario, en los casos de diabetes tipo 2 en jóvenes, la intervención principal se lleva a cabo sobre los hábitos de vida, incidiendo en pautas de alimentación saludable y la práctica de ejercicio de forma regular. En ciertos casos, también se prescribe tratamiento farmacológico con metformina y, si resulta necesario, insulina.
Una parte fundamental del tratamiento de la diabetes, en todos los casos, es la coordinación del equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios (pediatra, educadora en diabetes, psicólogo, etc.) que llevan a cabo el seguimiento del paciente con su familia.