Cada vez hay más evidencia científica de que muchas de las personas contagiadas de covid-19 experimentan secuelas una vez superada la enfermedad, como problemas cognitivos, tos, fatiga o disnea. El Ministerio de Sanidad estima que más del 10 % de los infectados pueden experimentar no solo secuelas, sino que son potenciales pacientes de la “covid persistente”. Esto puede afectar a personas de cualquier edad, aunque parece más frecuente en edad media y en mujeres, y produce un elevado impacto en la calidad de vida, ámbito laboral y social. Es importante recalcar que su aparición no está relacionada con la gravedad de la infección inicial, por lo que puede ocurrir tanto a pacientes leves como a graves hospitalizados.
Las principales secuelas de la covid-19
Un estudio publicado por Goërtz et al. muestra como a los tres meses de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 más del 90 % de los pacientes aún referían sintomatología. La fatiga y la disnea eran los síntomas más reportados. Este hecho es especialmente preocupante en el caso de personas con enfermedad obstructiva crónica (EPOC), ya que el contagio también condicionará su manejo ambulatorio y dificultará poder discernir si los síntomas son propios de un síndrome post-covid o si existe algún otro factor que esté agravando la enfermedad.
Hay que recordar que, a pesar de que la covid-19 afecta a multitud de órganos y sistemas de nuestro cuerpo, los problemas respiratorios relacionados con la enfermedad preocupan a la comunidad científica. De hecho, el principal síntoma que notan los pacientes que desarrollan secuelas es la disnea o sensación de ahogo.
En esta línea, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recuerda que el pulmón es el órgano más afectado de la covid-19 y que después del contagio puede sufrir secuelas que afecten de seriedad a la función pulmonar. Las principales secuelas de la covid-19 que se han observado hasta ahora en el pulmón son las alteraciones de la función pulmonar y alteraciones intersticiales pulmonares que se presentan más allá del episodio agudo de la enfermedad. Todo ello especialmente preocupante para las personas que ya cuentan con alguna afecciona respiratoria, sea asma, EPOC, fibrosis quística, bronquiectasias u otra.
Si bien es cierto que, a día de hoy, los conocimientos científicos sobre las secuelas a medio y largo plazo de esta infección son limitados, ya se ha ido reuniendo evidencia científica y experiencia sobre algunos aspectos. Prueba de ello es la ‘Guía Clínica para la Atención al paciente covid persistente/long covid’ publicada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que recalca que “esta infección es como un gran iceberg, en cuyo vértice podemos encontrarnos con los pacientes que en su fase aguda de la enfermedad sufren graves complicaciones que incluso ponen en peligro su vida”.
A parte de las secuelas pulmonares nos preocupan mucho los síntomas neurológicos. Los pacientes tras la infección por covid-19 señalan que el síntoma neurológico más frecuente de consulta son las cefaleas (68 %). Pero también un 57 % de los casos acudió por síntomas cognitivos: alteración de la memoria (77 %) y de la atención (43 %). Otros síntomas menos frecuentes fueron: trastornos sensitivos (24 %), dolor muscular (19 %), temblor (12 %) y mareo (9 %).
Preguntas clave sobre la atención a pacientes de covid persistente
En los últimos años se está intentando incorporar la llamada “experiencia del paciente” en los procesos asistenciales para conseguir mejorarlos y adecuarlos, en lo posible, a las circunstancias de vida de las personas en tratamiento.
Esto también debería ser prioritario para los potenciales pacientes de la covid persistente que requerirán de tratamiento médico:
- ¿Qué piensan los pacientes del proceso de atención?
- ¿Hay dignidad en el trato?
- ¿Hay adecuación de la información?
- ¿Hay interacción y empatía por parte de los profesionales sanitarios?
- ¿Se implica a la persona contagiada con la covid-19 en los estudios e investigaciones?
- ¿Hay efectividad en cuanto a respuestas?
- ¿Hay difusión de planes de acción y resultados?
De momento, son más las preguntas y preocupaciones que las respuestas.
APEPOC es la Asociación Nacional de Pacientes con EPOC y tiene como misión defender los derechos y mejorar la calidad de vida de los enfermos con EPOC. Para lograr este objetivo la asociación utiliza dos vías: los servicios asistenciales para los asociados, y la difusión de la enfermedad como medida de presión a las administraciones para que inviertan en calidad de vida para los enfermos de EPOC.