España es el único país del mundo donde la tasa de donación de órganos registra un crecimiento continuado. Así lo certifican los datos de la Organización Nacional de Trasplantes. Desde la creación de esta entidad hace 20 años, el número de donantes ha aumentado un 30%. Las últimas cifras confirman que por primera vez se han superado los 1.600 y se han gestionado más de 4.000 trasplantes anuales.
España ostenta desde hace años, a través de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), el liderazgo mundial en donación. En la Unión Europea (EU), nuestro país ha presidido la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa durante siete años, ha ejercido la vicepresidencia durante otros dos, ha liderado la directiva de células y tejidos en vigor, y ha asesorado a países como Reino Unido, Italia, Portugal, Suiza, Bélgica, Alemania, Austria y Croacia, entre otros.
España es el único país que ha experimentado un crecimiento continuado de trasplantes y donaciones desde hace 18 años. Datos recientes de la ONT cifran en 4.028 el número de trasplantes, procedentes de 1.605 donantes, una cifra que se supera por primera vez. Las cotas máximas se alcanzan en trasplantes renales (2.328) y pulmonares (219). Sólo el 8,7% se debe a fallecimientos por accidentes de tráfico. Pese a esta reducción de la siniestralidad en carretera, el número de donantes aumenta un 1,8% gracias a 34,3 por millón de personas.
Cambio de actitud
Los trasplantes renales de donante en vivo han aumentado un 50%
La opinión acerca de los trasplantes y la donación ha mejorado en los últimos años, sobre todo, entre las personas mayores, más reticentes a esta práctica. Así lo afirma Rafael Matesanz, director de la ONT, quien recuerda que hace 25 años ni siquiera los médicos pensaban que «una persona con más de 60 años pudiera ser donante». En la actualidad, casi la mitad de los donantes y de los receptores superan esta edad. Este aumento ha permitido que no hayan disminuido las donaciones a pesar del descenso de las mismas por accidentes de tráfico. Entre los objetivos de la ONT, no obstante, todavía se contempla animar a las familias a donar (reducir las negativas familiares), a pesar de que las cifras son las más bajas del mundo.
La no imposición de la donación de órganos en España es quizá uno de los motivos para el aumento de la sensibilidad entre la población. Sin embargo, esta actitud no concuerda con la legislación española vigente sobre donaciones, que regula la denominada donación de órganos automática, por la que toda la población es donante a no ser que en vida exprese lo contrario. Según la ley, la opinión de los familiares carecería de valor.
La realidad social en España parece ser diferente. Matesanz defiende la necesidad de respetar los deseos de la familia «siempre». Destaca un sentimiento generalizado entre la población, que obliga a los médicos a consultar a la familia. Si España es uno de los países con más donaciones por habitantes es por la solidaridad de los profesionales sanitarios implicados. Se hace todo lo posible para no favorecer el tráfico de órganos, como ocurre en otros países. Una ley progresista y acciones intensivas como las de la ONT lo permiten.
Líderes en donaciones
España supera en ocho puntos la media de Estados Unidos, que se sitúa en 26,3 donantes por un millón de personas, y duplica la tasa media de la UE, de 18,1. Los números siguen la línea del Plan Estratégico de Donación 40 de la ONT, que pretende alcanzar una tasa de 40 donantes por millón de población. Este objetivo permitiría llegar a los 4.500 trasplantes anuales procedentes de donantes fallecidos, a los cuales se sumarían los injertos de donantes vivos.
Para lograr estas cifras, el plan recoge diversas medidas, como el fomento de la donación entre población inmigrante y minorías étnicas (en 2008 fue del 9,1% del total de las donaciones), la reducción de las negativas familiares y judiciales, la optimización de la donación en muerte encefálica y el fomento de la donación en vivo y en asistolia. En cuanto a la donación en vivo, los datos revelan un aumento del 50% de los trasplantes renales -ya representa el 10%- y un incremento del 3,6% en los trasplantes de hígado.
Un nuevo tipo de terapia génica permitiría que los pulmones lesionados, que con anterioridad se rechazaban para trasplantes, se puedan aprovechar. Más del 80% de los pulmones están muy inflamados y apenas son funcionales, por lo que los cirujanos rechazan la mayoría. Investigadores de la University Health Network de Toronto (Canadá) han conseguido curar pulmones dañados, a través de la infusión del gen regulador IL-10 antes del trasplante, como publican en un artículo en “Science Translational Medicine”.
El procedimiento consiste en introducir los pulmones en una cámara de vidrio fuera del cuerpo y mantenerlos “respirando” con un sistema de perfusión que bombea de forma continua una solución de oxígeno, proteínas y nutrientes a los pulmones. Las investigaciones, primero en cerdos y después con pulmones lesionados humanos, mostraron que la IL-10 reduce la inflamación, restablece los alvéolos (donde ocurre el intercambio de gases) y mejora la función general.
El método actual de preservación de órganos donados es la conservación en hielo. El nuevo sistema permitiría a la maquinaria celular del pulmón continuar con su trabajo, a la temperatura habitual del organismo.